viernes, 12 de abril de 2024

Juan Chumacero. Presidente del Consejo y de la Cámara de Castilla. Embajador de Felipe IV en Roma. I Conde de Guaro



Miembro del Consejo y de la Cámara de Castilla. En 1633 defendió los intereses españoles ante el Papa Urbano VIII en relación con las regalías. En 1640 interviene en Roma para que el Nuncio no reconociera el nuevo Reino independiente de Portugal.

De 1643 a 1648 fue Presidente del Consejo de Castilla, órgano consultivo del Rey. Por último fue también Alcaide de la fortaleza de Mijas.


Juan Chumacero Carrillo y Sotomayor nació en Madrid en noviembre de 1580. Hijo de Don Francisco Chumacero y Sotomayor, natural de Valencia de Alcántara (Cáceres), que en el mismo año de 1580 era Ministro del Consejo y Cámara de Castilla. Su madre fue Doña Catalina Carrillo Lasso de la Vega., natural de la ciudad de Málaga, la misma en la que contrajo matrimonio. Su familia tenía participación en el gobierno del puerto de Málaga en temas relacionados con la exportación.

Estudió leyes en Salamanca, donde el año 1605 fue elegido Colegial del Viejo de San Bartolomé, en donde se graduó de Licenciado en Leyes, y desempeñó las Cátedras de Código, Volumen y Vísperas de Leyes. En 1613, por orden del rey Felipe III asistió á la elección que se pretendía hacer en el Colegio Mayor de San Ildefonso de Alcalá, y con su prudencia y autoridad se redujeron a paz y tranquilidad los Colegiales que andaban inquietos.

En julio de 1614 se le nombró Oidor de Granada, de donde fue promovido á Fiscal del Consejo de Ordenes con el Hábito de Santiago por Decreto hecho en Madrid á 11 de enero de 1620. A los dos años ascendió a plaza de Consejero; y en este tiempo sirvió de Fiscal en las causas de los duques de Lerma, Uceda y Osuna.

En 1626 pasó a Fiscal del Consejo Real con voto y título de Consejero, y en 15 de marzo de 1631 fue nombrado miembro del Consejo y de la Cámara de Castilla.

El año 1633 pasó á Roma como Embajador Extraordinario ante el papa Urbano VIII, en compañía de Fray Domingo Pimentel, Obispo de Córdoba, á los negocios tan importantes que entonces se ofrecieron sobre los agravios que se padecían por los excesos de la Dataría, en las expediciones de Bulas de Pensiones, Beneficios, Coadjutorías, Reservas y Dispensaciones. En esta ocasión procedió con mucho valor y entendimiento y, en particular el año de 1640, cuando habiéndose levantado el Duque de Braganza con el Reino de Portugal, envió a Roma por su Embajador a dar la obediencia á su Santidad a D. Miguel de Portugal, Obispo de Lamego
Obispo de Lamego

Cuando Juan Chumacera supo de su venida, se puso á los pies del Pontífice, y con razones eficaces le propuso el gran inconveniente que seria admitir al Obispo como su Embajador, y así logró que solo entrase en la ciudad como Prelado particular Escribió allí diferentes discursos sobre materias importantísimas a la Corona de España, cuyos derechos en diferentes controversias defendió con elocuencia y erudición singular.

El año 1643 volvió á España, y en marzo se le nombró Presidente del Supremo de Castilla en propiedad, en reemplazo de Diego de Castejón, Obispo de Lugo, nacido en el mismo año y parroquia que Juan Chumacero. Sirvió este empleo durante cinco años, hasta el 27 de Julio de 1648, en que abandonó el cargo.

Felipe IV le propuso entonces tres mercedes para que eligiese una de ellas, que fueron: el Obispado de Córdoba, plaza de Consejero de Estado, ó título de Castilla: y escogió esta última por haber agregado á su mayorazgo la Villa de Guaro*, la Alcaldía de Mijas, junto á Málaga, de cuya fortaleza llegó a ser alcalde, y el Patronato de la Capilla Mayor de los Carmelitas Descalzos de Madrid, y S.M. vino en ello conservándole los honores de Presidente.

Casó con Doña Francisca Salcedo, natural de Medina del Campo (Valladolid), hija del Consejo Real Diego Salcedo, y de Juana Calderon, naturales de Soria, que murió en 21 de enero de 1629 en la parroquia de San Andrés, y dejó tres hijos, que fueron Diego Joseph, Teresa y Juana. Juan Chumacera permaneció viudo el resto de su vida, que fue ejemplar de virtudes en medio de tantos empleos y negocios como manejó; y los 12 años últimos los dedicó solo á Dios, escribiendo varias obras a lo largo de su vida, destacando su Memorial á Urbano VIII sobre los excesos que se cometían en Roma contra los naturales de España.

Falleció en 24 de Junio de 1660, cerca de los 80 de edad.

* Guaro pasa a ser villa en 1641 mediante el privilegio que le concede Felipe IV, quien, al mismo tiempo, crea el Condado de Guaro, concediéndole el título a don Juan Chumacero Sotomayor y Carrillo Lasso de la Vega, caballero de la orden de Santiago, en el día 8 de septiembre de 1648, por Real Despacho de 28 de septiembre de 1648.

GUARO: De la villa del mismo nombre, partido judicial de Coín.

ARMAS: Escudo cortado: primero de oro y 2.º de azur, y brochante sobre todo. Un animal rampante, con cuello largo, cabeza de caballo, cuerno de cabra y cola de león y con los colores del uno en el otro.   Fuente: Diccionario de Heráldica de Fernando González Doria.

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