Vizconde de Puerto y Marqués de Santa Cruz de Marcenado, autor de las «Reflexiones militares», fue el tratadista militar más importante de su época.
Álvaro
nació en Puerto de Vega, (parroquia
perteneciente al concejo asturiano Navia / Asturias), el 19 de diciembre de 1684. Hijo primogénito de
Juan Antonio Navia Osorio de Qiñones (Caballero de Santiago) y de Jacinta
Antonia Vigil de la Rúa. Habitó la Casa de la Rúa, frente a la Catedral, en
Oviedo. Estudió Gramática, Retórica y Filosofía en el colegio de Santo Domingo
y, en 1702, inicia estudios de Filosofía y Lógica en la Universidad de Oviedo, llegando
a aprender ocho idiomas. Casó en Avilés, en 1701, con Francisca de Navia
Arango, oriunda de Castropol.
En
julio de 1703, con apenas 19 años, fue nombrado primer Maestre de Campo del
tercio que habían organizado para luchar en la Guerra de Sucesión a favor de
Felipe V, era el “tercer tercio de Asturias” y que, bajo su bastón, se convertiría
en regimiento. Con éste participa en la decisiva toma de la ciudad de Barcelona
en 1714, último baluarte del pretendiente austriaco, tras haber tomado Tortosa,
en 1708, a las órdenes del duque de Orleáns, y participado en diversas
operaciones en Cerdeña y Córcega.
En
1715 presentó ante el rey las quejas de la Junta General del Principado* por el
mal gobierno del regente de la Audiencia Antonio José Cepeda (Memorial dirigido
al rey), resolviéndose favorablemente para el bando defendido por Navia.
*El Principado representó en varias ocasiones contra los
abusos y arbitrariedades que suponía en la administración dura y violenta de
este Magistrado. Entre las exposiciones que sobre el particular se dirigieron a
S. M. es muy notable la que a nombre de la Diputación suscribieron el año de
1718 el Brigadier Vizconde del Puerto, y D. José Valdés. Con aquel atrevimiento
que solo puede ser hijo de la convicción, y con el tono resuelto y decisivo del
que no teme ser desmentido y se apoya en la verdad y la justicia, acusaban al
Sr. Cepeda, de haber infringido las leyes; de promover la discordia entre los
naturales del país; de perseguir y calumniar su nobleza, de atacar la propiedad
particular, de abrogarse la jurisdicción ordinaria, de proceder arbitrariamente
en sus fallos, de abrir de nuevo juicios ya fenecidos, de no cobrar como
debiera los derechos Reales en el Puerto de Vega, y en fin de otros atentados
que habían ocasionado al país considerables males. Al exponerlos a S. M. los
apoderados del Principado no sólo pretendían una justa reparación, sino que le
suplicaban se sirviese nombrar otro Regente para la Audiencia de Asturias en
vez de D. Antonio Cepeda, y dotarla con los fondos de la Real Hacienda. Fuente:
En
1718, a los 34 años de edad, ya convertido en marqués de Santa Cruz de
Marcenado, título heredado de su madre, ocupó los cargos de inspector de la
guarnición de Cerdeña y gobernador de Sicilia, hasta 1720, en que se abre para
él un largo período de ejercicio de la diplomacia, al ser nombrado embajador de
España en Turín, donde se encontraba la Corte de Víctor Amadeo de Saboya, siendo
su casa centro de reunión para escritores y artistas. Es allí cuando al fin
tiene tiempo libre para ordenar sus notas y redactar sus mejores obras:
Su
obra cumbre, es: “Reflexiones Militares” (1724-1727). Otras obras suyas son: “Rapsodia
económico político monárquica” y “Comercio suelto, y en compañías general, y
particular, en Mexico, Peru, Philipinas, y Moscovia” (publicadas en 1732).
Además, pensó en escribir un “Diccionario Universal”, a modo y manera de la
Enciclopedia de Diderot y D'Alambert, unos cuantos años antes que éstos.
Las «Reflexiones militares» estuvieron
presentes en las mejores bibliotecas de le época. Libro de referencia para
militares italianos, ingleses, norteamericanos, alemanes y franceses,
incluyendo al mismísimo Napoleón, Federico de Prusia y José de San Martín.
En
1731, se le tiene en cuenta para ser designado Secretario de Guerra del Consejo
Real, pero las corruptelas típicas de Palacio impiden este nombramiento y es
designado Gobernador de Ceuta y ascendido a Teniente General. En tal cargo tuvo
que efectuar personalmente acciones militares para recuperar la ciudad de Orán,
invadida por los musulmanes desde 1708.
Mandada
por Blas de Lezo, una gran flota partió de Alicante rumbo a Orán. Como fuerza
embarcada, unos 27.000 hombres de infantería y caballería dispuestos para el
combate. Orán fue reconquistado, pero en
las operaciones subsiguientes, el Marqués de Santa Cruz de Marcenado, al
intentar socorrer a un destacamento acosado por el enemigo, fue hecho
prisionero y decapitado el 21 de noviembre de 1732. El lugar se conoce desde entonces como "El barranco de la Sangre"
El regimiento tiene su origen en el
primer Tercio de Asturias. Su creación fue acordada por la Junta General del
Principado el 3 de febrero de 1663, como consecuencia de una real cédula por la
que Felipe IV pidió al Principado la aportación de «Quinientos infantes para la
guerra contra el rebelde de Portugal».
Las arcas reales vistieron y armaron el regimiento, pero correspondió al Principado aportar la cantidad de cinco mil escudos, suma que recaudaron con el arbitrio de dos reales en cada fanega de sal. Su primer maestre de campo, Sancho de Miranda y Ponce de León, partió con 53 oficiales y 470 cabos y soldados hacia Galicia, donde quedó de guarnición agregado a la Armada, en cumplimiento de otra real cédula en la que se especifica: «He mandado que este tercio se aplique a la Armada que está aprestada para resguardo de las cosas de aquel reino», misión que desempeñó hasta el 1669 con heroísmo y buena práctica militar.
El segundo Tercio de Asturias fue creado en 1690, siendo su primer maestre Francisco Menéndez de Avilés y Porres. Su primera acción militar es en Cataluña, adonde fue enviado para hacer frente al ejército francés que ocupaba esa región, en la que permaneció hasta derrotar a los franceses.
El tercer Tercio de Asturias fue constituido en el Principado en 1703 para luchar en la Guerra de Sucesión a favor de Felipe V. Fue su primer maestre de campo Álvaro de Navia Osorio y Vigil, que recibió este mando a pesar de tener sólo 19 años. Este regimiento se creó, como los anteriores, con vocación profesional pero esta vez como unidad permanente. Como los dos tercios anteriores, fue enviado desde el primer momento fuera de Asturias y se cubrió de gloria en la toma de Ciudad Rodrigo, donde por su actuación fue recibido con honores militares por el enemigo.
A lo largo de su historia el número de sus batallones fueron variando desde uno en su comienzo hasta tres en el siglo XIX. El Regimiento «Asturias» es una de las pocas unidades del Ejército español que desde su creación hasta la actualidad mantuvo a lo largo de la historia el mismo nombre con el que fue fundado: «Asturias».
Las arcas reales vistieron y armaron el regimiento, pero correspondió al Principado aportar la cantidad de cinco mil escudos, suma que recaudaron con el arbitrio de dos reales en cada fanega de sal. Su primer maestre de campo, Sancho de Miranda y Ponce de León, partió con 53 oficiales y 470 cabos y soldados hacia Galicia, donde quedó de guarnición agregado a la Armada, en cumplimiento de otra real cédula en la que se especifica: «He mandado que este tercio se aplique a la Armada que está aprestada para resguardo de las cosas de aquel reino», misión que desempeñó hasta el 1669 con heroísmo y buena práctica militar.
El segundo Tercio de Asturias fue creado en 1690, siendo su primer maestre Francisco Menéndez de Avilés y Porres. Su primera acción militar es en Cataluña, adonde fue enviado para hacer frente al ejército francés que ocupaba esa región, en la que permaneció hasta derrotar a los franceses.
El tercer Tercio de Asturias fue constituido en el Principado en 1703 para luchar en la Guerra de Sucesión a favor de Felipe V. Fue su primer maestre de campo Álvaro de Navia Osorio y Vigil, que recibió este mando a pesar de tener sólo 19 años. Este regimiento se creó, como los anteriores, con vocación profesional pero esta vez como unidad permanente. Como los dos tercios anteriores, fue enviado desde el primer momento fuera de Asturias y se cubrió de gloria en la toma de Ciudad Rodrigo, donde por su actuación fue recibido con honores militares por el enemigo.
A lo largo de su historia el número de sus batallones fueron variando desde uno en su comienzo hasta tres en el siglo XIX. El Regimiento «Asturias» es una de las pocas unidades del Ejército español que desde su creación hasta la actualidad mantuvo a lo largo de la historia el mismo nombre con el que fue fundado: «Asturias».
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