sábado, 20 de febrero de 2021

San Francisco Javier. El gigante de la historia de las misiones


Mientras estudiaba filosofía y teología en París conoció a Ignacio de Loyola, quien le reclutó para su proyecto de fundar una nueva orden: la Compañía de Jesús en Roma (1539).  Fue canonizado como San Francisco de Javier.

En 1541 fue enviado a la India como legado pontificio, con la misión de evangelizar las tierras situadas al este del cabo de Buena Esperanza, respondiendo a una petición de Juan III de Portugal, apodado "el Piadoso". Su apostolado se extendió por el sur de la India, Ceilán, Malaca, las Islas Molucas y Japón. Murió en el intento de llegar a China.

Franciscode Jasso y Azpilcueta nació en Castillo de Javier (Navarra), el 7 de abril de 1506. Era el hijo menor de Juan de Jasso (o Jaso/Jassu) y Atondo, Doctor en Derecho Canónico por la Universidad de Bolonia, Señor de Idocin y presidente del Real Consejo de Navarra, y de María de Azpilcueta y Aznárez de Sada, titular del señorío de Javier y de Azpilcueta defensores de la causa de Juan (III) de Albret (agramonteses) frente a Fernando el Católico (beaumonteses) en la guerra que determinó la anexión de Navarra a la Corona de Castilla (15121515).  Casados hacia 1483, la madre de Francisco tenía 42 años al darle a luz y fue bautizado en la iglesia parroquial pr´xima al castillo de Xavier.


Su familia procedía de todos los puntos de Navarra. De Pamplona vino a Javier su padre don Juan de Jasso, Alcalde de Corte Mayor y consejero de la Reina Doña Catalina y de su esposo Juan de Albret (o de Labrit). Su madre, María de Azpilcueta y su abuelo, Martín de Azpilcueta, provenían del Baztán. El linaje de Azpilcueta era más rico en valores humanos que en bienes materiales y se preciaba de haber conservado y transmitido la fe cristiana desde antes de Carlomagno. Jasos y Atondos, togados, y Azpilcueta y Aznárez, caballeros, eran los cuatro linajes reunidos en el castillo de Javier.

Genealogía y nobleza

La nobleza de su sangre y las múltiples relaciones de familia podrían abrirle un camino de triunfos, por lo que era indispensable homologar su legitimidad nobiliaria. El 16 de febrero de 1531 se presentó en Paris al notario público Iñigo Ladrón de Cegama. "El muy noble Francisco de Jasso y de Xabier, maestro en artes, clérigo..." le requirió para que extendiese un poder, en virtud del cual se negociaran del Consejo Real y de la Corte Mayor de Navarra "sentencias y letras testimoniales conforme al fuero" acerca de que por su origen y dependencia de padre y madre a sido y es hijodalgo e gentilhombre, noble, por tal ávido, tenido, reputado".

Documento de "Prueba de la Nobleza de Javier"
El propio Francisco nos da exactamente su árbol genealógico: Hijo legítimo y natural de don Juan de Jasso y de doña María de Azpilcueta, su legitima mujer, señores de los lugares y palacios de Xabier, Azpilcueta e Idocin: los cuales fueron hombres "hijosdalgo, gentiles hombres y señores de los dichos palacios y lugares".

Don Juan de Jasso fue hijo legitimo y natural de Ernalt Pérez de Jasso; y de Guillerma de Atondo, su legitima mujer. Estos fueron nobles e hijodalgo.

Doña María de Azpilcueta fue hija legítima y natural, de legítimo matrimonio, de Martín de Azpilcueta (señor de Azpilcueta), y de doña Juana de Aznárez, que también eran señores del lugar y palacio de Xabier.

Todos ellos tuvieron sus armas conocidas de los respectivos palacios. Las de Azpilcueta son: un tablero de ajedrez, sable y plata. Las armas de Jasso son: un jabalí parado, al pie de un encino, en campo de plata. Las armas del palacio de Atondo son: dos bandas de oro en campo de azur, entre las bandas dos lunas crecientes.

Armas de los linajes familiares de Francisco Javier (Jaso-Atondo y Azpilicueta-Aznárez)


Heráldica señorío de Xabier:Escudo de gules una faja jaquelada doble de oro y sable, en la parte superior del campo un menguante de plata sobrepuesto a otro mayor jaquelado doble de oro y sable, con las puntas hacia abajo; campaña de plata, en jefe con un ceñidor o divisa superior de una fila de jaqueles de oro y sable, opuestos a los de la faja, que son de Aznarez de Sada.



Francisco de Jasso (de Xavier), residente en París, pide y suplica ante el Notario quieran recibir información. Constando que así sea, quiere que le den y le declaren por hombre noble e hidalgo de padres y abuelos, descendiente de nobles e hidalgos que fueron señores de Azpilcueta, Xabier e Idocin.

Hecho en Pamplona el proceso a partir de agosto de 1535, finalmente el Emperador, la Reina y el Rey "por esta nuestra sentencia definitiva pronunciamos y declaramos al dicho don Francisco de Jasso y de Xabier por hombre noble, hijodalgo y gentilhombre de su antiguo origen y dependencia por recta y legítima línea...". Don Francisco podrá llevar las armas y las insignias correspondientes. Era el año 1536, cuatro de agosto. En Pamplona.


Armas del padre, señorío de Javier, y madre de San Francisco Javier


Tras la muerte de su padre (1515) y la demolición de las torres y murallas del castillo de Javier por orden del Cardenal Cisneros (1516) como consecuencia del apoyo prestado por sus hermanos Juan y Miguel a la sublevación en favor del rey navarro destronado, Francisco Javier se orientó hacia la carrera eclesiástica y el cultivo de las humanidades, que estudió en el monasterio de Leyre y en Pamplona.

Castillo de Javier, con el autor de este blog en primer plano (Agosto, 2015)
En 1525 se trasladó a París para completar su formación; ingresó como interno en el Colegio de Santa Bárbara, donde trabó amistad con Ignacio de Loyola. En 1530 se graduó como maestro en artes y pasó a ejercer la enseñanza de la filosofía, a la vez que cursaba estudios de teología. Con el propósito de adquirir prebendas eclesiásticas, solicitó en 1531 del cabildo de Pamplona la concesión de una canonjía, alegando su condición de clérigo navarro y su titulación en artes.

Sin embargo, su relación con Ignacio de Loyola, quien pretendía atraerle para el proyecto de fundación de una nueva orden religiosa, así como su desagrado por el ambiente universitario y la impresión que le causó la muerte de su madre y de su hermana, acaecida por aquellas fechas, determinaron a Francisco Javier a abandonar sus pretensiones de promoción dentro del estamento eclesiástico. Junto con Ignacio de Loyola y otros cinco compañeros, reunidos en la capilla parisina de Montmartre, el 15 de agosto de 1534 hizo votos de castidad y pobreza, de vida consagrada al apostolado y de peregrinar a Tierra Santa, o bien, en el caso de que esto último no fuese posible, de ponerse a disposición del Papa.

En 1537 se trasladó a Venecia, donde se reunió con sus compañeros con el objeto de viajar a Roma para obtener la bendición papal antes de iniciar su peregrinación; durante su estancia en Venecia recibió noticia de la concesión de la canonjía solicitada, a la que renunció, y del inicio de la guerra entre Constantinopla y Venecia, lo que significaba el retraso indefinido del viaje a Tierra Santa. Ordenado sacerdote el 24 de junio de ese año, se dedicó a la predicación en Bolonia hasta su marcha a Roma (1538), donde Francisco Javier y sus compañeros se entrevistaron con Paulo III y abandonaron definitivamente sus propósitos de peregrinación.

Durante su estancia en la Santa Sede gestionaron la fundación de una nueva orden religiosa, la Compañía de Jesús, a la que el Papa concedió su aprobación en septiembre de 1539. Ese año Ignacio de Loyola tuvo noticia de que Juan III de Portugal solicitaba misioneros que marchasen a evangelizar sus posesiones en las Indias Orientales y encomendó la tarea a Francisco Javier, quien en marzo de 1540 partió a la corte portuguesa para organizar la expedición, con el título de legado pontificio para todas las tierras situadas al este del Cabo de Buena Esperanza.

Iniciado el viaje en abril de 1541, arribó a Goa, capital de las posesiones portuguesas en la India, trece meses después. Ejerció en esta ciudad una activa labor evangelizadora, especialmente a partir de la fundación del colegio-seminario de Santa Fe para sacerdotes nativos, y de dedicación a los enfermos y presos. En septiembre de 1542 organizó una expedición misionera a la costa de Pesquería, en el sureste de la India, para predicar la doctrina cristiana entre los poblados parabas; estableció una comunidad cristiana y la dotó de un catecismo en lengua indígena. Tras ello inició la evangelización de Travancor y Ceilán (1544), Madras y Malaca (1545) y las Islas Molucas (1546-1547). Francisco Javier administró el bautismo a miles de nativos y originó numerosas vocaciones misioneras entre sus compañeros.

Mapa del viaje de San Francisco Javier

Tras una nueva estancia en la India y en Malaca, dedicada a reorganizar las misiones establecidas y a proveerlas de unas normas de funcionamiento, marchó a evangelizar a Japón, adonde llegó en 1549. Ante las escasas conversiones logradas en Japón, se persuadió de que para obtener éxito en su empresa era necesario evangelizar previamente China, puesto que consideraba que los japoneses habían asimilado la cultura de este imperio y que, por tanto, el ejemplo de la cristianización en China ejercería una influencia decisiva sobre Japón.

Mural de San Francisco Javier en el Museo de la Ciudad de Kobe (Japón)
Regresó a Goa en 1551, donde inició los trámites necesarios para organizar su pretendido viaje a China, dificultados por la prohibición existente en este imperio sobre la entrada de extranjeros en su territorio. Tras su nombramiento como provincial de la India, que había sido constituida como provincia jesuítica independiente de Portugal, partió rumbo a China con una embajada portuguesa en abril de 1552.Al llegar a la isla de Sancián le sobrevino la muerte por unas fiebres, el 3 de diciembre de 1552, a las puertas de Cantón (Guǎngzhōu / China), .a unos 100 km de Hong Kong.


La muerte de San Francisco Javier (Francisco de Goya)
Goya pinta este óleo entre 1771 y 1774 para la devoción particular de sus familiares
A comienzos del siglo XVII se inició el proceso de su beatificación, proclamada por Paulo V el 25 de octubre de 1619; nombrado patrón de Navarra en 1621, el 12 de marzo del año siguiente fue canonizado por Gregorio XV, juntamente con Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola, San Felipe de Neri y San Isidro Labrador. Pío XI le declaró patrón de todas las misiones de la Iglesia católica en 1927



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