Diego de Villarroel, militar,
conquistador y colonizador que fuera cabildante de la ciudad de Santiago del
Estero y posteriormente como teniente general de la gobernación del Tucumán,
para fundar la nueva ciudad homónima que sería centro administrativo de su
jurisdicción territorial, la cual gestionó con el título global de teniente de
gobernador general de San Miguel de Tucumán.
Diego
González de Villarroel y Aguirre era un hidalgo que había nacido hacia 1520 en
la localidad de Villafranca del Puente del Arzobispo (Toledo), siendo hijo de
Pedro González de Villarroel —cuyo padre era Diego González de Villarroel y su
abuelo Pedro González de Villarroel — y de Isabel de Meneses Aguirre y de la
Rúa, la hermana mayor del gobernador Francisco de Aguirre, siendo sus
progenitores el hidalgo Hernando de la Rúa, contador de la Real Hacienda, y su
segunda esposa Constanza de Meneses y Aguirre, propietaria de tierras en El
Casar.
No hay que confundir a este personaje con Diego de Torres Villarroel, (1694-1770) poeta.
No hay que confundir a este personaje con Diego de Torres Villarroel, (1694-1770) poeta.
Por
lo tanto, Villarroel era bisnieto de Rodrigo "Perucho" de Aguirre,
jurado de los hidalgos de El Casar y alcaide vitalicio por los Reyes Católicos
de los dos alcázares de Talavera de la Reina en 1476, y de su esposa desde
1486, Isabel de Meneses y Cornejo que era una hija natural del entonces muy
joven Francisco de Meneses y Toledo quien fuera caballero de la Orden de
Santiago y posteriormente se transformara en monje jerónimo del Real Monasterio
de Santa María de Guadalupe.
Los
padres de este último eran Francisco de Meneses "el Santo" y Elvira
de Toledo , una prima de Fernando Álvarez de Toledo y Herrera, I conde de
Oropesa, y bisnieta de García Álvarez de Toledo y Meneses, I señor de Oropesa.
Sus abuelos paternos eran Fernando Álvarez de Meneses —siendo todos de la
ilustre Casa de Meneses— y Marta de Orellana , hermana de Diego de Orellana
"el Bueno", que testara en el año 1464, e hijos de García de
Orellana, IV señor de Orellana la Vieja.
Reinando
Carlos I, Diego de Villarroel viajó a América en 1546 a temprana edad, con
Pedro de La Gasca y Rodrigo de Cepeda, el hermano de santa Teresa de Jesús. Se
instaló en Lima —que había sido fundada diez años atrás, el 18 de enero de
1535— y continuaría allí con la labor conquistadora del territorio.
Cuando
surgió la rebelión de Gonzalo Pizarro y los encomenderos, apoyó a La Gasca
quien para ese entonces fuera el gobernador interino del nuevo Virreinato del
Perú. Por tal razón se dice de Villarroel que fue:
“uno de los primeros descubridores de los reinos de
Perú y de Chile, y que en la rebelión que hubo en el Perú en sus principios, se
halló siempre en la parte de Su Majestad, que Dios guarde, y con el Señor
Inquisidor don Pedro de la Gasca, presidente de la ciudad de los Reyes”.
Bajo
la vanguardia del capitán Pedro de Valdivia y acompañados por Juan de Garay al
mando de La Gasca y los capitanes Alonso de Alvarado y Francisco Hernández
Girón, Villarroel participó contra Pizarro y Francisco de Carvajal en la batalla
de Jaquijaguana, el 9 de abril de 1548, acontecida en el valle de Sacsahuana, ubicado
a unos 25 km del Cuzco.
Hernández
Girón, quien además fuera encomendero del Cuzco, consideraba que sus servicios
a la Corona española no estaban bien remunerados, a lo que sumó su oposición a
la aplicación de las Leyes Nuevas —que habían sido llevadas por el entonces
virrey Blasco Nuñez Vela y sancionadas por el emperador Carlos V, en Madrid el
20 de noviembre de 1542, con el objetivo de mejorar el trato y calidad de vida
de los aborígenes sometidos en la América española, además de mandar a quitar
las encomiendas a los pizarristas— y por dicha razón lo llevaron a rebelarse en
la noche del 12 de noviembre de 1553. De esta forma, Girón detuvo al corregidor
del Cuzco mientras sus seguidores arrasaban su vivienda y, habiendo organizado
un ejército de 900 hombres, se lo llevaron detenido hasta Lima.
La
Real Audiencia de Lima, enterada de lo acontecido, armó un ejército al mando de
Pedro de Meneses que no consiguió vencer a las fuerzas de Hernández Girón, por
lo cual la audiencia reorganizó sus fuerzas al mando del mariscal Alonso de
Alvarado pero este también fue vencido en la batalla de Chuquinga, el 21 de
mayo de 1554.
Finalmente,
el 8 de octubre del mismo año, Diego de Villarroel participó con Jerónimo Luis
de Cabrera, entre otros, en la batalla de Pucará en la que Hernández Girón
fuera derrotado, pero logró escapar, y a los 2 meses fue detenido y llevado a
Lima, en donde sería condenado a muerte y ejecutado a principios de diciembre
del corriente. Con la muerte de ambos caudillos —Pizarro y Girón— culminarían
las guerras civiles del virreinato peruano.
Estatua de Villaroel (Tucumán) |
Posteriormente,
cuando su tío Francisco de Aguirre partiera al Tucumán, Diego de Villarroel,
que ya estaba en Chile, lo acompañó en toda la campaña que culminó con el
arresto y extrañamiento del gobernador tucumano Juan Nuñez de Prado y en la
fundación de Santiago del Estero de la que fue cabildante, siendo el primer año
regidor y que en 1554 pasara a ser su alcalde, además de haberse convertido en
encomendero santiagueño.
Al
conocer Aguirre la muerte de Pedro de Valdivia y partir precipitadamente rumbo
a Chile, Villaroel lo acompañó. En el período en que se discutía si Villagra o
Aguirre obtendría la gobernación de Chile, Villarroel como procurador de
Aguirre partió a España en 1555 y tras obtener permiso para residir en Chile,
Villarroel regresó de Europa en 1556 con su mujer María Maldonado de Torres y
su hija Gabriela, y posteriormente partió con su tío Francisco de Aguirre a la
ciudad de Santiago del Estero cuando este viajó para hacerse cargo de sus
funciones de gobernador del Tucumán a finales de 1563, por mandato del
virrey-conde Diego López de Zúñiga y Velasco y que casualmente había sido
ordenado por Real cédula del 29 de agosto del corriente. Falleció en 1578 en
Santiago del Estero.
Escudo deTucumán |
En
1685, un siglo y medio después de su fundación, se resolvió trasladar San
Miguel de Tucumán al paraje denominado La Toma, dónde se encuentra actualmente. En 1816, le correspondió la gloria de ser sede
del Congreso que el 9 de julio declaró la independencia de las
Provincias Unidas del Río de la Plata.
El origen del nombre "Tucumán"
Se dice que el vocablo Tucumán proviene de la voz quechua "Tucma" que significa "donde terminan las cosas", indicando a esta región como el último reducto incaico, ya que estuvo poblado primitivamente por tribus de gran desarrollo cultural, quienes a su paso dejaron vestigios que aún se conservan.
Según otras fuentes, el nombre de Tucumán proviene de la deformación del vocablo quechua "Yucumán", que significa "lugar donde nacen los rios".
El origen del nombre "Tucumán"
Se dice que el vocablo Tucumán proviene de la voz quechua "Tucma" que significa "donde terminan las cosas", indicando a esta región como el último reducto incaico, ya que estuvo poblado primitivamente por tribus de gran desarrollo cultural, quienes a su paso dejaron vestigios que aún se conservan.
Según otras fuentes, el nombre de Tucumán proviene de la deformación del vocablo quechua "Yucumán", que significa "lugar donde nacen los rios".
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