sábado, 2 de octubre de 2021

Ana de Lobera Torres. O.C.D. Discípula favorita de Santa Teresa de Jesús

 

Ana de Lobera Torres, conocida en su vida religiosa como Ana de Jesús, fue una religiosa carmelita, discípula de Santa Teresa de Jesús, que a su muerte continuó su obra. Fundó conventos de descalzas en Granada, Madrid, y luego en Francia y en Bruselas.

Ana de Lobera Torres nació en Medina del Campo (Valladolid), el 25 de noviembre de 1545. Perteneciente a una familia hidalga, era hija de Diego de Lobera y de Francisca de Torres que, además, tenían un hijo, Cristóbal de Lobera, que fue jesuita. Su padre murió poco después del nacimiento de Ana.

En 1563, recién instaurado el Colegio de la Compañía de Jesús en Plasencia, Ana entró en contacto con su fundador el padre Pedro Rodríguez, que dirigió espiritualmente a ella y a su prima María. Bajo su sabia dirección empezó la joven a pulir sus puntos de honra, sus conatos de hidalguía y a vislumbrar cada vez más clara su vocación religiosa. Lo que no lograba discernir la joven Ana era en qué Orden debía profesar, ya que no hallaba ninguna a medida de sus aspiraciones.

Como Ana tenía «resabios de hidalguía», su director le mandaba cosas que le fuesen limando esto, y le mandó obedecer en todo a su prima María (también dirigida de él) para poder trabajar este aspecto.

La mayoría de los monasterios habían mitigado sus reglas de vida, aminorando la pobreza, la austeridad y la clausura, y permitían la entrada a numerosas mujeres que, sin auténtica vocación religiosa, ingresaban en un convento para dar una salida honrosa a sus vidas. Además, era un tiempo marcado por la conquista de América y las guerras de religión en Centroeuropa, lo que había ocasionado que los candidatos adecuados a la mano de damas de cierta alcurnia se redujesen espectacularmente.

Acordó con Teresa de Jesús ingresar en el convento de San José de Ávila a finales de julio de 1570 y hacia allí partió acompañada de sus familiares. Fue recibida por María de San Jerónimo, ya que Teresa de Jesús aún estaba en Toledo y, en sus ausencias, ella dirigía el convento. El 1 de agosto, con veinticuatro años, tomó el hábito. Ese día se celebraba la festividad de san Pedro ad Vincula y, por eso, quiso llamarse Ana de San Pedro, pero Teresa de Jesús había avisado que le impusieran otro nombre: Ana de Jesús. Fue una de las primeras renuncias que le exigió la nueva vida que iniciaba, una nueva andadura donde sus privilegios de clase quedaban enterrados y todas las monjas, nobles y pobres, recibían idéntico trato. El 1 de noviembre Teresa de Jesús fundó en Salamanca y reclamó al Carmelo de Ávila varias monjas, entre ellas la joven novicia, que profesó el 22 de octubre de 1571 estableciéndose un fuerte vínculo entre ellas que duró hasta el fin de sus días.


En agosto de 1574 le comunicó la santa que se preparase para ayudarla en nuevas fundaciones, y en febrero de 1575 la llevó a la fundación del Carmelo de Beas de Segura junto con otra ilustre carmelita que sería muy afín a ella: María de San José. Por primera vez Ana de Jesús fue nombrada priora.

Escudo de los Carmelitas Descalzos

En 1579 Ana de Jesús colaboró en la construcción del colegio de Baeza del que fue rector san Juan de la Cruz, que desde allí siguió atendiendo a las carmelitas de Beas. El 28 de noviembre de 1581 san Juan de la Cruz llegó a Ávila comisionado para llevarse a santa Teresa a fundar en Granada, pero ella rehusó por estar comprometida con el padre Gracián para fundar en Burgos y delegó la fundación granadina en Ana de Jesús, que fundó el Carmelo el 21 de enero de 1582. La madre Ana le animó a concluir el Cántico Espiritual, que finalizó en 1584 dedicándoselo a ella. En 1585 fue reelegida priora de Granada y, a petición de san Juan de la Cruz, tramitó la fundación del Carmelo de Málaga.

En julio de 1586 salió de Granada en compañía de san Juan de la Cruz y de Beatriz de Jesús, sobrina de santa Teresa, para fundar en Madrid. A su llegada fueron recibidas por las hermanas del rey Felipe II, la emperatriz María y la princesa Juana de Austria, en el convento de las Descalzas Reales. Ana de Jesús inauguró el Carmelo de Santa Ana en la capital del reino el 17 de septiembre de 1586, siendo su primera priora.

En 1596 fue elegida priora de Salamanca y, en 1604, fue elegida, junto con la beata Ana de San Bartolomé, para encabezar la expedición de carmelitas descalzas que fundarían en Francia. En espera de la implantación de los frailes carmelitas en el país vecino, las monjas quedaban, por bula de Clemente VIII, temporalmente bajo la jurisdicción de tres superiores franceses, entre ellos Pierre Bérulle. El 18 de octubre inauguraron el Carmelo de París, siendo Ana de Jesús la primera priora.

El 14 de mayo de 1606 fundó el Carmelo de Amiens, y ante las graves dificultades con los superiores franceses para vivir el carisma teresiano valoró regresar a España, pero en agosto recibió la petición de la infanta Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II y Soberana de los Países Bajos, para fundar en Bruselas, lo que aceptó con la firme condición de llevar también a los frailes carmelitas. Partió hacia Bruselas, donde la infanta recibió a las carmelitas en el palacio con toda su Corte. El 22 de enero de 1607 Ana de Jesús inauguró el primer Carmelo belga, del que fue nombrada priora. El 4 de noviembre fundó el Carmelo de Lovaina y regresó a Bruselas. El 7 de febrero de 1608 fundó el Carmelo de Mons y volvió a Bruselas.

Tras siete años de enfermedad en que se quedó paralítica y padeció dolores, murió esta venerable a los setenta y cinco años, el 4 de marzo de 1621, en su Carmelo de Bruselas.

Jerónimo Gracián y san Juan de la Cruz la animaron a escribir, y su obra es variada. Son de especial interés las cartas conservadas que escribió entre 1590 y 1621, en las que no solo explica su labor religiosa, sino también las múltiples preocupaciones, sueños y esperanzas a lo largo de esos años.

Procesos de beatificación. El mismo año en que muere se inicia un proceso de beatificación y canonización, que no se ha llevado a efecto tras varios nuevos intentos durante el siglo XIX. 

Para saber más: ALONSO FERNÁNDEZ, María del Puerto, Ana de Jesús, profeta de ayer y hoy.

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