sábado, 5 de marzo de 2022

José de Ribas. El español que fundó en 1794 la ciudad de Odesa (Ucrania)

 
 

Un noble de procedencia española, José de Ribas, jugó un papel clave en la expansión del Imperio ruso hacia el este de Europa y el Mar Negro 
a finales del siglo XVIII. 

Se le considera el fundador de la ciudad Odesa, la “Perla del Mar Negro”. Junto a su hermano Félix y el ingeniero holandés Franz de Voland, diseñaron y construyeron la ciudad de Odesa, en el sur de Ucrania. La avenida principal de Odesa lleva el nombre del noble de origen catalán, que la edificó por orden de Catalina "la Grande". 

 

Retrato de José de Ribas, por el pintor austriaco
Johann Baptist Lumpy el Viejo. We Art Museum

Su escudo de armas

José de Ribas, junto con otro un español: Agustín de Betancourt, también hidalgo, son dos personajes que jugaron un importante papel y tuvieron unos puestos muy destacados en la Rusia imperial, durante la época de la zarina Catalina II “la Grande” y del zar Alejando I, siendo mucho más conocidos en Rusia que en su propia patria.

Catalina II "La Grande"

El origen de Odesa se remonta al siglo XVIII y a un singular personaje que cambiaría la historia de Rusia, estamos hablando de: Ósip Mijáilovitch Deribás-Ispan (español), y es que así conocían en Rusia a José Pascual Domingo de Ribas y Boyons, nacido en el Reino de Nápoles (vinculado dinásticamente a España), de padre catalán y madre irlandesa, el 6 de junio de 1749 / aunque es 1750 la fecha que figura en su tumba.

Todo comienza con su padre, el barcelonés Miguel de Ribas, funcionario de la Corte española que había sido enviado a Nápoles para trabajar al servicio del que sería el futuro rey Carlos III de España, como cónsul de España, y que llegó a ser Director de Ministerio de fuerzas navales y armadas napolitanas. Uno de sus hijo, José de Ribas, comenzó la carrera militar (a la que dedicó toda su vida) a los 16 años y a los 20 ya era mayor del ejército napolitano. Fue entonces cuando conoció a alguien que daría un giro a su vida. El conde Alekséi (Grigoryevich) Orlov.

Este suceso cambió la suerte de José de Ribas. Todo ello le sirvió para ponerse al servicio del trono zarista. Durante su viaje hacia Rusia, participó en la batalla naval de Chesme en julio de 1770 (Guerra ruso-turca de 1768 a 1774), en la que la flota rusa hundió a la otomana. Llegó a Rusia en 1772, con tan solo 23 años, y se alistó en el Cuerpo de Cadetes de Tierra, con el rango de capitán. El hecho de que siempre se considerara español queda de manifiesto en el documento de inscripción en el cuerpo, donde se le nombra como iz ispánskij dvorián o «miembro de la nobleza española». Hablaba 5 o 6 idiomas, entre ellos algo de ruso, lo que le permitía desenvolverse con cierta soltura en ese ambiente.

Afincado en San Petersburgo, contrae matrimonio con una mujer mayor, Anastasia Ivánovna Sokolova, hija ilegítima del que algunos consideraban el “secretario personal” de la emperatriz Catalina, su ministro de Construcción, Iván Ivánovich Betskói. La boda se celebró en 1776, en el palacio de Tsárskoye Seló, con la presencia de la zarina, de la que Anastasia era dama de compañía, que posteriormente se convertiría en madrina de las dos hijas del matrimonio, Catalina y Sofía.

Grigori Potemkin

Va ganando en influencia y tras diez años en San Petersburgo, en 1783, se pone al servicio del Príncipe Grigori Potemkin, el favorito y otro amante de la zarina. Con Potemkin (que da nombre al buque protagonista del clásico del cine “El acorazado de Potemkin”), De Ribas viaja al sur de Ucrania y su ayuda es esencial para la conquista de la península de Crimea, llegando al rango de brigadier. También, para construir la nueva Flota del Mar Negro y Sebastopol, que será su puerto base.

En 1792 firmó el Tratado de Jassy como uno de los tres plenipotenciarios designados por Potemkin ante el Imperio otomano para firmar la paz. En él se cedía a Rusia toda la orilla norte del mar Negro. Acabada la guerra, en el año 1793 presenta ante la emperatriz el proyecto de una ciudad en las ruinas de la antigua Jadzhibey, ésta acepta, y el que ya era vice-almirante, con la influencia francesa y el ejemplo de Livorno, Génova y Nápoles se pone manos a la obra con la ayuda del ingeniero holandés Franz de Volán para su diseño, logrando que las estructuras básicas y los principales edificios de la ciudad estén prácticamente terminados en el plazo record de dos años. En 1794 es nombrado gobernador de la ciudad y Catalina II la bautiza como Odessa en memoria de la antigua colonia griega Odessos, que dicen las leyendas que se asentaba en el lugar, llegando a ser en el siglo XIX la tercera ciudad del imperio, después de San Petersburgo y Moscú.

 

Vista del puerto Odessa y Nikolayevsky Boulevard c. 1850

A la muerte de la emperatriz Catalina y el acceso al trono de su hijo Pablo I, Ribas fue llamado por éste a San Petersburgo para ser sometido a proceso por supuestas malversaciones en la fundación de Odesa. En la capital, De Ribas logró granjearse la confianza del Zar, por lo que los cargos fueron desestimados y sus propiedades y honores, restituidos. Fue ascendido a almirante, aunque posteriormente fue víctima de conspiraciones palaciegas que lograron que fuera apartado de sus cargos en marzo de 1800.

 José de Ribas murió en San Petersburgo, el 2 de diciembre de 1800.

Estatua de José de Ribas en Odesa
La calle principal de Odesa -la tercera ciudad de Ucrania, ahora campo de batalla por la invasión rusa- bien conocida en todo el mundo rusohablante, honra al almirante Ribas desde 1811, denominada como Deribásovskaya en su honor. Con motivo del 200 aniversario de la fundación de Odesa, en 1994, la ciudad le dedicó una estatua de bronce ubicada al principio de la calle que lleva su nombre, pero no provista de armas propias del gran militar que fue, sino de  planos y herramientas propias de un constructor, del español que fundó Odesa.

Para saber más

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