domingo, 2 de julio de 2023

María Ignacia Sartolo Colmenares. Religiosa, educadora y fundadora del convento de La Enseñanza en la ciudad de México

 

Mª Ignacia forma parte del nuevo tipo femenino que tomó fuerza en la época de la Ilustración y, aunque ingresa como religiosa en la vida conventual, lo hace en una orden nueva, la Compañía de María, dedicada a la educación y promoción de la mujer. Seducida por la fuerte personalidad de la joven mejicana María Ignacia de Azloz, deja el convento de su ciudad y se embarca en la aventura de fundar el primer colegio público femenino de Nueva España, el colegio de la Enseñanza en la ciudad de México.

Mª Ignacia nació en Pamplona en 1706. Sus padres fueron el abogado, que lo sería del Consejo Real de Navarra, Pedro Sartolo Lacruz (fallecido en marzo de 1707, y su viuda en 1757) y María Josefa Colmenares y Aramburu, casados en 1704, siendo su hermano el jurista y poeta José Ignacio Colmenares y Aramburu, fallecido en 1755. Su rama paterna, los Sartolo, procedían de Francia (Bearne). Asentados en Tudela, eran mercaderes y basaban su poder en el comercio y ganadería, tanto de reses vacunas como de toros bravos. Los Colmenares, originarios de Pamplona, ejercían de abogados y notarios.

Los Sartolo consiguieron carta de hidalguía en 1701 y a partir de ese momento pudieron hacer ostentación de su estatus y colocar en forma bien notoria su escudo, labrándolo en la fachada de su casa principal en la calle Chapinerías y, también, en la sepultura familiar de la iglesia de los jesuitas.

Ingresó muy joven en el convento de la Enseñanza de Tudela, fundado poco tiempo atrás, en el que alcanzó cargos de importancia y donde entabló conocimiento con  sor María Ignacia Azlor, rica criolla mejicana, que dedicó sus energías y amplio patrimonio a fundar un nuevo convento en la ciudad de México. 


Vencidas muchas dificultades, la expedición de once religiosas salió de Tudela en octubre de 1752, entre ellas se encontraban sor María Ignacia Azlor (hija del marqués de Aguayo) y María Ignacia Sartolo. Esta última, que contaba ya 46 años, fue nombrada superiora de la pequeña comunidad que tras  larguísimo viaje llegó a la capital mejicana en agosto de 1753. Sin apenas descanso prosiguieron su objetivo y en noviembre del siguiente año se inauguraba el colegio destinado “a niñas criollas e indias, legítimas e ilegítimas, ricas y pobres, de todo color y raza.” Esta fue la primera escuela para niñas, pública y gratuita, que se fundó en México; un hecho sin precedentes.

Iglesia de Nuestra Señora del Pilar. Colegio de La Enseñanza

El Templo de la Enseñanza es de estilo barroco mexicano y fue edificado por Francisco Guerrero y Torres, quien también fue arquitecto de la Capilla del Pocito y del Palacio de Iturbide. El convento y el templo ocupaban el mismo terreno así las internas podían estudiar e ir a misa. Ellas escuchaban la ceremonia tras las rejas que cubren los coros bajos y comulgaban a través de una pequeña puerta con un símbolo de sabiduría en forma de dos sirenas con las colas cruzadas que sujetan un pozo. Una decena de puertas laterales a lo largo del templo fungían como confesionarios.

La madre sor María Ignacia Sartolo fue el alma del proyecto y la primera superiora. Tras años de dura labor educativa, falleció en 1766, sin haber cumplido  los sesenta.  No tardó mucho en acompañarla su gran compañera sor María Ignacia Azlor, pues murió un año después, en abril de 1767.

Para saber más: M.ª Ignacia Sartolo y Colmenares (1706-1766). Educadora y fundadora del convento de La Enseñanza en la ciudad de México, de Esteban Orta Rubio, en Revista de Centro de Estudio Merindad de Tudela, Nº 28, 2020.

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