Un personaje singular que no pasó desapercibido en el Bilbao del primer tercio del siglo XX. Historiador, poeta y genealogista, contribuyó activamente a la vida cultural de la villa como participante en tertulias e instituciones, así como a través de sus libros, folletos y colaboraciones en la prensa. III Marqués de los Castillejos (R.D de 5-1-1931, por rehabilitación).
Académico de Historia fue uno de los descubridores de la prehistórica Cueva de Santimamiñe (Declarada Patrimonio de la Humanidad en 2008) y, en 1923, llegó a proponer la creación de una universidad vasca.
Fernando Tomás Sabino de la Quadra-Salcedo y Arrieta-Mascarúa nació en Güeñes (Vizcaya), el 30 de diciembre de 1889. Segundo de catorce hermanos, era de ascendencia egregia: pertenecía al linaje de los Salcedo de Aranguren fundado una veintena de generaciones atrás, y entre sus antepasados por vía materna se encontraba, al parecer, el secretario de cámara de Felipe II.
Fue pretendiente al trono de Navarra, y luego, en un repliegue de modestia, al Principado de Andorra. Su árbol genealógico, que sólo podía competir con el que presentaba Rafael Lasso de la Vega, llegaba hasta Íñigo Arista. También, durante un período de tiempo, fue reconocido por los monárquicos albaneses como el pretendiente a la Corona de Albania, a la que renunció por su lejanía con las Encartaciones vizcaínas.
Muy joven, con tan sólo 22 años, comenzó a colaborar con la prensa y en 1916 fue nombrado miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia. Fue el cofundador de la revista Idearium, donde coincidió con Unamuno. Como era costumbre en la época en personas de alto nivel intelectual, fue asiduo de las tertulias, tanto la dirigida por Ramón Gómez de la Serna en el café del Pombo como la que lideraba Cesar González Ruano en el café Recoletos.
Fernando fue uno de los más interesantes personajes vizcaínos de principios del siglo pasado. Llegó a ser director del Instituto Heráldico de Bilbao y escribió varias obras históricas, especialmente genealógicas. Perteneció a la Escuela Romana del Pirineo, formada mayoritariamente por intelectuales vascos que solían reunirse en la tertulia del café Lyon d'Or, en la Gran Vía bilbaína. En sus estudios pasó por un seminario jesuita, lo que le proporcionó un profundo conocimiento de las lenguas latina y griega. Más tarde se licenciaría en Derecho en la Universidad de Salamanca, realizando el doctorado en la Central de Madrid.
Detenido a comienzos de la Guerra
Civil en zona republicana, murió asesinado por el Ejército del Frente Popular en el barco prisión Altuna Mendi, anclado en la dársena de Axpe en la Ría de Bilbao, el
25 de septiembre de 1936.
Pero no fue el único héroe de la familia. Sus cuatro hermanos varones también ofrecieron su vida por Dios y por España. José Manuel cayó en el frente de Mallorca; José María, en Peña Juliana; Juan Carlos, en el frente de Madrid y Estanislao, el padre de Miguel de la Quadra-Salcedo, en Cataluña.
Obra
Heráldica Vascongada, 1908.
La Vida de Lope García de Salazar, 1909.
Bancos de Emisión en el País Vasco, 1914.
El Canto de Guerra de los Vascos, 1914.
La Personalidad Vasca en la Literatura Poética, 1914.
La Patria de Antonio de Guevara, 1915.
Los Vascos en el Concilio de Trento, 1915.
Fuero de las Muy Nobles y Leales Encartaciones, 1916.
Del Diálogo de la Amistad, 1917.
Versolari (prologado por Valle-Inclán), 1917.
El Pensamiento Político de Navarra en el Renacimiento", 1918.
La Cueva de Basondo, 1918.
Las Bellezas Bilbaínas del s. XVIII, 1918.
Libros Raros y Curiosos de la Imprenta en Bilbao, 1919.
Llanto de los Pirineos, Madrid, 1919.
Las Obras de Jaúregui, Pintor de Cervantes, 1920.
Los Amigos del País, 1921.
Casas de Ayala y Murga, 1922.
La Primera Vuelta al mundo. Intervención de Vizcaya, 1923.
Varios artículos recopilados en Economistas Vascongados y Artículos Varios sobre problemas destacados de la Economía Vasca, 1943.
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