Militar, explorador y conquistador,
primer gobernador colonial del Tucumán entre 1549 y 1553. Fundó la ciudad de El
Barco en 1550, a la que trasladó en tres oportunidades.
Finalmente, Francisco
de Aguirre decide reubicar la ciudad, en su actual sitio llamándola
"Santiago del Estero del Nuevo Maestrazgo" el 25 julio 1553, destituye
a Núñez de Prado y lo envía custodiado a Chile y, aunque posteriormente la
Audiencia de Lima le dio la razón, éste nunca recuperó el mando de la ciudad. Con
esto se quiso dejar en claro que la jurisdicción del Tucumán dependía del Perú
y no de Chile.
Juan Núñez de Prado había nacido hacia 1515 en Badajoz, siendo hijo de Bernardino de
Prado y de Francisca de Guevara. Falleció en 1557.
Busto de Juan Nuñez de Prado |
Pasó
al Perú en los primeros años de la década de 1540, y se radicó en La Plata.
Partidario de los Pizarro, participó en las guerras civiles tomando partida en
el bando de estos. Fue maestre de campo del capitán Juan de Acosta y participó
en la sangrienta batalla de Huarina en 1547. Poco antes de esa batalla y
mientras desempeñaba su cargo, abandonó las huestes de Gonzalo Pizarro y se
pasó al bando leal al rey con gran parte de sus tropas. En esa oportunidad, le
rebeló al gobernante interino peruano Pedro de la Gasca las estrategias
militares que emplearía Gonzalo Pizarro en aquella batalla. La información
provista por Núñez de los movimientos del otro lado del río y teniendo en
cuenta de quién venía, provocó que La Gasca y Valdivia modificaran a tiempo y
adecuadamente su estrategia militar, lo que se tradujo en un éxito militar.
Antes de 1548, fue nombrado alcalde de las minas de Potosí, que era un importante cargo que el virrey del Perú otorgaba solamente a personas principales y de mucha responsabilidad moral ya que tendría a su cargo aquel famoso cerro, los cuantiosos bienes de la Corona Española, vigilaba la seguridad, cobraba los impuestos, juzgaba los pleitos locales y sus fallos eran apelables únicamente por la Real Audiencia de Lima. Tenía un sueldo de 1.500 pesos. Su eficiente actuación en ese cargo le hizo ganar un buen prestigio.
Terminada
la contienda pizarrista, el capitán Núñez de Prado se avecindó nuevamente en el
Alto Perú, en la ciudad de Charcas o La Plata. Como el triunfo de las fuerzas
reales fue completo en la batalla de Jaquijaguana, en premio a sus valiosos
servicios, La Gasca le concedió el derecho a conquistar la provincia que estaba
al otro lado de las Sierras Nevadas y que los habitantes de ella denominaban el
Tucma o Tucumán (territorio de la actual Argentina).
En
1549, Núñez de Prado recibió de La Gasca, el grado de Capitán General y
Justicia Mayor de la Provincia del Tucumán, junto con la comisión de poblar
allí una ciudad. Una vez que había sido nombrado y tras haber recibido
instrucciones de La Gasca para tal misión, Núñez de Prado se dedicó a organizar
su expedición. Para ello debió efectuar importantes aportes económicos para
pagar todos los gastos, armas, caballos, víveres, por un total de 50 000 pesos
oro, cometido para lo cual contó con el apoyo de amigos de La Plata.
Tras reunir unos 80 voluntarios, designó como su maestre de campo a Juan de Santa
Cruz y como capellán al dominico fray Alonso Trueno. Al ingresar en el actual
territorio jujeño, Núñez de Prado tuvo que combatir a los indígenas, después
pasó a los Valles Calchaquíes donde fueron recibidos pacífica y amablemente por
los naturales del lugar. Luego siguieron y, tras numerosas dificultades,
penetraron en las sierras de Tucumán. El 29 de junio de 1550 llegó al río
Escaba (actual Rio Dulce) y tras analizar el lugar, resolvió fundar allí una
ciudad que denominó El Barco en honor del licenciado La Gasca que había nacido
en El Barco de Ávila (España). Aquella ciudad que se había fundado,
representaba el primer asiento español en territorio tucumano.
Como
lo mandaban las leyes de entonces, repartió los solares entre sus soldados,
nombró autoridades del Cabildo, distribuyó los indios en encomiendas y ordenó
la construcción de un fortín para proteger el asentamiento de las arremetidas
de los nativos que atacaban frecuentemente defendiendo su territorio.
Al
parecer, el emplazamiento de esa ciudad de El Barco (I) no fue el ideal, ya que
no ofrecía garantías de salubridad ni de seguridad; tanto fue así que al poco
tiempo se optó por trasladarlo hacia otro lugar. Uno o dos meses después, Núñez
de Prado reunió al Cabildo de la ciudad de El Barco (I) y con su expreso apoyo,
renunció al título de teniente de gobernador de Valdivia que Villagra le había
impuesto, revalidó el nombramiento de La Gasca, reasumió como capitán general y
decidió mudar de sitio a la ciudad, todo con el objeto de salir de la
jurisdicción de Chile y acercarse al Perú. Argumentos también eran la falta de
alimentos y recursos. Había para entonces en El Barco unos noventa españoles y
todos firmaron por unanimidad. Antes del traslado, hizo ejecutar en la horca al
alcalde Hernán Cortés de Carvajal, quien se había rebelado porque no aceptaba
esa mudanza.
A
fines de mayo o junio de 1551, trasladó la ciudad al noroeste y cambió su
nombre por el de El Barco del Nuevo Maestrazgo de Santiago, radicándola en los
valles calchaquíes, probablemente al lado del actual pueblo de San Carlos
(Salta). Se conservaron las mismas autoridades y cabildantes y la misma traza
que la anterior. Tras ocho meses de permanecer en la segunda ubicación (Barco
II), bien alejados de los límites jurisdiccionales pretendidos por Valdivia,
entre mayo y junio de 1552 marcharon a donde es hoy la provincia de Santiago
del Estero y sobre la margen del río Dulce, instalaron la ciudad de El Barco
III.
Distintas ubicaciones de la ciudad de El Barco |
El
Barco III fue mudada otra vez, por Francisco
de Aguirre, a pocas leguas, y rebautizada con el nuevo nombre de “Santiago
del Estero del Nuevo Maestrazgo”, que es la actual ciudad argentina conocida
como Santiago del Estero, la primera
ciudad de fundación hispánica en suelo argentino que aún persiste. Muchos de
los acompañantes de Juan Núñez de Prado sumados a quienes acompañaban a
Francisco de Aguirre fueron los primeros vecinos de Santiago del Estero y
constituyeron las cabezas de las familias criollas más antiguas de la actual
República Argentina.
Santiago del Estero
Se considera a Santiago del Estero
"Madre de Ciudades" por que desde aquí partieron expediciones que
fundaron numerosas ciudades en el noroeste argentino. Por ello corresponde a
Santiago, no solo el mérito de ser la ciudad más antigua del país, sino el también,
haberle dado un sinnúmero de "hijas", muchas de las cuales subsisten
en la actualidad y son pujantes cabeceras de provincias, mientras que otras
desaparecieron como consecuencia de los avatares de la conquista.
Entre las primeras y correspondientes a la corriente colonizadora del norte que vino del Perú, encontramos Tucumán, Córdoba, Salta, La Rioja, Jujuy y Catamarca.
Entre las primeras y correspondientes a la corriente colonizadora del norte que vino del Perú, encontramos Tucumán, Córdoba, Salta, La Rioja, Jujuy y Catamarca.
Santiago del Estero no fue solo "Madre de Ciudades", sino madre de toda la colonización del Tucumán. Aquí nacieron las primeras escuelas, el primer seminario, fue origen de la primera universidad, sede de la gobernación, del obispado, del gobierno militar, puerta para la introducción de semillas y ganados, cuna de la industria y el comercio exterior y foco permanente de irradiación de cultura.
En reconocimiento a sus méritos, el Rey Felipe II le otorgó en 1.557 el título "Muy Noble", además de un Escudo de Armas, símbolo de su nobleza.
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