Sus campañas militares cambiaron el
signo de la historia americana durante el proceso de descolonización a
principios del siglo XIX, tras las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812. A
su estrategia se deben los planteamientos militares que llevarían a la
independencia de Chile y de Perú, centro neurálgico del poderío español cuya
caída conduciría a la de todo el continente.
El artículo 1° de la Constitución de 1812 señala que “La nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios”. Con este enunciado se comenzaba a modificar radicalmente el entramado institucional del imperio americano, al situar en pie de igualdad a la metrópoli y sus colonias.
José
Francisco de San Martín y Matorras nació, posiblemente, en 1777 (En la carta al mariscal Castilla del 11 de septiembre de 1848 se refiere a sus setenta y un años. Algunas fuentes indican que fue el 25 de febrero de 1778, ya que en su acta de defunción figura que tenía setenta y dos años, cinco meses y veintitrés días, mientras que otras la fijan en uno, dos y hasta tres años mas tarde), en la aldea
jesuita de Yapeyú, hoy provincia de Corrientes (Argentina), hijo benjamín de
Juan de San Martín y Gómez (1728), un hidalgo palentino de clase media, que tras
largos años de carrera militar llegó a ostentar el cargo teniente gobernador de
Corrientes, y de Gregoria Matorras del Ser (1738), prima hermana del gobernador y
capitán general del Tucumán y explorador del Chaco Jerónimo Matorras, con la que contrajo matrimonio por poderes el 1 de octubre de 1770. En 1784 pasó con su familia a España (Málaga) y en
1787 ingresó en el Seminario de Nobles de Madrid (...para entrar era necesario «constar ser hijosdalgo notorios según las
leyes de Castilla, limpios de sangre y de oficios mecánicos por ambas líneas»...),
donde estudió retórica, matemáticas, geografía, ciencias naturales, francés,
latín, dibujo y esgrima.
Dos
años después pidió y obtuvo el ingreso como cadete en el Regimiento de Murcia.
Fue éste el origen de una brillante y vertiginosa carrera militar que tendría
su bautismo de fuego en el sitio de Orán (1791) y en la campaña de Melilla. Más
tarde intervino en las guerras del Rosellón (1793) y de las Naranjas (1801),
mereciendo sucesivos ascensos por su actuación; alcanzando el grado de capitán
de infantería en el regimiento de voluntarios de Campo Mayor en 1803. Cuando la
invasión napoleónica dio lugar a la Guerra de la Independencia (1808-1814), con Fernando VII en el exilio, su
arrojo contra los franceses en la batalla de Bailén (19 de julio de 1808) le valdría ser
nombrado teniente coronel de caballería y fue condecorado con la medalla de oro.
Tras
esta fulgurante carrera en el ejército, y poco después de estallar la
revolución emancipadora en América, San Martín se propuso contribuir a la
libertad de su "patria", traicionando a la Corona española y apoyado por la política del Reino Unido. Inició así una nueva etapa de su vida que lo
convertiría, junto con Simón Bolívar, en una de las personalidades más
destacadas de la guerra de emancipación americana. En Cádiz conoce a algunos militares de América del Sur y se enrola en las logias qeu defendían la indepencia; solicita la baja en el
ejército español y marcha a Londres (1811)*, donde estuvo maquinando un plan para la independencia de las colonias, y desde allí se embarcó, junto a otros oficiales, tales como Carlos María de Alvear, y Martiniano Chilavert, en la fragata George Canning hacia Buenos
Aires, a donde llegó el 9 de marzo de 1812. Confiaba en que su experiencia militar le permitiese rendir
excelentes servicios al ideal que animaba a su país, pero a causa de sus
veintidós años de servicio en el ejército realista no fue recibido con
entusiasmo por los dirigentes; pero, ante la debilidad militar del movimiento
patriota, la Junta gubernativa (Triunvirato) le confirmó en su rango de teniente coronel de
caballería y le encomendó la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo,
al frente del cual obtuvo la victoria en el combate de San Lorenzo (3 de
febrero de 1813).
En
1804, Napoleón Bonaparte, emperador de Francia, domina toda Europa y cierra los puertos del continente europeo al tráfico comercial con Gran Bretaña. A
raíz de esto la industria y el comercio exterior británico cae en
una paralización que lo lleva inexorablemente a la quiebra. William Pitt, Primer Ministro de Gran Bretaña, reinando Jorge IV, le encomienda al general escoces Thomas Maitland
la elaboración de un plan para capturar Buenos Aires y Chile y luego emancipar
Perú y Quito. El plan consistía en lo siguiente:
Asaltar Buenos Aires. Formar un ejército con hijos de españoles, mestizos, autóctonos o indios y negros esclavos. Que ese ejército formado en Buenos Aires acampe en Mendoza y se refuerce con personas de la misma etnia que las nombradas. Con este ejército asaltar Chile. Dominado Chile, con la flota británica, transportar ese ejército para la toma de Perú, y de Guayaquil (Audiencia de Quito) hoy Ecuador.
Asaltar Buenos Aires. Formar un ejército con hijos de españoles, mestizos, autóctonos o indios y negros esclavos. Que ese ejército formado en Buenos Aires acampe en Mendoza y se refuerce con personas de la misma etnia que las nombradas. Con este ejército asaltar Chile. Dominado Chile, con la flota británica, transportar ese ejército para la toma de Perú, y de Guayaquil (Audiencia de Quito) hoy Ecuador.
* El Plan Maitland, que permaneció oculto durante 184 años en
archivos británicos, es el plan operativo de 1800 para desarrollar el plan estratégico
de 1811. San Martín
habría conocido ese plan durante su estancia en Inglaterra, y decidió ponerlo en práctica.
El mismo año de su llegada había conocido en una tertulia política a la que sería su esposa, doña María de los Remedios Escalada de la Quintana, de 14 años, perteneciente a una distinguida familia del país, con quien contrajo matrimonio en septiembre, en la catedral de Buenos Aires. Crea la logia Lautaro, cuyo objetivo era liberar América del Sur y, en octubre de 1812, los miembros de la logia encabezan un movimiento que tiene por objeto remover algunos miembros del Primer Triunvirato. Entonces, pacíficamente, el Cabildo nombra al Segundo Triunvirato, quienes, al poco tiempo, llaman a una asamblea de delegados de las provincias con el fin de dictar una constitución.
En 1813 renunció a la jefatura del Ejército de Buenos Aires, y en 1814 aceptó sustituir a Manuel Belgrano al frente del Ejército del Alto Perú, maltrecho por sus derrotas.
José de San Martín y su esposa Remedios Escalada |
El mismo año de su llegada había conocido en una tertulia política a la que sería su esposa, doña María de los Remedios Escalada de la Quintana, de 14 años, perteneciente a una distinguida familia del país, con quien contrajo matrimonio en septiembre, en la catedral de Buenos Aires. Crea la logia Lautaro, cuyo objetivo era liberar América del Sur y, en octubre de 1812, los miembros de la logia encabezan un movimiento que tiene por objeto remover algunos miembros del Primer Triunvirato. Entonces, pacíficamente, el Cabildo nombra al Segundo Triunvirato, quienes, al poco tiempo, llaman a una asamblea de delegados de las provincias con el fin de dictar una constitución.
En 1813 renunció a la jefatura del Ejército de Buenos Aires, y en 1814 aceptó sustituir a Manuel Belgrano al frente del Ejército del Alto Perú, maltrecho por sus derrotas.
José
de San Martín pensaba que todos los esfuerzos debían orientarse hacia la
liberación de Perú, principal bastión realista en América. Bloqueada la ruta
por tierra del Alto Perú (la actual Bolivia), empezó a madurar su plan de conquista de
Perú desde Chile; con este objetivo obtuvo la gobernación de Cuyo, lo que le
permitió establecerse en Mendoza (1814) y preparar desde allí su ofensiva.
San
Martín decidió apoyarse en Bernardo O'Higgins, que había puesto en marcha una intentona
independentista en Chile, con quien preparó el plan de invasión. En Mendoza,
durante tres años (1814-1817), organizó el ejército con la ayuda de la
población de los Andes e inició la gran campaña que habría de dar un giro nuevo
a la guerra, en el momento más difícil para la causa americana, cuando la
insurrección estaba vencida en todas partes con excepción de Argentina. Su
objetivo era invadir Chile cruzando la cordillera de los Andes, y su
realización, en sólo veinticuatro días, constituiría una gran hazaña militar.
En enero de 1817 comienza el cruce del ejército, de unos 4.000 hombres, la caballería, la artillería de campaña y las provisiones para un mes, divididos en dos columnas por el paso de Los Patos y por el de Uspallata, y se encontraron en Santa Rosa de los Andes.
Superadas las cumbres andinas, el 12 de febrero de 1817 derrotó al ejército realista al mando del general Marcó del Pont en la batalla de Chacabuco, y el 14 entró en Santiago de Chile. La Asamblea constituida proclamó la independencia del país y le nombró director supremo, cargo que declinó en favor de O'Higgins.
En enero de 1817 comienza el cruce del ejército, de unos 4.000 hombres, la caballería, la artillería de campaña y las provisiones para un mes, divididos en dos columnas por el paso de Los Patos y por el de Uspallata, y se encontraron en Santa Rosa de los Andes.
Superadas las cumbres andinas, el 12 de febrero de 1817 derrotó al ejército realista al mando del general Marcó del Pont en la batalla de Chacabuco, y el 14 entró en Santiago de Chile. La Asamblea constituida proclamó la independencia del país y le nombró director supremo, cargo que declinó en favor de O'Higgins.
A
partir de este momento, los esfuerzos de San Martín se centraron en la
organización de la gran escuadra que había de transportar a las tropas
libertadoras a Perú. Finalizados los preparativos, la escuadra zarpó de
Valparaíso (Chile) el 20 de agosto de 1820, con 24 buques transportando un ejército de 4.800 hombres, y fondeó
frente al puerto de Pisco (Perú) el 12 de septiembre. San Martín intentó
negociar con el virrey Pezuela, y luego con su sucesor, José de la Serna, con
el que se entrevistó el 2 de junio de 1821: el libertador expuso allí su oferta
de un arreglo pacífico, que incluía la independencia de Perú y la implantación
de un régimen monárquico con un rey español, ofreciendo a La Serna la regencia
interina. Fracasadas las negociaciones, San Martín ocupó Lima y proclamó
solemnemente la independencia (28 de julio de 1821), pese a que el ejército realista
aún controlaba gran parte del territorio virreinal.
San Martín proclama la independencia del Perú |
Tras la toma Lima, San Martín embarcó el tesoro de la Real Hacienda en la Flota del
Vicealmirante inglés Lord Thomas Alexander Cochrane, que se hace
inmediatamente a la vela a Londres. Ese tesoro era el más grande de todo
el continente de América del Sur.
Nombrado Protector de Perú, mientras enviados suyos gestionaban en las Cortes europeas el establecimiento de una monarquía, la incertidumbre de su situación militar contrastaba con la consolidación de Simón Bolívar en la Gran Colombia y la total liberación de Quito tras la Batalla de Pichincha.
Nombrado Protector de Perú, mientras enviados suyos gestionaban en las Cortes europeas el establecimiento de una monarquía, la incertidumbre de su situación militar contrastaba con la consolidación de Simón Bolívar en la Gran Colombia y la total liberación de Quito tras la Batalla de Pichincha.
Encuentro Bolivar y San Martín |
La ocupación de Guayaquil, ciudad reivindicada por Perú, fue el motivo inmediato de una entrevista con Simón Bolívar (26 de julio de 1822), en la que se trató el futuro del continente, lo que debió de desalentar a San Martín, pues tras regresar a Lima, y ante la creciente oposición peruana a su política, convocó el Congreso y presentó la renuncia a su cargo de Protector (20 de septiembre de 1822), dos años antes de que la victoria de Ayacucho pusiera fin definitivamente a la dominación española en Perú y en todo el continente.
San Martín. Óleo pintado en 1824, por F .J. Navez |
San
Martín había decidido retirarse; consideraba cumplido su deber de liberar a los
pueblos y no quiso participar en las luchas intestinas por el poder. En octubre
de 1822 llegó a Chile; en verano de 1823 cruzó los Andes y pasó a Mendoza con
la idea de establecerse allí, apartado de la vida pública. Pero las muchas
críticas adversas que le atribuían aspiraciones de mando y el fallecimiento de
su esposa lo determinaron a partir en febrero de 1824 rumbo a Europa,
acompañado por su hija única Mercedes.
Residió
un tiempo en Gran Bretaña (se dice que fue masón. La masonería era tanto un servicio de inteligencia como un partido
político de la época que representaba a la ideología liberal y a la
defensa de la Revolución Francesa) y de allí se trasladó a Bruselas, donde vivió
modestamente. En 1829 embarcó hacia Buenos Aires, donde se encontró con la revolución del general Juan Lavalle, y tras una breve estancia en Montevideo, regresó a Europa, residiendo en París a partir de 1831.
En 1848 se instaló en su definitiva residencia de Boulogne-sur-Mer (Francia), donde moriría, achacoso, postergado y casi ciego por tener cataratas, en agosto de 1850. Sus restos mortales fueron repatriados a Buenos Aires en 1880.
José
de San Martín fechó su testamento ológrafo en París, el 23 de enero de 1844,
dejando como única heredera a su hija Mercedes, casada con Mariano Balcarce que
ejercía como embajador argentino en París.
En 1848 se instaló en su definitiva residencia de Boulogne-sur-Mer (Francia), donde moriría, achacoso, postergado y casi ciego por tener cataratas, en agosto de 1850. Sus restos mortales fueron repatriados a Buenos Aires en 1880.
Tumba
del “Procer” Generalísimo José Francisco de San Martín y Matorras.
Padre de la Patria y el "Libertador" de la Argentina
Padre de la Patria y el "Libertador" de la Argentina
"Maitland & San Martín" es un interesante libro de Rodolfo Terragno, que se refiere al plan secreto concebido a principios de 1800 por el militar escocés Thomas Maitland, que consistía en "ganar el control de Buenos Aires", "tomar posiciones en Mendoza", "coordinar acciones con un ejercito en Chile", "cruzar los Andes", "derrotar a los españoles y controlar Chile", "continuar por mar a Perú" y "emancipar Perú". No hace falta aclarar que ese plan concebido por Maitland fue el ejecutado en la práctica, poco años después, por José de San Martín.
Heráldica de San Martín (algunas dudas)
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