martes, 28 de febrero de 2017

Andrés Piquer Arrufat. Médico de Cámara de su Magestad Fernando VI

Certificación de hidalguía de sangre dada por Diego de Urbina, Rey de Armas del Rey Felipe Segundo, en el año 1584, a favor de Don  Miguel Piquer, natural de Maella (Aragón), Doctor en Medicina, ascendiente de Don Andrés Piquer, nacido el 6 de noviembre de 1711 en Fornoles (Teruel / Aragón), hijo de Jacinto Jose Piquer y de María Arrufat. 

Andrés Piquer es una de las personalidades claves para entender la situación de la Medicina española del siglo XVIII y los intentos más serios de renovación.




Escudo de Armas de los Piquer

Diego de Vrbina llamado "Castilla, Rey de Armas" del Rey Don Filippe




Médico, filósofo y físico español, nacido en Fórnoles, Teruel, en 1711, y fallecido en Madrid en 1772. Tras aprender las primeras letras en su pueblo natal, cursó estudios secundarios desde 1721 a 1727 en la vecina localidad de Fresneda. En 1727 se trasladó a Valencia, en cuya universidad estudió filosofía y medicina hasta graduarse en 1734. Los profesores que más le influyeron fueron el catedrático de anatomía Juan Bautista Longás y, sobre todo, Antonio García Cervera, titular de la cátedra médica primaria y antes de la de práctica. Piquer lo llamó "García el grande" y lo consideró cabeza destacada de la renovación de la enseñanza médica en la Universidad de Valencia. Había sido, en 1721, uno de los firmantes de un memorial en el que se solicitaba autorización para enseñar la "medicina moderna", y era partidario del sistema iatromecánico, como se refleja en sus "aprobaciones" o prólogos a obras de José Arnau y del propio Piquer.

Recién graduado, Piquer participó en varias oposiciones a plazas del Hospital General de Valencia y a cátedras médicas de su universidad. No tuvo éxito de momento, aunque la brillantez de sus ejercicios contribuyó a ir afianzando su prestigio profesional, lo que también acrecentó la publicación de su primer libro, titulado Medicina vetus et nova (1735). En consecuencia, consiguió una excelente clientela y fue comisionado oficialmente para estudiar diversos problemas sanitarios. Los informes que redactó con este motivo reflejan la orientación que entonces tenían sus prácticas.


Estatua de Andrés Piquer. (Paraninfo de la Universidad de Zaragoza / Antigua Facultad de Medicina)
En 1741, Piquer entabló relación con Gregorio Mayáns Síscar, una de las figuras centrales de la Ilustración valenciana. La amistad entre ambos que entonces se inició, se mantuvo, con algunos altibajos, hasta la muerte del primero. Mayáns influyó notablemente en Piquer, sobre todo en su formación humanística y filosófica, y también le ayudó de modo importante en su carrera. A la intervención de Mayáns se debió en parte que Piquer ganara en 1742 las oposiciones a la cátedra de anatomía de la Universidad de Valencia, poco después de resultar también vencedor en las de médico titular del Hospital General.

Durante los nueve años que ocupó la cátedra de anatomía valenciana, Piquer prestó gran atención a la enseñanza práctica, de acuerdo con la tradición de la escuela valenciana. Publicó algunos textos de tema anatómico y dejó otros inéditos, pero el objeto fundamental de su obra escrita fue ofrecer "a la juventud española" una síntesis amplia "moderna" de los saberes médicos y de sus disciplinas básicas.

A finales de 1751, nombrado por el Marqués de la Ensenada, Piquer marchó a Madrid como médico de cámara supernumerario de Fernando VI. El ascenso de Piquer fue muy rápido y en 1752 fue designado vicepresidente de la Real Academia Médico-Matritense (a la que pertenecía desde 1739) y entró a formar parte del tribunal del Protomedicato. Murió el 3 de febrero de 1772 en Madrid.

 Para saber más: Homenaje al Dr. Andrés Piquer y Arrufat (1711-1772) en el tercer centenario de su nacimiento

sábado, 25 de febrero de 2017

José de San Martín. Héroe de la independencia, libertador de Chile y Perú


Sus campañas militares cambiaron el signo de la historia americana durante el proceso de descolonización a principios del siglo XIX, tras las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812. A su estrategia se deben los planteamientos militares que llevarían a la independencia de Chile y de Perú, centro neurálgico del poderío español cuya caída conduciría a la de todo el continente. 

El artículo 1° de la Constitución de 1812 señala que “La nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios”. Con este enunciado se comenzaba a modificar radicalmente el entramado institucional del imperio americano, al situar en pie de igualdad a la metrópoli y sus colonias.


José Francisco de San Martín y Matorras nació, posiblemente, en 1777 (En la carta al mariscal Castilla del 11 de septiembre de 1848 se refiere a sus setenta y un años. Algunas fuentes indican que fue el 25 de febrero de 1778, ya que en su acta de defunción figura que tenía setenta y dos años, cinco meses y veintitrés días, mientras que otras la fijan en uno,  dos y hasta tres años mas tarde), en la aldea jesuita de Yapeyú, hoy provincia de Corrientes (Argentina), hijo benjamín de Juan de San Martín y Gómez (1728), un hidalgo palentino de clase media, que tras largos años de carrera militar llegó a ostentar el cargo teniente gobernador de Corrientes, y de Gregoria Matorras del Ser (1738), prima hermana del gobernador y capitán general del Tucumán y explorador del Chaco Jerónimo Matorras, con la que contrajo matrimonio por poderes el 1 de octubre de 1770. En 1784 pasó con su familia a España (Málaga) y en 1787 ingresó en el Seminario de Nobles de Madrid (...para entrar era necesario «constar ser hijosdalgo notorios según las leyes de Castilla, limpios de sangre y de oficios mecánicos por ambas líneas»...), donde estudió retórica, matemáticas, geografía, ciencias naturales, francés, latín, dibujo y esgrima.

Dos años después pidió y obtuvo el ingreso como cadete en el Regimiento de Murcia. Fue éste el origen de una brillante y vertiginosa carrera militar que tendría su bautismo de fuego en el sitio de Orán (1791) y en la campaña de Melilla. Más tarde intervino en las guerras del Rosellón (1793) y de las Naranjas (1801), mereciendo sucesivos ascensos por su actuación; alcanzando el grado de capitán de infantería en el regimiento de voluntarios de Campo Mayor en 1803. Cuando la invasión napoleónica dio lugar a la Guerra de la Independencia (1808-1814), con Fernando VII en el exilio, su arrojo contra los franceses en la batalla de Bailén (19 de julio de 1808) le valdría ser nombrado teniente coronel de caballería y fue condecorado con la medalla de oro.

Tras esta fulgurante carrera en el ejército, y poco después de estallar la revolución emancipadora en América, San Martín se propuso contribuir a la libertad de su "patria", traicionando a la Corona española y apoyado por la política del Reino Unido. Inició así una nueva etapa de su vida que lo convertiría, junto con Simón Bolívar, en una de las personalidades más destacadas de la guerra de emancipación americana. En Cádiz conoce a algunos militares de América del Sur y se enrola en las logias qeu defendían la indepencia; solicita la baja en el ejército español y marcha a Londres (1811)*, donde estuvo maquinando un plan para la independencia de las colonias, y desde allí se embarcó, junto a otros oficiales, tales como Carlos María de Alvear, y Martiniano Chilavert, en la fragata George Canning hacia Buenos Aires, a donde llegó el 9 de marzo de 1812. Confiaba en que su experiencia militar le permitiese rendir excelentes servicios al ideal que animaba a su país, pero a causa de sus veintidós años de servicio en el ejército realista no fue recibido con entusiasmo por los dirigentes; pero, ante la debilidad militar del movimiento patriota, la Junta gubernativa (Triunvirato) le confirmó en su rango de teniente coronel de caballería y le encomendó la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo, al frente del cual obtuvo la victoria en el combate de San Lorenzo (3 de febrero de 1813).

En 1804, Napoleón Bonaparte, emperador de Francia, domina toda Europa y cierra los puertos del continente europeo al tráfico comercial con Gran Bretaña. A raíz de esto la industria y el comercio exterior británico cae en una paralización que lo lleva inexorablemente a la quiebra. William Pitt, Primer Ministro de Gran Bretaña, reinando Jorge IV, le encomienda al general escoces Thomas Maitland la elaboración de un plan para capturar Buenos Aires y Chile y luego emancipar Perú y Quito. El plan consistía en lo siguiente: 

Asaltar Buenos Aires. Formar un ejército con hijos de españoles, mestizos, autóctonos o indios y negros esclavos. Que ese ejército formado en Buenos Aires acampe en Mendoza y se refuerce con personas de la misma etnia que las nombradas. Con este ejército asaltar Chile. Dominado Chile, con la flota británica, transportar ese ejército para la toma de Perú, y de Guayaquil (Audiencia de Quito) hoy Ecuador.

* El Plan Maitland, que permaneció oculto durante 184 años en archivos británicos, es el plan operativo de 1800 para desarrollar el plan estratégico de 1811. San Martín habría conocido ese plan durante su estancia en Inglaterra, y  decidió ponerlo en práctica.

 
José de San Martín y su esposa Remedios Escalada


El mismo año de su llegada había conocido en una tertulia política a la que sería su esposa, doña María de los Remedios Escalada de la Quintana, de 14 años, perteneciente a una distinguida familia del país, con quien contrajo matrimonio en septiembre, en la catedral de Buenos Aires. Crea la logia Lautaro, cuyo objetivo era liberar América del Sur y, en octubre de 1812, los miembros de la logia encabezan un movimiento que tiene por objeto remover algunos miembros del Primer Triunvirato. Entonces, pacíficamente, el Cabildo nombra al Segundo Triunvirato, quienes, al poco tiempo, llaman a una asamblea de delegados de las provincias con el fin de dictar una constitución.

En 1813 renunció a la jefatura del Ejército de Buenos Aires, y en 1814 aceptó sustituir a Manuel Belgrano al frente del Ejército del Alto Perú, maltrecho por sus derrotas.

José de San Martín pensaba que todos los esfuerzos debían orientarse hacia la liberación de Perú, principal bastión realista en América. Bloqueada la ruta por tierra del Alto Perú (la actual Bolivia), empezó a madurar su plan de conquista de Perú desde Chile; con este objetivo obtuvo la gobernación de Cuyo, lo que le permitió establecerse en Mendoza (1814) y preparar desde allí su ofensiva.

San Martín decidió apoyarse en Bernardo O'Higgins, que había puesto en marcha una intentona independentista en Chile, con quien preparó el plan de invasión. En Mendoza, durante tres años (1814-1817), organizó el ejército con la ayuda de la población de los Andes e inició la gran campaña que habría de dar un giro nuevo a la guerra, en el momento más difícil para la causa americana, cuando la insurrección estaba vencida en todas partes con excepción de Argentina. Su objetivo era invadir Chile cruzando la cordillera de los Andes, y su realización, en sólo veinticuatro días, constituiría una gran hazaña militar. 

En enero de 1817 comienza el cruce del ejército, de unos 4.000 hombres, la caballería, la artillería de campaña y las provisiones para un mes, divididos en dos columnas por el paso de Los Patos y por el de Uspallata, y se encontraron en Santa Rosa de los Andes.

Superadas las cumbres andinas, el 12 de febrero de 1817 derrotó al ejército realista al mando del general Marcó del Pont en la batalla de Chacabuco, y el 14 entró en Santiago de Chile. La Asamblea constituida proclamó la independencia del país y le nombró director supremo, cargo que declinó en favor de O'Higgins.

Monumento al "Libertador" en Buenos Aires / Argentina
A partir de este momento, los esfuerzos de San Martín se centraron en la organización de la gran escuadra que había de transportar a las tropas libertadoras a Perú. Finalizados los preparativos, la escuadra zarpó de Valparaíso (Chile) el 20 de agosto de 1820, con 24 buques  transportando un ejército de 4.800 hombres, y fondeó frente al puerto de Pisco (Perú) el 12 de septiembre. San Martín intentó negociar con el virrey Pezuela, y luego con su sucesor, José de la Serna, con el que se entrevistó el 2 de junio de 1821: el libertador expuso allí su oferta de un arreglo pacífico, que incluía la independencia de Perú y la implantación de un régimen monárquico con un rey español, ofreciendo a La Serna la regencia interina. Fracasadas las negociaciones, San Martín ocupó Lima y proclamó solemnemente la independencia (28 de julio de 1821), pese a que el ejército realista aún controlaba gran parte del territorio virreinal.

San Martín proclama la independencia del Perú
Tras la toma Lima, San Martín embarcó el tesoro de la Real Hacienda en la Flota del Vicealmirante inglés Lord Thomas Alexander Cochrane, que se hace inmediatamente a la vela a Londres. Ese tesoro era el más grande de todo el continente de América del Sur.

Nombrado Protector de Perú, mientras enviados suyos gestionaban en las Cortes europeas el establecimiento de una monarquía, la incertidumbre de su situación militar contrastaba con la consolidación de Simón Bolívar en la Gran Colombia y la total liberación de Quito tras la Batalla de Pichincha.

Encuentro Bolivar y San Martín

La ocupación de Guayaquil, ciudad reivindicada por Perú, fue el motivo inmediato de una entrevista con Simón Bolívar (26 de julio de 1822), en la que se trató el futuro del continente, lo que debió de desalentar a San Martín, pues tras regresar a Lima, y ante la creciente oposición peruana a su política, convocó el Congreso y presentó la renuncia a su cargo de Protector (20 de septiembre de 1822), dos años antes de que la victoria de Ayacucho pusiera fin definitivamente a la dominación española en Perú y en todo el continente.

San Martín. Óleo pintado en 1824, por F .J. Navez
San Martín había decidido retirarse; consideraba cumplido su deber de liberar a los pueblos y no quiso participar en las luchas intestinas por el poder. En octubre de 1822 llegó a Chile; en verano de 1823 cruzó los Andes y pasó a Mendoza con la idea de establecerse allí, apartado de la vida pública. Pero las muchas críticas adversas que le atribuían aspiraciones de mando y el fallecimiento de su esposa lo determinaron a partir en febrero de 1824 rumbo a Europa, acompañado por su hija única Mercedes.


Residió un tiempo en Gran Bretaña (se dice que fue masón. La masonería era tanto un servicio de inteligencia como un partido político de la época que representaba a la ideología liberal y a la defensa de la Revolución Francesa) y de allí se trasladó a Bruselas, donde vivió modestamente. En 1829 embarcó hacia Buenos Aires, donde se encontró con la revolución del general Juan Lavalle, y tras una breve estancia en Montevideo, regresó a Europa, residiendo en París a partir de 1831. 



José de San Martín fechó su testamento ológrafo en París, el 23 de enero de 1844, dejando como única heredera a su hija Mercedes, casada con Mariano Balcarce que ejercía como embajador argentino en París.

En 1848 se instaló en su definitiva residencia de Boulogne-sur-Mer (Francia), donde moriría, achacoso, postergado y casi ciego por tener cataratas, en agosto de 1850. Sus restos mortales fueron repatriados a Buenos Aires en 1880.
 
Tumba del “Procer” Generalísimo José Francisco de San Martín y Matorras.
Padre de la Patria​ y el "Libertador" de la Argentina

"Maitland & San Martín" es un interesante libro de Rodolfo Terragno, que se refiere al plan secreto concebido a principios de 1800 por el militar escocés Thomas Maitland,  que consistía en "ganar el control de Buenos Aires", "tomar posiciones en Mendoza", "coordinar acciones con un ejercito en Chile", "cruzar los Andes", "derrotar a los españoles y controlar Chile", "continuar por mar a Perú" y "emancipar Perú". No hace falta aclarar que ese plan concebido por Maitland fue el ejecutado en la práctica, poco años después,  por José de San Martín. 

Heráldica de San Martín (algunas dudas)

martes, 21 de febrero de 2017

Automóviles De Soto. Adelantados a su tiempo


Hace poco, en noviembre de 2016, publiqué una entrada del blog titulada "Hernando de Soto. Explorador de la Florida y descubridor del gran río Misisipi". Debido a la popularidad de este conquistador español en EE.UU. en el año 1928 se creó una marca de automóviles denominada De Soto, perteneciente al grupo Chrysler. 

Hoy la entrada trata de una marca famosa de automóviles, llamada así en honor al conquistador y explorador del siglo XVI. Chrysler la introdujo para competir con sus rivales General Motors, Studebaker y Willys-Knight, en la gama de precio medio.

Hernando de Soto cubrió más territorio norteamericano que cualquier otro explorador, y algunas ciudades y condados en el sudeste de Estados Unidos se llamaron De Soto en conmemoración de su gesta. El logo empleado era una réplica del escudo de armas de De Soto, aunque con ciertas modificaciones a lo largo del tiempo, desde 1928 A 1960.

Escudo de Armas: En campo de azur un águila exployada palada de cuatro piezas de oro y gules. Bordura de gules con ocho candados abiertos de sable.

Otros traen escudo cuartelado: 1º; de azur, un águila de sable perfilada de oro. En el jefe, dos flores de lis de oro, una a cada lado de la cabeza del águila. 2º; de oro y tres candados abiertos, de sable; 3º; de oro y con dos candados, también abiertos, de sable y 4º; de azur, un águila de sable y dos copas de oro en la punta.

Escudo de armas de  De Soto

Emblema de los automóviles De Soto
Busto estilizado de De Soto

Walter P. Chrysler introdujo la marca De Soto en el verano de 1928 y, muy pronto, alcanzó gran renombre y durante los doce primeros meses, la producción de De Soto alcanzó las 81.065 unidades. De Soto construyó más coches durante su primer año que Chrysler, Pontiac, o Graham-Paige. Este record se mantuvo casi treinta años.

El coche en sí mismo estaba a la mitad de precio que el 6 cilindros de 55 hp. El De Soto proporcionaba ventajas de ingeniería como una bomba de aceite y frenos Lockheed hidráulicos que eran opcionales o simplemente no ofrecidos por las marcas de la época. El De Soto tenía detalles como el limpiaparabrisas estándar automático, llaves especiales de contacto, luces de freno, y una completa instrumentación entre otras muchas cosas.

De Soto roadster Español, modelo de 1929


Para hacer más atractiva la gama, se ofrecían 7 modelos diferentes con nombres ostentosos. Al modelo de dos plazas lo llamaron “dos plazas Español”. Al Sedan lo llamaron “Sedan de Lujo”. Incluso el modelo básico de dos puertas tenía el nombre de “Business Coupe”.

De Soto volvió con más fuerza en 1930. En lo más alto de la gama estaba el De Soto CF, conocido también como De Soto Eight. Este era el De Soto más grande con una distancia entre ejes de 114 pulgadas, y un motor de ocho cilindros que desarrollaba 70 hp. dirigido a clientes que deseaban un coche de lujo potente.

A pesar de que 1930 fue el primer año completo inmerso en la gran depresión, De Soto construyó 20.075 unidades del Eight. Como el comportamiento durante la depresión de la Corporación Chrysler en general y de la División De Soto en particular fue ejemplar, el desarrollo de nuevos productos continuó incrementándose durante la época dorada del Jazz.

De Soto, mantuvo al público pendiente de sus espectaculares hazañas de velocidad y resistencia. En 1932, el piloto de coches de carreras Peter De Palo cruzó en diez días los Estados Unidos a bordo de un De Soto. Cuando su viaje terminó, De Palo al volante de su DeSoto se dirigió al hipódromo y realizó 300 millas a velocidades cercanas a las 80 millas por hora.
 
En 1933, De Soto reclutó a otro piloto de coches de carreras para la realización de un truco publicitario asombroso. Esta vez, Harry Hartz condujo un De Soto marcha atrás a través del país. Hartz pilotó el coche por todo el continente observando el camino a través de un gran retrovisor.

Por aquel entonces los espectadores no lo podían saber, pero el viaje de Hartz fue la primera prueba en público de experimentos sumamente secretos que se prepararon en los laboratorios de ingeniería de la Corporación Chrysler. Los resultados de aquellos experimentos cambiarían el mundo de la automoción.

Los experimentos realizados aportaron conocimientos aerodinámicos que fueron aplicados en el De Soto Airflow de 1934. Los nuevos coches tenían una muy buena distribución del peso, convirtiéndolos en extremadamente estables, el compartimiento de pasajeros fue situado delante de las ruedas posteriores ofreciendo más espacio y comodidad. También fueron los primeros coches con carrocería monobloque, simplificando la producción y aumentando enormemente la resistencia. Estos coches de los años 30 estaban verdaderamente adelantados a su tiempo.

En 1938, De Soto empezó a fabricar para la exportación (sobre todo vehículos militares).

En 1941 la transmisión semiautomática del De Soto Simplimatic estaba disponible en todos los modelos. Tras la Guerra, sería actualizada, como por ejemplo con el cambio hidráulico en los pedales. En 1954, se pasó de una transmisión semiautomática a una transmisión completamente automática.


A principios de 1959, la gama de De Soto había sido reducida al “Fireflite” y al “Adventurer”, y la marca fue fusionada con la gama de Plymouth. A pesar de ello, ese año también se vendieron 2.000.000 de unidades.

De Soto_Adventurer, año 1954

En 1960, se seguían comercializando los mismos dos modelos, prácticamente sin ningún cambio. Las ventas, como era de esperar, cayeron en picado, teniendo en cuenta además que los coches De Soto eran vendidos en los mismos concesionarios que sus primos de menor precio.

El último diseño de De Soto se convirtió en el Chrysler Newport, antes incluso de que se iniciara su producción, y los modelos de 1961 fueron los últimos de De Soto y la marca fue relegada a la historia.


Nota. Información extraída en gran parte de autopasión

sábado, 18 de febrero de 2017

Antonio de Ulloa. Ilustre marino y científico


Participó en la expedición pionera a Quito (Ecuador) para medir un arco meridiano y determinar la forma de la Tierra. Fundó el Museo de Historia Natural de Madrid y tuvo gran influencia en la creación del Jardín Botánico. 

Descubrió el platino, organizó el primer laboratorio metalúrgico de España y creó en Cádiz el Observatorio Astronómico. Es autor de numerosos escritos, entre los que destaca Noticias Americanas y Relación Histórica del viaje a América Meridional, con una descripción geográfica completa y precisa de la mayor parte de América del Sur, así como de sus habitantes e historia natural.

Antonio de Ulloa y de la Torre Guiral. Nació en Sevilla, en enero de 1716 y falleció en la Isla de León (actual San Fernando, Cádiz) en julio de 1795, ostentando el cargo de Director General de la Real Armada.
 
Retrato de Antonio de Ulloa
Sus padres fueron don Bernardo de Ulloa y Sosa y doña Josefa de la Torre Guiral, él economista y regidor perpetuo del Ayuntamiento de Sevilla, de familia noble e hidalga sevillana, oriundos de Extremadura y Galicia y radicados en Sevilla desde el año de 1480. Se educó estudiando en centros de altos estudios, como era el Colegio de Santo Tomas de los padres Dominicos, a los que se accedía por una estricta selección académica y severas pruebas de nobleza. Contrajo nupcias en Lima, con la dama criolla Francisca Remírez de Laredo y Encalada, hija del Conde de San Javier y Casa Laredo, con quien tuvo seis hijos. Su hermano Fernando sería  ingeniero jefe de las obras del Canal de Castilla.

Se desplazó a Cádiz, a la edad de trece años, con la intención de entrar en la Real Compañía de Guardiamarinas, impulsada por José Patiño, pero al llegar estaba completa y sin poder admitir a nadie más, por lo que decidió embarcarse, llevado por su ardor marino, en la escuadra de galeones al mando de don Manuel López Pintado, como aventurero y a su costa. A su vuelta a España ingresó, en 1733, en la Real Compañía, siendo un alumno muy destacado.

Fue elegido para la expedición francesa, que tenía la misión de medir el meridiano en el ecuador, mientras que otra lo efectuaría en el norte de Europa. La expedición estaba programada por el gobierno francés y a la cabeza de ella su rey Luis XV; se trataba de pedir permiso al español para la libertad de movimientos en nuestras posesiones de América.

Corría el año de 1734 cuando Felipe V pidió al secretario de Marina e Indias, don José Patiño, que propusiese a “uno o dos sujetos españoles, inteligentes en la matemática y astronomía”, para que les acompañasen. Patiño eligió para la empresa a dos guardiamarinas, que prácticamente habían comenzado sus estudios, siendo designados, el alicantino don Jorge Juan y Santacilia y el sevillano Antonio de Ulloa, que tenían en esos momentos y respectivamente veintiún y dieciocho años de edad; los dos fueron ascendidos por orden superior de guardiamarinas a tenientes de navío, un salto de cuatro escalones en el escalafón, asignándoseles un sueldo apropiado con su nuevo quehacer.

Cruzaron el océano Atlántico, desembarcando en Cartagena de Indias, y llegaron a Quito, en mayo de 1736, donde dieron comienzo a sus mediciones, que terminaron en 1744, ya que además llevaban el encargo de Zenón de Somodevilla, ministro de Hacienda, Guerra, Marina e Indias, de que se realizase un estudio verdadero de la situación de las colonias, que incluía todas las materias relacionadas con ello, como el estado político militar, naval, ejército, plazas, arsenales, conducta de los jefes y demás empleados, administración de justicia, costumbres de los habitantes, en particular de los indígenas, etc., para a su vuelta informarle al punto.

A su regreso a España, su fragata fue apresada por los ingleses, quedando prisionero y Ulloa fue desvalijado de toda su documentación científica (la que pudiera ser comprometida la había tirado al mar); cuando llegó al Reino Unido, Ulloa fue declarado libre por el conde de Sándwich, ministro a la sazón, ordenando que se le devolvieran todos los documentos, manifestando, que el estar en guerra las dos naciones no debía entorpecer el progreso de la ciencia. En desagravio fue nombraron académico de la Real Sociedad de Londres. La Real Academia de Ciencias de París también lo recibió como miembro correspondiente.

A su regresó a Madrid, el Rey, maravillado por los trabajos de ambos marinos y científicos, quiso premiarles y lo hizo ascendiéndolos a capitanes de fragata, al mismo tiempo les encargaba que juntos realizaran la escritura de sus trabajos en América, tanto la parte científica como la histórica; se partieron el trabajo y Ulloa cogió la parte histórica.

Observaciones astronómi-cas y phisicas (1748)
 La vocación científica de Ulloa no declinó nunca, y así lo demuestran los numerosos escritos que elaboró a lo largo de su vida. Llevado por si inquietud y por sus conocimientos, los aprovecho prestando grandes y diferentes servicios a España: dio los primeros paso en el conocimiento de la electricidad y del magnetismo artificial; hizo visible la circulación de la sangre en colas de peces y varios insectos; descubrió las propiedades del platino, siendo el primero en descubrirlo y traerlo a Europa; descubrió conchas marinas en la cordillera de los Andes; dio las primeras noticias sobre el árbol de la canela y la del caucho; perfeccionó la imprenta, el arte de grabar en cobre y piedra, la relojería y así mismo la cirugía, siendo elegidos por él jóvenes que con su dirección salieron a Suiza, París y Holanda, para su mejor instrucción; realizó el proyecto del canal de navegación y riego de Castilla.

En 1755, durante su estancia en Suecia, fue elegido miembro de la Real Academia Sueca, como reconocimiento a su valía y talla de gran científico. El prestigio alcanzado por Antonio de Ulloa hizo que la corona española le confiara cargos de gran responsabilidad en tierras americanas Realizó numerosos viajes, participó en varias campañas y recibió varios cargos, entre ellos el de gobernador del territorio minero de Huancavélica en el Perú en 1758: Años más tarde fue nombrado gobernador de La Luisiana y en 1766 también se hizo cargo como gobernador de La Florida. En 1769 fue ascendido a jefe de escuadra. Recibió la Encomienda de Valdecarávanos, en la Orden de Calatrava, además de la que ya tenia de Ocaña, en la de Santiago.

miércoles, 15 de febrero de 2017

Juan de Contreras. Su magnífico Palacio en Ayllón (Segovia)

Marinero de la 1ª expedición de Colón, manda reformar la antigua casa de Álvaro de Luna en Ayllón (Segovia), convirtiéndola en la casa-palacio de Contreras, más tarde propiedad de los marqueses de Villena.


Juan de Contreras (cuyo nombre completo es Juan de Ayllón y Contreras Vázquez de Cepeda), en 1492, embarcó con Cristóbal Colón en su primer viaje, y al regreso del mismo reformó y levantó la fachada en lo que entonces popularmente se llamaba casa de Álvaro de Luna.Este personaje parece ser que fue regidor de Segovia, que estuvo presente en la coronación de la reina Isabel I, en el atrio de San Miguel el 13 de diciembre de 1497 y, posteriormente, residió en Ayllón, en su Casa-Palacio y casó con Ana de Ovalle y falleció en el año de 1527, estando enterrados ambos en la iglesia de San Miguel de Ayllón.


Pedro González de Contreras, montero mayor de Enrique III e hijo de Fernán González  de Contreras, Maestresala del Rey Don Pedro, casó con doña María García Palomeque, hermana de don Juan, obispe de Osma y Canciller  de  Castilla, y viuda de Gil Blázquez de Segovia. Pedro, casó en segundas nupcias con doña Urraca González Dávila, señora de Narros, Villatoro y Navamorcúende, con la cual tuvo numerosa sucesión, copiosa en Avila, Ayllón y en Segovia. Fueron sus moradas el magnifico  palacio de Polentinos, en Avila, el de Juan de Contreras, en Ayllón y la casa que, en Segovia es Museo Provincial. Usaban como armas los bastones y la muralla invertida de los  Contreras, ésta a  veces en su posición  natural.

En Ayllón (norte de Segovia), que fue señorío concedido por el trastámara Juan II a Don Álvaro de Luna, quién en 1423 sería nombrado Condestable de Castilla, se encuentra un bello palacio que hizo construir/reformar en 1497 el “muy venturoso hidalgo” Don Juan de Contreras, como indica el grabado en su fachada “REINANDO EN CASTILLA Y EN ARAGÓN LOS MUY ALTOS PRÍNCIPES DON FERNANDO Y DOÑA ISABEL ESTA / CASA MANDO HACER EL MUY VIRTUOSO FIJODALGO: JUAN DE CONTRERAS EL AÑO DE MCCCCXCVII”.

 Fernando de Antequera, luego rey de Aragón, era en el año 1411 señor de Ayllón.

Popularmente es conocido como el palacio de don Álvaro de Luna, afirmación ésta alejada de la realidad, ya que don Álvaro murió en 1453 y la construcción de este edificio tuvo lugar 44 años después, en 1497, aunque parece ser que se hizo la obra sobre una antigua casa que llegó a habitar el Condestable en algún momento, levantando además la fachada principal, reformada posteriormente, en 1622, por dos hermanos, Marcos y José Salamanca, ambos maestros canteros, uno de Cuellar y el otro de Fuentidueña. Llama la atención su fascinante fachada de estilo gótico tardío o plateresco, con una portentosa puerta de madera bajo un dintel de grandes dovelas, todo ello abrigado por un cordón franciscano, y en la que destacan tres blasones tumbados hacia la izquierda y una interesante inscripción gótica (se puede ver en la figura) cincelada en los sillares que hay sobre el dintel de la puerta de acceso.


Este palacio fue propiedad, años más tarde, de Diego López Pacheco y su esposa Luisa Cabrera y Bobadilla, marqueses de Villena. En la guía de turismo se dice que los escudos de su fachada, son de los dichos marqueses, lo cual no debe ser cierto puesto que aparece un único cuartel en los tres escudos, el muro almenado que representa el linaje de los Contreras, que en algunas ocasiones (en algunos escudos, según el linaje) se representa a la inversa (a la contra). Los marqueses de Villena fueron dueños del palacio desde principios del siglo XVII hasta el XVIII. Esta casa-palacio, que sufrió un incendio en 1945, está declarada monumento histórico-artístico, incluida su huerta-jardín, por Decreto de 17 de Julio de 1969.

Nota: El Palacio de Juan de Contreras de Ayllón tiene una réplica casi idéntica en el Pueblo Español, situado en Montjuic (Barcelona), construido en 1929, en el marco de la Exposición Internacional de Barcelona.

Según la web: Linaje Contreras, se indica sobre este personaje y su casa-palacio

Lo cierto es que el Palacio Contreras se creó a partir de la unión de dos casas, una de ellas propiedad de Mohamed Montejo, moro y vecino de Ayllón que, en 1420, establece un censo a favor del Cabildo Eclesiástico, que varios años mas tarde, pasa a la familia de Juan Martínez y la otra casa pertenecía a Luisa Martínez hermana del anterior, pasando mas tarde a Gracian el judío que, tras su expulsión, pasó al poder del Cabildo de Ayllón. 

Juan de Contreras se hace cargo del censo y de la casa, manifestando que tomó las dos casas, para toda su vida, la de su mujer y de sus hijos y nietos directos por línea de familia. Se reedificó una nueva fachada, en las que se colocaron los escudos Contreras. El Palacio al que también se le atribuyen cantidad de autores, fue construido por el Maestre Abadlla o Abdulla y su hijo Idarcos, vecinos de Segovia, que pleitearon en la Real Chancillería de Valladolid. Los gastos principales del Palacio ascendieron a 42.506 maravedíes y un ducado. La casa Palacio fue comprada dos siglos mas tarde por Francisco Rodríguez Blanco, Mayordomo del Marqués de Villena, heredada por su hija Matea Ramírez, para pasar a su sobrino José Ramírez Ramos. 

Juan de Contreras tuvo que realizar Ejecutoria de Hidalguía, para si y su hijo Francisco, casado con Francisca Velosillo, en la Real Chancillería de Valladolid; la acusación se basaba en que tanto el como sus antecesores eran hijos incestuosos y nefarios (detestables). Este pleito dio lugar a que por expreso mandato del Rey Carlos I, fueran obligados a la parte demandante y demandada a presentarse personalmente en la Real Chancillería de Valladolid y al no poder demostrar lo denunciado se obligó al Fiscal Rui de Antezana y al Concejo de la Villa de Ayllón a pagar la totalidad de las costas y la obligación de la devolución total de los bienes confiscados a su hijo Francisco. 

A Francisco le fue ratificada su Ejecutoria el 16 de mayo de 1551, y a sus sucesores 1670,1724, 1726, 1727. Queda por señalar una característica de esta familia, procedente de Jaramillo de los Caballeros en Burgos, que después de un pavoroso incendio paso a llamarse Jaramillo Quemado, de donde eran señores y originarios los Contreras o Jaramillo de Contreras, como consta en el Libro de las Behetrias. En esta línea indistintamente el hombre o la mujer utilizaron los apellidos Jaramillo, Xaramillo, Contreras, o el compuesto Jaramillo de Contreras.

lunes, 13 de febrero de 2017

El Rey y Vargas Llosa animan a promover y defender el español


El Rey Felipe VI, acompañado por la Reina Letizia, y el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa han clausurado el acto de presentación de las conclusiones de 'El valor económico del español', el proyecto con el que la Fundación Telefónica lleva una década promoviendo y analizando la importancia de la lengua española. 

Álvarez-Pallete, Méndez de Vigo, Felipe VI, Doña Letizia, Alierta y Vargas Llosa

Los Reyes de España, junto al Presidente de Telefónica, José Mª Álvarez-Pallete, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, el Presidente de la Fundación Telefónica, César Alierta y el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa.

 

El presidente de Fundación Telefónica, César Alierta, ha apuntado que “los efectos reales económicos del español son inconmensurables y lo van a ser cada vez más”.

 
“Es nuestra obligación cuidar, defender y promover nuestra lengua” ha asegurado durante su intervención el premio Nobel de Literatura Vargas Llosa, quien ha subrayado que el español posee una actitud flexible para renovarse y adaptarse a las actitudes cambiantes de la vida. “


El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, auguró que "el siglo de oro del español está por llegar".


Por su parte, su Majestad Felipe VI ha querido destacar que el alcance del español supera las dimensiones de los países hispanohablantes: “567 millones de personas habla nuestra lengua en todo el mundo y se estima que en 2050 serán 750 millones”.El Monarca destacó que "el español goza de muy buena salud y ha llegado al siglo XXI fortalecido", porque "ha superado con éxito tres grandes desafíos: sobrevivir al paso del tiempo, rebasar las limitaciones geográficas y mantener su unidad dentro de la diversidad". En su opinión “Nuestro idioma constituye una seña de identidad colectiva y una fuente de riqueza económica de primer orden”, ha concluido el jefe del Estado, motivo por el cual todos los españoles “somos responsables de seguir cuidándola”.


Los Reyes Felipe y Letizia durante el acto de cierre del proyecto de investigación

Dentro del proyecto 'El valor económico del español', dirigido por el catedrático de Economía Aplicada José Luis García Delgado y patrocinado por la Fundación Telefónica, que acaba de cumplir diez años, se han publicado 14 títulos sobre la importancia de la lengua española, en los que han participado más de 200 autores. Ha situado nuestra lengua en el mapa internacional a través de su cuantificación económica, con el fin de apoyar un diseño para una mejor política de proyección internacional de una lengua hablada hoy en día por más de 550 millones de personas en todo el mundo.

Libro: Valor Económico del Español

El español es la segunda lengua materna del mundo, tras el chino mandarín; la segunda lengua de comunicación internacional, también en la Red, tras el inglés; y la segunda lengua adquirida en los países de lengua no inglesa.

viernes, 10 de febrero de 2017

Jerónimo de Ayanz Beaumont: Militar e Inventor en el Siglo de Oro


Hombre culto, polifacético y emprendedor, conocido como el “caballero de las prodigiosas fuerzas”, fue un destacado hidalgo navarro, miembro de la vieja nobleza, que sirvió como paje real en su adolescencia y que destacó como militar en los Tercios Reales, músico, pintor, cosmógrafo, pero, sobre todo, como inventor en los reinados de Felipe II y Felipe III. 


Jerónimo de Ayanz
Jerónimo de Ayanz y Beaumont, (Guenduláin, Navarra; 1553 – Madrid; 1613), Participó, desde 1571, en diversas acciones militares en el Mediterráneo, los Países Bajos y la conquista de la isla Tercera en la incorporación de Portugal, recibiendo en 1579 el hábito de la Orden de Calatrava y en 1582 la encomienda Calatrava de Ballesteros, cerca de Ciudad Real, por evitar un atentado contra el Rey Prudente; varios años más tarde, en 1595, recibiría la encomienda de Abanilla, cercana a la ciudad de Murcia donde residía entonces. Entre ambas, obtenía unas rentas de de más de un millón de maravedís, una fortuna considerable para la época.
 
 Hijo de Carlos de Ayanz de Navarra Góngora (15201568), montero mayor del rey y capitán de la guarnición de Pamplona, que intervino activamente en las campañas de Francia al lado de Felipe II y participó, entre otras muchas, en la decisiva batalla de San Quintín (1557), y de Catalina de Beaumont y Navarra Porres.


Torre del Palacio cabo de armería de los Ayanz (Lónguida)
La crianza de Jerónimo y sus hermanos estuvo a cargo de su madre, que inculcó a sus hijos los principios de una educación propia de su rango. Pasó la infancia en el señorío que poseía su familia en Guenduláin, cerca de Pamplona, hasta que en 1567, al no poder optar al gobierno del señorío ya que no era el primogénito, fue a servir al rey Felipe II como paje. En la Corte recibió una educación esmerada y se le instruyó en las dotes miliciales, en las letras y las artes y, también, en las matemáticas que, posteriormente, le servirían para sus estudios de cosmografía.



Ayanz, a la edad de 31 años, emparentó con una de las familias de mayor abolengo de la ciudad de Murcia: los Dávalos y Pagán. La mujer escogida fue doña Blanca Dávalos Pagán y Aragón y para casarse, el caballero tuvo que pedir la correspondiente licencia a la Orden de Calatrava a la que pertenecía. El 22 de diciembre de 1584 se realizó el matrimonio, pero Blanca murió al poco tiempo y entonces tuvo que iniciar los trámites para casarse con una hermana menor de Blanca, llamada Luisa, lo que efectuó el 30 de agosto de 1586, y con la que tuvo seis hijos, pero cuatro de ellos no llegaron a la pubertad.

Con ocasión de las disputas que tuvieron lugar en el reino de Navarra a mediados del siglo XV, los de este linaje se declararon decididos partidarios del bando beamontés, llamados así por su caudillo, don Luis de Beaumont, cuyo apellido es el segundo de Jerónimo, rival del agramontés, que defendía los legítimos derechos del Príncipe de Viana (Carlos) frente a su padre Juan II de Navarra. Así, en 1453 Carlos de Ayanz (Señor de Mendinueta) hizo prisionero en acto de guerra al Adelantado mayor de Castilla don Fernando de Rojas, y aunque con arreglo a los usos de la época podía haber obtenido una cuantiosa suma por su rescate, prefirió canjearlo por la libertad del Príncipe, al que el rey Juan II tenía preso en Zaragoza.

En el año 1481, los de Ayanz, señores del palacio de Guenduláin, fueron muertos a traición por los Artiedas, sus primos carnales en una cena. Los del linaje de Ayanz, que eran muchos, se pasaron entonces al bando del Mariscal de Navarra porque el Conde de Lerin había acogido en su casa a los fascinerosos. Francés de Ayanz, señor del palacio de Guenduláin, abuelo de Jerónimo, disputó la jurisdicción del pueblo en 1540, pero se declaró que era del rey por sentencia del Consejo.

Varios de los antepasados de Jerónimo destacaron al servicio de Carlos V y de Felipe II. Su abuelo paterno, Francés de Ayanz, luchó contra los franceses que habían invadido Navarra en 1521, en la batalla de Noaín, llevando a su cargo su propio ejército. 

También luchó contra los franceses su padre, Carlos de Ayanz, dirigiendo bajo su mando a la gente de Pamplona y su comarca. y dos de sus tíos estuvieron consagrados al servicio del rey.
Jerónimo de Ayanz es considerado por algunos como el "Da Vinci español", por destacar en una gran diversidad de materias durante el Siglo de Oro. En muy pocos años realizó un gran número de innovaciones y, además, pudo verificarlas en la práctica, algo que no siempre realizó Leonardo da Vinci, el gran genio del Renacimiento. Pero no solo era un genio, sino que también era un hombre muy fuerte.... se dice que era capaz de horadar con su dedo un plato de plata, de sostener a un caballo mientras era azuzado por su jinete o, una vez, de arrancar de cuajo el enorme portalón de un convento.

Ayanz tuvo una activa vida militar y política. Participó con heroísmo en varios combates (en Túnez, Flandes, Portugal, Azores, La Coruña), llegando a desmantelar una conjura francesa para asesinar en Lisboa a Felipe II.

Ocupó asimismo los cargos de regidor de Murcia (1587) y gobernador de Martos en Jaén (1595). En el año 1597, fue nombrado administrador general de las minas españolas, lo que le permitió visitar más de 550 minas, teniendo la oportunidad de poner en práctica algunos de sus inventos. Entre ellos había dos ingenios de vapor, destinados respectivamente a purificar el aire y bombear el agua dentro de las explotaciones mineras, lo que constituye la primera aplicación conocida del vapor a una actividad industrial, mucho antes que la patente del inglés Thomas Savery (1698), que mejorada dio lugar a la máquina de James Watt.

Máquina de vapor de Ayanz
A lo largo de su vida, Ayanz fue autor de 48 inventos, reunidos en un privilegio (patente) de 1 de noviembre de 1606 archivado en Simancas (Valladolid), con los que pretendía la mejora de un importante sector para la economía española del momento, como era el de la minería, en la península y en los territorios del Nuevo Mundo. Ayanz también realizó varios originales diseños y prototipos de submarinos y equipos de buceo, algunos de los cuales fueron probados con éxito en el río Pisuerga, en Valladolid, ante los reyes Felipe III y Margarita de Austria, la Corte y un gran número de curiosos. Este hecho sucedió en 1602 y no se volvió a repetir hasta el siglo XIX, en Inglaterra.