Noble y militar castellano. Hombre de armas y, a su vez, exquisita educación, entró desde muy joven como paje al servicio de Diego Hurtado de Mendoza, primer Duque del Infantado, en Guadalajara.
Al contemplar la estatua de su sepulcro, en Sigüenza, un general del emperador Carlos V comentó ¡Que bello Doncel! y con este nombre pasaría a la historia como: El Doncel de Sigüenza. Que no era tal, pues estaba casado y tenia una hija.
Martín nació en 1461, hijo de don Fernando de Arce y de doña Catalina Vázquez de Sosa. Su padre fue secretario personal de la familia de Mendoza, residiendo en la ciudad de Guadalajara, donde Martín se convirtió en paje del primer Duque del Infantado, alcanzando muy joven el ser caballero de la Orden de Santiago. Tuvo una hija, de nombre Ana, que debía ser ilegítima, pues se desconoce cual fue su madre, que casó con Pedro de Mendoza.
Nació en el seno de una familia noble (hidalga) y poderosa, pues su padre fue Comendador de Montijo; su hermano, 16 años mayor, tras ejercer la función de Obispo de Burgo de Osma (Soria), pasa a ser Obispo de Canarias, y ello da un gran poderío económico a la familia, lo que les permite hacer un mayorazgo para la hija de don Martín (Mencía Vázquez de Arce), y como se señala en el testamento y codicilos de sus padres, declaran haber adquirido y adecentado la casa de Guadalajara, con los beneficios de su hijo el Prior de Osma, y por haber llegado a ser patronos de una capilla absidal de la catedral, en posesión anterior de la poderosa familia de los infantes de la Cerda.
Aunque no se conoce su lugar de nacimiento (en algún lugar de Castilla) sí se saben las circunstancias de su muerte durante la Guerra de Granada, en la acción militar de la Acequia Gorda de la vega de Granada, en el mes de julio de1486, acompañando a su padre, Fernando de Arce, y a las órdenes de su señor el II Duque del Infantado Pedro de Mendoza.
El cuerpo sin vida de Martín lo recogerá su padre que lo enterró junto a la acequia Gorda, en un lugar llamado Los Partidores. sería su hermano Fernando el que haga traer los restos a enterrar en la Catedral de Sigüenza, justamente en la capilla de San Juan y Santa Catalina, siendo su sepulcro, de autor desconocido, una de las principales esculturas del gótico en España.
Sepulcro del Doncel, en la Catedral de Sigüenza |
Su sepulcro es una de las joyas fúnebres de todos los tiempos, pues a diferencia de las esculturas funerarias de la época, el Caballero no está representado en posición durmiente, sino que yace tumbado de lado con las piernas cruzadas. Vestido con ropas de armadura y cota de mallas, tiene en sus manos un libro y la mirada hacia al suelo, como meditando sobre lo que ha leído; a sus pies, un paje se lleva una de las manos a la mejilla y llora. La cabeza está cubierta con un capacete de cuero y en el pecho la cruz de la orden de Santiago, una daga y un león, que significaría el valor y la resurrección.
En su frontal, entre adornos vegetales, aparece su escudo. Es curioso observar que aunque los linajes del Doncel son de Sosa (por su madre) y de Arce (por su padre) y que por lo tanto serían esos, y en ese orden, los apellidos que debería llevar, no es así, y toma como apéndice de su nombre el que era primer apellido de su madre por el linaje de su abuela. Lo mismo harán sus hermanos, que añaden el Vázquez como modulación del nombre, y ponen el linaje paterno como auténtico apellido.
Al Doncel, como militar y civil, tiene por tenantes dos pajes vestidos a la alemana |
En cuanto al escudo de Martín Vázquez de Arce, este se organiza de una forma clara y lógica, aunque diferente del de sus hermanos. Se trata de un escudo de embocadura alemana, cuartelado, que en el primero y cuarto cuarteles ofrece las armas de Arce, el linaje principal por paterno. En el segundo ofrece las armas de Sosa, el linaje materno, y en el tercero las tres fajas de Vázquez. Pero no olvida el linaje materno de su padre, el Cisneros, y lo coloca, curiosamente, como bordura de todo el escudo. Vemos en ellas, en cualquier caso, un orden lógico y jerárquico: primero y cuarto, linaje paterno; segundo, primer linaje de la madre, y tercero, segundo linaje de la madre. Por bordura, el segundo linaje del padre.
Los del linaje Arce y Sosa eran hidalgoscon propiedades rústicas y urbanas en Sigüenza y Guadalajara. Para sobrevivir medianamente tuvieron que entrar en el círculo cortesano de los Mendoza, apareciendo en funciones administrativas (don Fernando de Arce –en realidad debería llamarse Fernando Cisneros de Arce– fué secretario del segundo duque del Infantado, don Iñigo López de Mendoza), militares (Martín Vázquez de Arce, el Doncel, formó en el ejército de dicho segundo duque, yendo con él a la guerra de Granada) ó eclesiásticas (Fernando Vázquez, que llegaría a obispo de Canarias, fué canónigo y prior del Cabildo en Osma, diócesis que antes había administrado el Cardenal Mendoza)
Tomando por eje y creadores del linaje Arce y Sosa a los padres del Doncel, don Fernando de Arce y doña Catalina Vázquez de Sosa, se sabe que por parte de esta, vivieron en Sigüenza, a mediados del siglo XV, sus padres, don Martín Vázquez de Sosa y doña Sancha Vázquez. Este hidalgo pertenecía al linaje de Sosa, de procedencia portuguesa. Así lo proclama, no solamente su apelativo, sino el dato heráldico del principal cuartel de su escudo, que muestra las cinco quinas de Portugal. De su madre hereda las fajas de Vázquez, y con ellas compone el escudo, que lleva, partido, en su cuartel derecho y principal las armas de Sosa, herencia paterna, y en el izquierdo ó secundario las de Vázquez, de herencia materna.
En cuanto al padre del Doncel, Fernando de Arce, sus antecesores debían ser de la tierra seguntina o medinense. El hecho de formar su escudo de armas con cinco flores de lis de oro sobre campo azul hace sospechar una cierta clientela, incluso secular, respecto a los La Cerda, señores de Medinaceli.
Doncel es la denominación de un oficio de corte de la monarquía castellana bajomedieval, a cargo de jóvenes de familias nobles aún no armados caballeros y que ejercían de pajes o acompañantes del rey o del heredero de la corona. Posteriormente pasaban a formar un cuerpo militar especial, el Contino de Donceles de la Real Casa dirigido por el alcaide de los Donceles.
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