miércoles, 2 de mayo de 2018

Juan Cónsul y González del Villar. Militar y artillero. Héroe de los Sitios de Zaragoza



Artillero asturiano distinguido el Dos de Mayo de 1808 y en los Sitios de Zaragoza.

Juan Nepomuceno Cónsul y González del Villar, nacido en Oviedo en 1779, era hijo de Juan Nepomuceno Cónsul y Requejo, de origen noble (hidalgo), mayorazgo y señor de la casa solariega del Villar en el Concejo de Siero, regidor perpetuo de Oviedo, benemérito patricio apreciado por Jovellanos, a quién la cultura asturiana debe el establecimiento de la escuela de dibujo en Oviedo de la que fue promotor y primer director, y de Rita González del Villar y Fuertes Pola, natural de Luanco, pertenecía por ambos apellidos a los linajes de más calificada nobleza en el Concejo de Gozón. Así resulta de la información de hidalguía recibida, según información que dio al efecto el regidor perpetuo  y alférez mayor de Gijón Francisco de Paula Jovellanos, para solicitar el ingreso del joven Juan, en la Real Academia de Segovia.

Inició la carrera militar en el colegio de Artillería de Segovia en el que ingresó como cadete el 13 de enero de 1792 y del que salió graduado como subteniente el 11 de agosto de 1796. Durante cinco años sirvió en el ejército de Marina a las órdenes de José Mazarredo, Federico Gravina y Antonio Córdoba. Defendió la ciudad de Cádiz del ataque francés a las órdenes de Tomás de Morla.

Alcázar de Segovia_Colegio de Artillería
El 9 de diciembre de 1803 fue nombrado ayudante mayor, y destinado al colegio de Segovia, donde desempeñó el cargo de ayudante segundo de la compañía de cadetes. En 1806 cumplió destino en el primer regimiento de Barcelona del que fue 1º capitán. A continuación, pasó una larga temporada en Asturias, de licencia, con motivo del fallecimiento de su padre.

En el momento en que estalló la Guerra de Independencia, se trasladó a Madrid y enseguida se unió en la defensa del Parque de Monteleón. Fue de los primeros oficiales que se presentaron en el cuartel, donde, al lado de Daoiz y de Velarde, de Ruiz, Carpegna y Arango, junto a muchos madrileños, aquel pelotón de artilleros heroicamente se enfrentó a las tropas francesas. Cónsul, salvado milagrosamente de la muerte, recibió en sus brazos a Daoiz agonizante e increpó a los matadores del héroe. Gracias a la intervención del ministro O'Farril, quien evitó su fusilamiento cuando lo ordenó Murat, pudo salvar su vida y continuar su viaje a Barcelona.

Detalle del Monumento de la Plaza de los Sitios de Zaragoza
En mayo de 1808 marchó a Zaragoza, y siendo Cónsul el más caracterizado de los cuatro únicos oficiales de artillería presentes en la plaza, fue nombrado comandante de Artillería y vocal de la Junta militar de Defensa que presidía Palafox en persona. Cabe destacar su labor en ambos puestos, así como en la dirección de los talleres de artillería. En junio se trasladó a Huesca en misión de organización y reclutamiento.


En el mes de septiembre se dedicó a reorganizar la maestranza instalada en el palacio de los Torrellas. Durante toda esta incesante actividad su salud se fue debilitando; enfermo y recluido en los sótanos del palacio de Torrellas, murió el mismo día de la entrada de los franceses en Zaragoza, el 20 de febrero de 1809, tras la capitulación dictada por Lannes.

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