viernes, 2 de febrero de 2018

Juan Martinez de Recalde. Célebre marino vizcaíno, héroe de la Gran Armada



Uno de los grandes marinos del siglo XVI que quedó un tanto tapado a la alargada sombra de Don Alvaro de Bazán.

Héroe de la Gran Armada, también se distinguió en la construcción naval. Dio escolta a las flotas de Indias y consiguió recuperar, con buzos, un cargamento de oro hundido en el archipiélago de Madeira.


Juan Martinez de Recalde Larrinaga nació en Bilbao, en torno a 1526, aunque era de ascendencia guipuzcoana, hijo de Juan Martínez de Recalde, que trabajaba como “proveedor real de navíos”, al servicio de Carlos V, sirviéndole como persona de su confianza en Bilbao; en 1553, cuando cayó enfermo, su hijo le reemplazó. Su madre fue Sancha de Larrinaga, y contrajo nupcias con doña Isabel de Idíaquez e Idíaquez, sobrina de don Juan de Idíaquez, secretario de Felipe II, y que fueron celebradas el día 8 de enero de 1585

Genealogía de los Juan Martínez de Recalde, de Bilbao
Recalde, que figuraba en las actas del Concejo como hidalgo en la villa de Bilbao, empezó muy joven dentro de la Escuadra de Vizcaya encargada de la defensa del Cantábrico y que dio grandes glorias y servicios. Entre sus trabajos estuvo la supervisión de la construcción de los barcos en los astilleros cantábricos entre los que hubo ocho galeones reales que mandó hacer en Bilbao "...por la experiencia que tengo de mi tierra, y por lo que he visto de armadas y fabricas que en ella se han hecho". Escribió, hacia 1584, una "Relación de las medidas que han de tener los mástiles y vergas para los galeones de su mando"

Prueba de la hidalguía de Recalde
Su valía le hizo pasar a la escolta de la Flota de las Indias con la que realizo tres viajes y gano gran fama al salvar un galeón cargado de oro en al Isla de Madeira. Volviendo a mostrar su buen hacer se le dio por Orden Real el mando supremo de la Flota de Laredo compuesta por 45 buques de guerra y transportes. Entre sus acciones en ese tiempo estuvo la escolta a Juan de la Cerda, hijo del Duque de Medinaceli, a los Países Bajos como nuevo gobernador para relevar al Duque de Alba. También llevó a cabo el transporte de un Tercio completo para reforzar la región, junto con el envío de dinero para las pagas de los soldados en 1572.

No tardaría Álvaro de Bazán en llamarlo para la Batalla de las Terceiras (Portugal), para reducirlas bajo la autoridad de Felipe II (1582), donde se unirían los mejores marinos de su época como Pedro de Valdés, Miguel de Oquendo, Alonso Martínez de Leyva, Martin de Bertendona, etc. Tras esta magnifica acción de la flota española, Terminada la contienda con Portugal, el monarca se fijó en él para ponerle al mando de ocho naos y cuatro pataches, en la que se embarcaron 1.500 católicos, que deberían reconocer Irlanda y apoyar a los católicos de la isla. La invasión a Inglaterra era ya un secreto a voces y Recalde sería uno de sus protagonistas más importantes.

Recalde en una carta de baraja
Tras caer el mando de la operación de la “Grande y Felicísima Armada” sobre el Duque de Medina-Sidonia, tras el fallecimiento de Álvaro de Bazán en 1588, fue Recalde el elegido como almirante de la flota. La verdad es que poco pudo hacer ya que casi todas sus peticiones y decisiones se vieron tumbadas por Medina-Sidonia y el bilbaino se vio abocado a los combates mas complicados sin apenas apoyo. A principio de la invasión, en julio de 1588, estando en la retaguardia de la flota se vio obligado a combatir contra varios barcos ingleses al quedar aislado del resto. Su pericia le hizo salir vivo del desigual combate, llegando a estar su barco solo frente a siete navíos ingleses, pero con una gran pérdida de hombres y la inutilidad de los barcos de su flota. Tras estos combates quedaría el San Juan inservible y Recalde pasaría al galeón Santiago. También quedarla el Nuestra Señora del Rosario de Valdés ingobernable y a la deriva siendo tomado por Francis Drake horas después sin poder ofrecer defensa, siendo el mayor botín ingles de esa jornada y la mancha de Valdés de por vida. El asturiano al no poder gobernar el barco no podía luchar pero no tiró por la borda el dinero de las pagas, cañones, pólvora, etc. lo que dio a Drake un magnifico botin.

Derrota de la "Armada Invencible"
Pese a todo, Recalde se mantuvo firme durante todo el peregrinaje por las costas inglesas y escocesas. Hizo parada en Irlanda para reponer agua, a duras penas ya que fueron atacados por los ingleses, y de ahí partió a La Coruña con graves heridas y enfermo de fiebres. Fondeó lo que quedaba de su flota el 8 de octubre y murió al poco (el 23 de octubre de 1588) enfermo y desconsolado, en el convento de San Francisco, dejando constancia "por ver cuan de entre las manos se nos ha ido una victoria tan gloriosa". Destacar que fue a petición de Recalde que se moviesen a La Coruña 400 soldados veteranos que serian un enorme refuerzo para defender la ciudad de la contra-armada inglesa en la primavera siguiente.

La fama de Recalde excede a la de un simple y aguerrido marino, pues consta que fue un gran técnico en materia de construcción naval, habiendo él personalmente supervisado la construcción de varios navíos en los astilleros de Vizcaya, Guipúzcoa y Cuatro Villas de la Mar. A este respecto se le debe un Informe sobre la fábrica de naos en las costas de Vizcaya, Guipúzcoa y Cuatro Villas el año de 1581, que obra en la Colección Fernández de Navarrete, tomo XXIII, número 76. Además, una Relación de las medidas que han de tener los mástiles y vergas para los galeones de la armada de su mando, que data de 1584 y se halla en la Colección Sans, de Simancas, artículo 4.°, números 748 y 749. Recalde fue caballero de la Orden de Santiago en 1582.

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