martes, 13 de diciembre de 2022

José de Bustamante y Guerra. Marino y político. Director general de la Armada



En 1789, como segundo comandante llevó a cabo la llamada Expedición Malaspina, que finalizó en 1794. En 1796 fue nombrado Gobernador de Montevideo y Comandante General de los bajeles del Rio de la Plata.
 
Durante la guerra de la Independencia mantuvo una postura de oposición al rey Bonaparte y con Fernando VII ocupó importantes cargos militares en la dirección General de la Armada y en destinos relevantes como la Capitanía General de Guatemala. Fue Director General de la Armada.

Josef Joaquín Antonio de Bustamante y Guerra nació en Ontaneda (Santander) el 1 de abril de 1759. Descendía de los Bustamante de Toranzo y de los Guerra de Ibio, familias hidalgas; su padre fue Joaquín Antonio de Bustamante y Estrada, natural de Alceda, y su madre Clara Ignacia Guerra de la Vega y Cobo, natural de Santander


Ingresó como guardiamarina en Cádiz el 7 noviembre de 1770 (Exp. Nº 1.135), alcanzando el grado de Alférez de fragata en 1774, con ¡tan solo 15 años!

Participó en algunos combates con los berberiscos e hizo un viaje a Filipinas en la urca Santa Inés. A su vuelta fue hecho prisionero por los ingleses, que le llevaron a Cork. Volvió a Cádiz en 1780, embarcado en el navío Triunfante. Tomó parte en el combate de 20 de octubre de 1782 con la escuadra de Howe, en el estrecho de Gibraltar. Viaja a Veracruz en 1783 con el navío Septentrión. Y en 1784, al mando de la Atrevida, formó parte de la Expedición Malaspina. En septiembre de 1788, Alejandro Malaspina, junto con su colega José Bustamante y Guerra, proponen al gobierno español la organización de una expedición político-científica, con el fin de visitar casi todas las posesiones españolas en América y Asia. Este viaje se conocería como expedición Malaspina.

Fragata "La Mercedes"
Capitán de navío en 1791 y brigadier en 1795, se le confió en 1796 el gobierno militar y político del Uruguay y la jefatura de las fuerzas navales del Plata. En agosto de 1804, al mando de una división formada por 4 fragatas –Nuestra Señora de las Mercedes, la Clara, La Medea y La Fama, condujo 4,7 millones de pesos a la Península, pero, atacado, el 5 de octubre de 1804, por los ingleses –no obstante hallarse España en paz con Inglaterra– tuvo que rendirse a la escuadra británica al mando del Comodoro Graham Moore.

Se entabló un combate naval conocido como la batalla del Cabo de Santa María, en la costa portuguesa del Algarve. Dos fragatas, entre ellas La Mercedes, alcanzada de lleno en su santabárbara,  fueron voladas con un cargamento de casi cinco millones de pesos de caudales de comerciantes de Lima y Buenos Aires. Perecieron 249 tripulantes y comerciantes con sus familias. Vista la inferioridad de su flotilla y herido, el Brigadier Bustamante rindió las fragatas que resistían, que fueron apresadas y transportadas al puerto de Gosport en Inglaterra.


En total llevaban 1.089 personas, muchos de ellos familias de civiles y sus posesiones que, tras haber acumulado riquezas en el Nuevo Reino, se retiraban a España a vivir el resto de sus vidas. Como cargamento, 34.292.064 reales en monedas de oro y plata, 150.000 lingotes de oro, 1.666 barras de estaño y otras materias primas preciadas como cobre y pieles.

Este ataque fue un acto de piratería por parte de los ingleses en tiempos de paz. Algo, por otro lado, que llevaban siglos haciéndolo, o al menos intentándolo. Tan clara fue la ilegalidad del ataque que la propia prensa inglesa arremetió contra su armada por ello, considerándolo un delito vergonzoso en tiempos de paz. No fueron estas las únicas consecuencias. Dos meses más tarde, España declaró la guerra a Inglaterra, con lo que el recién coronado José Napoleón ganó un aliado en su guerra contra los británicos. Al año siguiente, y como consecuencia, sucedió Trafalgar.

Al llegar a España, fue sometido al dictamen de una Junta de Generales, cuyo veredicto favorable fue aprobado por S.M. por Real Orden de 10 de enero de 1806. En 1807 se le nombró vocal de la Junta de fortificaciones y defensa de las Indias.

En 1808, no obstante las seductoras propuestas que le hacía el teniente general de la Real Armada José de Mazarredo, se negó a jurar al rey intruso José Bonaparte. Salió de Madrid el 25 de julio de 1808, y se presentó en Sevilla a la Junta Central, que le nombró Presidente de la Audiencia de Charcas y luego de la de Cuzco, cargos que no llegó a desempeñar, pues recibió el nombramiento de Capitán General de Guatemala en 1810 (tomó posesión el 24 de marzo de 1811). Allí se ganó fama de ilustrado, con sus reformas en la ciudad y en la administración, con el establecimiento de un Colegio de Cirugía, y su lucha contra el alcoholismo, a medias, ya que los dueños del aguardiente eran en su mayoría españoles.

Preparó la defensa de Guatemala contra la revolución de Hidalgo y Morelos en México, y creó unidades de Voluntarios llamados de Fernando VII. Aunque hizo proclamar la Constitución, resistió ponerla en práctica, y se vio enfrentado rápidamente con los constitucionalistas locales.

A partir de 1812 se habla en América Central del "terror bustamantino". Denunciado ante las Cortes, éstas en enero de 1813 decepcionaron a los guatemaltecos, pero el Consejo de Estado decidió su remoción en 1814. Para Bustamante esta política implicaba la Independencia, no dándose cuenta de que el negar todo derecho a los americanos forzosamente tenía que llevarlos a la separación. El cambio de régimen en 1814 le permitió seguir en su puesto, convertido en un buen puntal del absolutismo monárquico. Pero sus excesos no gustaron en Madrid. En agosto de 1817 fue sustituido por Carlos Urrutia, regresando después a España.

En 1819 ingresó de nuevo en la Junta de Indias. De 1820, y recibiendo el mismo año la Gran Cruz de la Orden Americana de Isabel la Católica, a 1822 se encargó de la Dirección General de la Armada. En 1823, vocal de la Junta de expediciones a América, y en 1824, de nuevo en la Dirección General de la Armada.


Fue Caballero de la Orden de Santiago desde 1784, y el rey Carlos IV le nombró caballero gran cruz de la Orden de San Hermenegildo y caballero de Isabel la Católica. Murió siendo Teniente General, en Madrid, el 10 de marzo de 1825.

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