viernes, 6 de noviembre de 2020

Pascual de Andagoya. Descubridor del imperio incaico


Participó en las conquistas de las actuales repúblicas de Panamá, Colombia y Perú, y fue nombrado adelantado y gobernador del San Juan. Desde los tiempos de Vasco Núñez de Balboa, Andagoya es la figura de mayor relieve del siglo XVI en Panamá.

Precursor del descubrimiento y conquista del imperio incaico. Es el hombre que primero trae la noticia de la existencia de un fabuloso imperio, el que señala la ruta a seguir y el que, sin proponérselo, le da el nombre.

Pascual nació en Andagoya del valle de Cuartango que, desde 1468, había pasado a ser de la Hermandad de Álava de Castilla la Vieja, y que a su vez formaba parte de Corona castellana, en 1498, hijo de un hidalgo llamado Juan Ibáñez de Arza. Pasó al Darién con Pedrarias Dávila, muy joven, en 1514, quien le favoreció concediéndole un repartimiento y casándolo con una doncella de su mujer, de apellido Tovar. El convoy lo formaba un ejército de 2.000 hombres y 22 naos con el objetivo de colonizar América Central.

Cuando Vasco Núñez de Balboa volvió del descubrimiento del Océano Pacífico, Andagoya le ayudó, hasta con dinero, a construir sus primeras naves, preparándole los materiales que transportaron por tierra hasta la otra orilla. Le acompañó hasta las islas de las Perlas a donde llegaron con apuros pues la madera de las naves fue atacada por un parásito que acabó con ellas. Con esta experiencia debieron elegirse otras maderas y hacer las embarcaciones en la misma orilla del Pacífico.

En su ya clásica Relación de los sucesos de Pedrarias Dávila, Andagoya nos cuenta concisamente estos pormenores. El gobernador Pedrarias había casado a una hija suya con Balboa pero no fue obstáculo para que lo ajusticiara en Acla, celoso de su nombradía. Después de esta injusta ejecución Pedrarias se trasladó al Pacífico y tomó posesión en nombre del rey (1519), adueñándose también de la flota de Balboa. Andagoya estuvo presente y firmó como testigo. Durante el mismo año fue uno de los fundadores de Panamá, siendo más tarde regidor y alcalde. Tomó parte en las dos expediciones de Gaspar de Espinosa a Costa Rica y Nicaragua registrando en sus crónicas los sucesos más notables y noticias sobre aquellas regiones y sus habitantes.

El 15 de agosto de 1519 asistió con Pedrarias a la fundación de Panamá, ciudad de la que fue nombrado regidor en 1521. En 1522, siendo aún gobernador de Panamá Pedrarias Dávila, comienza sus exploraciones de América meridional. Organiza la expedición a su costa, con varias naves, como lo dice él mismo en su Relación. Andagoya era entonces visitador general de indios y en esta función llegó a la provincia de Chochama, de la tribu y lengua de los Cueva, cuyos habitantes se quejaron de los ataques que les infringían los indios de la provincia del Birú o Pirú, que llegaban en canoas. Los visitadores en Indias eran jueces pesquisidores comisionados por el monarca o las autoridades coloniales para revisar la actuación de los funcionarios del Nuevo Mundo. Por el carácter de su visita se dividían en visitadores de indios, de religiosos, de armadas y fortalezas, de las Órdenes militares, etc.


Andagoya pidió gente al Panamá. Con este refuerzo y guiado por el cacique de Chochama llegó al Birú, remontó un caudaloso río -el San Juan-, tomó una fortaleza y aquietó a los naturales. Fue allí donde tuvo noticias del fabuloso imperio Tahuantinsuyo que abarcaba desde las actuales Colombia hasta Chile, siendo por ello el más extenso que jamás existió en la América prehispánica. Herido por un accidente volvió a Panamá, donde relató sus aventuras en el Birú y difundió las noticias que traía sobre el imperio incaico. Con el beneplácito de Pedrarias, la empresa apenas iniciada de Andagoya pasó a manos del triunvirato Pizarro, Almagro y Luque. Andagoya, enfermo, con una prolongada convalecencia de tres años, y sin poder montar a caballo, solo pudo informar sobre lo que él había conocido y oído.

Pizarro le invitó a unirse financieramente al consorcio que había hecho con los citados Almagro y Luque pero el vasco rechazó la oferta por considerar que la empresa resultaría demasiado onerosa para su economía. Ni imaginaba que esa decisión le costaría quedar al margen de los fabulosos beneficios que supuso el rescate de Atahualpa (conceptuado como uno de los botines más fabulosos de la historia), por ejemplo, además de caer en un olvido parcial como precursor de la conquista del Perú.
 
 
Los historiadores Oviedo, Herrera, Zárate, Gómara, Garcilaso el Inca, Péreira, Prescott y otros tratan de las exploraciones de Andagoya y de su trascendencia. A pesar de los méritos regateados a Andagoya queda éste en la historia como el precursor del descubrimiento y conquista del imperio incaico. Es el hombre que primero trae la noticia de la existencia de un fabuloso imperio, el que señala la ruta a seguir y el que, sin proponérselo, le da el nombre.


En 1529, siendo alcalde de Panamá, fue atropellada su autoridad por el violento gobernador Pedro de los Ríos. Por este tiempo murió su mujer. Desterrado en Santo Domingo, casó allí por segunda vez con Mayor Mejía. En 1534 vuelve a Panamá como teniente del gobernador Francisco de Barrionuevo y vuelve a dedicarse a la construcción de embarcaciones. Su espíritu disciplinado y constructivo se manifiesta en todos sus actos. En virtud de su cargo envió refuerzos a Pizarro y Almagro.

Llegó a ser gobernador interino de Castilla del Oro (Panamá) durante el viaje del titular al Ecuador a causa del desembarco de Pedro de Alvarado en Puerto Viejo, que violaba la jurisdicción de Pizarro y Almagro. Fue en este periodo cuando recibió las reales cédulas expedidas el 20 de febrero de 1534 por el rey Carlos I al gobernador. En la primera de ellas se interesaba el rey por hacer lo más factible posible la navegación por el río Chagre y mejorar las comunicaciones de Panamá con el Caribe atendiendo al considerable tránsito proveniente del Perú. En la otra se pedían informes precisos sobre la posibilidad de «abrir la dicha tierra y juntar la mar del Sur con aquel río y las dificultades que tendría, así por el menguante de la mar como por la altura de la tierra». Andagoya contestó cumplidamente con una larga e interesantísima carta en la que describe la vida de Panamá de aquel tiempo, denuncia ciertos abusos y sugiere remedios prácticos.

A pesar de su enorme labor organizadora y de su probada honradez fue residenciado y enviado a España. Pero en 1539 regresa a Panamá con el título de gobernador y adelantado del Río San Juan, desde el límite del Darién al Perú, y permitiéndole usar el Don antes de su nombre. En 1540 llegó a la bahía de la Cruz, al sur del río San Juan. Fundó Buenaventura y dejó de teniente a Juan Ladrillero. Andagoya se internó hasta Cali y socorrió a sus habitantes, que le reconocieron como gobernador en esta ciudad así como en Popayán. Fundó varias poblaciones y chocó con Benalcazar, provisto también de poderes reales sobre aquellas tierras. Benalcazar lo prendió y procesó, pero la llegada de Cristobal Vaca de Castro, en viaje al Perú, salvó a Andagoya que fue enviado preso a España. Había muerto su segunda mujer de malaria, perdido 70.000 pesos y dejado a su hijo Juan por capitán en Buenaventura, y a su cuñado Alonso Peña. En 1546 volvió con Pedro de Lagasca, quien salía para el Perú con plenos poderes del emperador Carlos V para pacificar las luchas intestinas que siguieron a la muerte de Pizarro; militó en el bando realista, fue herido en la batalla de Xaquijaguana y murió en Cuzco en septiembre de 1548..


Nota: La Relación de Andagoya permaneció inédita en el Archivo del Museo Naval de Madrid hasta que fue encontrada y copiada por Martín Fernández de Navarrete en 1794, que la publicó en su Colección con el título de Relación de los sucesos de Pedrarias Dávila en las provincias de Tierrafirme o Castilla del Oro, y de lo ocurrido en el descubrimiento de la Mar del Sur y costas del Perú y Nicaragua (Madrid, 1829), en la que relató la conquista de Perú y los hechos acaecidos con este gobernador, y proporcionó numerosas noticias sobre los indios, obra que ha sido reeditada muchas veces y traducida a otros idiomas.

Descubrió y hasta les dio nombre a las tierras que por entonces dominaban los Incas del Cuzco y que más tarde serían el Virreynato del Perú, o sea lo que hoy son las repúblicas de Ecuador, Perú, Bolivia y buena parte de Chile y Colombia.

1 comentario :

  1. En su ya clásica Relación de los sucesos de Pedrarias Dávila, Andagoya nos cuenta concisamente estos pormenores. https://consejoscomunales.net/cultura-lima/

    ResponderEliminar