Destacado marino e innovador naval, conocido principalmente por ser el creador del primer destructor del mundo, y por su papel en la modernización de la Armada durante el siglo XIX. Su vida combinó una brillante carrera militar, un espíritu visionario en el diseño naval y un trágico final en combate durante la Guerra Hispano-Estadounidense.
Fernando Villaamil nació el 12 de noviembre de 1845 en Serantes, parroquia del concejo de Castropol (Asturias), en el seno de una familia hidalga. Tercero de los hijos de Fermín Villaamil y Cancio, un abogado que gastó todo su patrimonio en interminables pleitos y una agitada vida política, casado con Rosario Fernández-Cueto y Roza, de ilustre familia ovetense tradicionalista.
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El Capitán de Navío Villaamil |
Desde muy joven mostró inclinación por la vida naval, lo que lo llevó a ingresar como aspirante en la Escuela Naval Militar de San Fernando en julio de 1861, donde inició su formación como guardiamarina. Durante su formación y primeros años de servicio, participó en diversas misiones tanto en aguas nacionales como internacionales. Tuvo un destacado papel en la Guerra del Pacífico (1864–1866), cuando la armada española intervino en las costas de Perú y Chile.
En los años siguientes, Villaamil ocupó varios destinos en buques de la Armada y se fue consolidando como un oficial meticuloso, eficiente y especialmente interesado en la modernización de la marina, tanto en el ámbito táctico como en el técnico.
En 1876 se había casado en Cambre con Julia Cancio Villota, hija del político Mariano Cancio Villaamil, con quien tuvo una única hija, Rosario Villaamil Cancio; casada a su vez con Carlos Pérez Acebal.
En septiembre 1892, Villaamil emprendió un viaje de circunnavegación del globo al mando de la corbeta Nautilus -construida en Glasgow en 1886-, con fines científicos, hidrográficos y diplomáticos. Este viaje fue clave en su formación global y su conocimiento de las necesidades estratégicas de una marina moderna. A su regreso en julio de 1894, Villaamil redactó numerosos informes y propuestas para reformar la Armada Española, promoviendo la instrucción continua, el uso de nuevas tecnologías, la renovación de buques y la adopción de tácticas más modernas.
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El Nautilus |
El nacimiento del destructor
Una de sus contribuciones más notables fue la creación de un nuevo tipo de buque de guerra: el destructor de torpederos. En un contexto en que los torpederos se habían convertido en una amenaza seria para los buques de línea, Villaamil concibió un navío rápido, bien armado y con autonomía suficiente para escoltar escuadras y cazar torpederos.
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Contratorpedero "Destructor" |
Su idea cristalizó con la construcción del Destructor* (1887), diseñado por él y construido en los astilleros de Yarrow, en el Reino Unido. Este barco fue considerado el primer destructor de la historia naval mundial, marcando un hito en la evolución de la guerra naval.
Últimos años y Guerra Hispano-Estadounidense
En la década de 1890, Villaamil continuó promoviendo la reforma de la Armada, pero las limitaciones presupuestarias y la inestabilidad política dificultaron la adopción plena de sus ideas. A pesar de ello, ocupó importantes cargos, incluyendo la jefatura de la Escuadra de Torpederos.
Durante la Guerra Hispano-Estadounidense (1898), fue nombrado segundo jefe de la Escuadra de Cervera, al mando del destructor Furor. El 3 de julio de 1898, participó en la Batalla Naval de Santiago de Cuba, un enfrentamiento decisivo que terminó con la derrota de la escuadra española. Villaamil murió en combate cuando el Furor fue alcanzado por fuego enemigo y se hundió tras dura resistencia.
Fernando Villaamil es recordado como un innovador naval y un patriota que dedicó su vida al progreso técnico y estratégico de la Armada Española. Su visión adelantada a su tiempo dejó una huella duradera.