jueves, 20 de enero de 2022

Juan Martínez Silíceo. Matemático, erudito, filósofo y cardenal



Escribió en latín uno de los libros de matemáticas más importante del siglo XVI conocido como Ars Arithmetica. Fue arzobispo de Toledo. Impulsó el “Estatuto de limpieza de sangre”

Juan Martínez Silíceo, cuyo nombre original era Juan Martínez Guijarro (latinizó en París el segundo apellido, de ahí Silíceo), nació en Villagarcía de la Torre (Badajoz) en 1477 y murió en Toledo en 1557 a los 80 años de edad. Sus padres eran hidalgos humildes.

 
Se cree que inició sus estudios en Llerena (Badajoz); a los 16 años marchó a Valencia con ánimo de ir a Italia, y allí estudió Filosofía; cuando tenía 21 años  se fue a París, donde se puso al servicio de Juan de Celaya para poder proseguir sus estudios; estudió latín con Luis Romano, dialéctica con Roberto Caubraith y lógica con Juan Dullart, no pudiéndose precisar si estudió matemáticas y con quién lo hizo, o bien si fue autodidacta. En dicha ciudad publicó comentarios a la lógica de Aristóteles y un tratado de aritmética que alcanzó varias ediciones.

En París llegó a ser catedrático de Artes en la Universidad y, en 1516, regresó a España llamado por la Universidad de Salamanca que le convalidó su título de bachiller en Artes y le ofreció la Cátedra de Lógica nominalista. Desempeñó la cátedra de Filosofía Natural entre 1522 y 1541 y durante un tiempo simultaneó la cátedra con el cargo de Canónigo Magistral en Coria.

En 1534 Carlos I lo nombró preceptor del príncipe Felipe, que entonces contaba seis años. Con el príncipe Felipe fue transigente con la disciplina en los estudios, pero muy estricto en materia religiosa. En 1541 fue nombrado obispo de Cartagena y, posteriormente, en 1545, arzobispo de Toledo y, en 1556, fue designado cardenal.

Fueron varias las publicaciones que hizo antes de ser obispo. Entre sus obras destacan el Libro de Aritmética práctica (París, 1513), la Lógica brevis (Salamanca, 1524). La obra más famosa que publicó fue el Ars Arithmetica in Theoricem et Praxim scissa: omni hominum conditioni superque utilis et necessaria (París 1514, Valencia 1544). En Salamanca, Silíceo publicó varias obras de lógica de tendencia nominalista o terminista, así como la primera edición realizada en España del Liber Calculationum de Richard Swineshead. Al propio tiempo fomentó la propagación e impresión en la misma ciudad de otras obras de lógica de parecida tendencia.

Uno de los dos libros que componen su obra Ars Arithmetica está dedicado a Fray Alonso Manrique, que era por entonces obispo de Badajoz e inquisidor general.




Su escudo, tal como lo describe Silíceo, se compone del trigrama IHS sobre un pedernal que despide llamas de fuego, estando rodeado este pedernal por ocho eslabones. Todo ello aparece superpuesto sobre cueros recortados y el timbre se compone del capelo con dieciocho borlas y una cruz procesional de obispo. Las armas, así, serían parlantes, pues el pedernal alude a su segundo apellido.

Falleció el 31 de mayo en 1557, y está enterrado en el Colegio de Doncellas Nobles que había fundado en Toledo bajo la advocación de Nuestra Señora de los Remedios.

Estatuto de limpieza de sangre
El estatuto de la catedral de Toledo conocido como el estatuto de "limpieza de sangre" data mediados del siglo XVI y fue impulsado por el arzobispo Silíceo, que era un declarado antisemita. En un conflicto que hubo en Toledo entre cristianos viejos y conversos, Silíceo acusó falsamente a los judios conversos de Zaragoza de estar confabulando con los judíos de Constantinopla, y mostró su preferencia por admitir en la catedral solo a cristianos viejos en lugar de descendientes de conversos para evitar que la Inquisición actuase contra la Catedral de Toledo. Tras obtener el apoyo de los pontífices Pablo III y Pablo IV; además de los ministros Granvela y del propio rey Felipe II; Silíceo consiguió que su criterio prevaleciese, por lo que se necesitaba hacer un completo estudio genealógico para cualquiera que fuese a acceder a un alto cargo, que demostrase que no descendía de judíos, gitanos o musulmanes. Estos estudios genealógicos se extendieron por toda España, siendo necesarios no sólo para alcanzar cargos en la Iglesia, sino también en el ámbito militar y en la administración, con la excepción de la Universidad de Salamanca.

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