Destacado marino, militar y científico
español, brigadier de la Real Armada Española, célebre por su heroica actuación
y muerte (21 de octubre de 1805) en la batalla de Trafalgar, como brigadier
de la Armada española al mando del navío de línea Bahama.
Tomó parte en diversas expediciones
científicas por el Atlántico, Pacífico y Mediterráneo. Fue coautor del Atlas
marino de España, Islas Azores y adyacentes. Como miembro de la expedición
Malaspina (dirigida por el marino italiano, al servicio de España, Alessandro
Malaspina) que en 1792 dio la vuelta al mundo, colaboró en la confección de
cartas marinas y en la clasificación de diverso material botánico y zoológico
de Sudamérica.
Dionisio
nació el 22 de junio de 1760 en la localidad cordobesa de Cabra, sentando plaza
de guardiamarina a los quince años de edad, el 29 de agosto de 1775 (Exp. 1.396). Se casó en 1788 con su prima
María Consolación Villavicencio. Fue padre del político y escritor liberal
Antonio Alcalá-Galiano, nacido en 1789, de de una hija llamada Manuela.
Dionisio Alcalá Galiano (Museo Naval de Madrid) |
Su
padre, don Antonio Alcalá Galiano y Pareja, nacido en Doña Mencía (Córdoba), feudo de los condes de Cabra, en 1738,
regidor de Cabra desde 1763, era teniente coronel del regimiento de milicias
provinciales de Bujalance. Noble en
Cabra en 1790, 1792 y 1795, poseía el mayorazgo de la casa, y servía en
milicias, como solían en aquella época los caballeros de tierra adentro.
Después pasó a coronel del regimiento provincial de Écija. Más tarde ascendió a
brigadier de ejército, y al fin de su vida a mariscal de campo, y obtener una
buena encomienda en la Orden de Alcántara (Dionisio ingresó en la Orden de
Alcántara en 1796), de la que fue caballero, Casado con la egabrense Antonia Alcalá Galiano
y Pineda.
Armas de las distintas ramas Alcalá-Galiano:
Dionisio
embarcó en la fragata “Júpiter” en 1776 y al año siguiente tomó parte en la
expedición que contra los portugueses llevó a cabo una escuadra al mando del
marqués de Casa Tilly, con un cuerpo de desembarcó a las órdenes del general
Pedro Cevallos, que tuvo por resultado la toma
de la isla de Santa Catalina en la costa del Brasil.
Óleo póstumo de Alcalá Galiano (década de 1860) |
Durante
todos estos años, su afición a las ciencias le llevó a ampliar sus
conocimientos, haciendo los estudios que por aquellos años se denominaban
Sublimes, mayores y astronómicos. Cuando se firmó la paz con el Reino Unido, el
ministerio de Marina pensó en perfeccionar los levantamientos hidrográficos de las costas de España y redactar su
derrotero, participando en ello Galiano en los años 1784 y 1785. Seguidamente
pasó destinado al departamento de Cádiz.
Pronto
sus conocimientos astronómicos e hidrográficos tuvieron de nuevo aplicación
activa, en expedición tan notable desde el punto de vista marinero, como la
llevada a cabo en 1785 por el capitán de navío Antonio de Córdova, comandante
de la fragata “Santa María de la Cabeza”, al estrecho de Magallanes. Otra de
las expediciones hidrográficas en que tomó parte Galiano, fue la que tuvo por
objeto determinar la verdadera posición
de las islas Terceras (Azores), situadas algo a la ligera por el oficial de
la marina francesa Flerieu. La corte de Lisboa dio toda clase de facilidades,
ya que se trataba de cosa de mucho interés para la navegación.
Galiano
participó en la célebre expedición a
remotos e inhóspitos parajes llevada a cabo en 1789 por el capitán de navío Alejandro Malaspina. Esta vez fue con
las corbetas “Descubierta” y “Atrevida”, la primera mandada por Malaspina, jefe
de la expedición. Esta expedición, que llegó hasta el estrecho de Fuca al noroeste de Canadá, de objetivo altamente universal, se
efectuaba no sólo con fines hidrográficos y astronómicos sino también para
estudio de la botánica y de las ciencias naturales en general, a cuyo efecto
embarcaron naturalistas y dibujantes. Otro
importante objeto de la expedición era conocer la verdad del estado de las
colonias españolas y sus necesidades políticas, económicas y militares. Era
una expedición del tipo de las llevadas a cabo por Cook y como la que por aquel
entonces realizaba La Pérouse, que tan mal fin habría de tener.
Se
considera a Galiano como inventor del procedimiento de hallar la latitud por
observación de altura polar, de un astro a cualquier distancia del meridiano.
Mendoza, en la edición de sus tablas de 1809, se atribuye la paternidad del
procedimiento.
De regreso a la corte obtuvo el hábito
de la Orden de Alcántara por cédula real de fecha cinco de diciembre de 1795.
La
fama adquirida en sus anteriores trabajos le hizo ser designado para levantar
el nuevo mapa topográfico de España,
una vez firmada la paz de Basilea. Cuando todos los preparativos estaban
ultimados, la desgracia en que cayó Malaspina arrastró a los que eran sus
amigos, incluso los no complicados en la conspiración contra Godoy, que le
llevó a la prisión y al destierro. Galiano fue destinado a Cádiz, en cuyo puerto
le fue conferido el mando del navío “Vencedor”.
En
1798 Galiano es comandante del navío “San Fulgencio” y con él, en una noche
tempestuosa, fuerza el bloqueo de Cádiz, realizando un viaje a América en busca
de caudales de que estaba tan necesitada la Hacienda. Burlando el bloqueo
británico, entra en Santoña, trayendo un total de siete millones de monedas de
a ocho reales y diversos productos coloniales.
Placa en el Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando |
El tratado de San Ildefonso, reinando Carlos IV, renovó las alianzas con Francia el dieciocho de agosto de 1796. Ello trajo consigo el ataque a Cádiz por los británicos, una escuadra al mando de Nelson intento el bombardeo de la ciudad. en cuya defensa Galiano tomó parte principal y decisiva, al mando de algunas de las famosas “cañoneras”. En la batalla de Trafalgar, el “Bahama” se batió heroicamente con dos navíos enemigos y en algún momento con tres. Galiano, tras sufrir varias heridas, falleció a consecuencia del impacto de una bala que le destrozó la cabeza; sus restos reposan en el mar.
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