Urbina no es sólo el pintor de El Escorial, sino un artista de dilatada vida e importante obra, llevada a cabo fundamentalmente a lo largo del reinado de Felipe II, siendo además uno de los iniciadores de la actividad pictórica en Madrid desde los años anteriores a la capitalidad.
Diego nació en Madrid, hijo del pintor Pedro de Ampuero, hidalgo natural del valle de Ampuero (Cantabria), hijo a su vez de Juan Ortiz de Urbina y de doña Catalina de Ampuero, y de Teresa Díaz de Montalbán. Fue bautizado en la parroquia de San Ginés el 26 de febrero de 1516 junto a su hermano gemelo, Francisco, quien también sería pintor especializado en el dorado de retablos.
Del padre, natural de Cantabria, no se conocen obras, pero se ha podido documentar su actividad como pintor en Madrid en las primeras décadas del siglo XVI, con un volumen de obra importante. También tuvieron el oficio de pintor sus otros hermanos, Cristóbal de Urbina y García de Ampuero, quien en 1538 parece hacerse cargo del prestigiado taller familiar, y en 1540 firmó las condiciones para agrandar el retablo de Santo Domingo el Real de Madrid.
Detalle del retablo mayor de la iglesia parroquial de Pozuelo del Rey. |
Su formación hubo de tener lugar en el taller paterno, en la estela de la pintura renacentista practicada en la escuela de Toledo por Juan de Borgoña y los rafaelescos Francisco Comontes y Juan Correa de Vivar, de quienes podría haber tomado la precisión en el dibujo, el interés predominante por la figura humana y la armonía compositiva que son rasgos característicos de su obra.
Hacia 1550 contrajo matrimonio con Isabel de Alderete, de cuyo matrimonio nacieron seis hijos; el mayor, Diego de Urbina de Ampuero, emancipado en 1576, cuando contaba veintiún años, que llegaría a ser regidor de Madrid y Rey de Armas de Felipe II, Felipe III y Felipe IV, y la menor, Isabel, nacida en 1567, que casaría con Lope de Vega -Belisa en sus poemas-. La familia tuvo fijada su residencia en la calle Mayor de Madrid, en unas casas que fueron compradas por el padre del pintor al capitán Diego Meléndez, y que ya aparece empadronado como hidalgo en esta Villa, por lo menos en los años de 1512 y 1516.
Certificado de armas por el que Diego de Urbina, rey de armas de Felipe
II,
certifica el linaje de la familia Zamora, arraigada en Zamora
Certificado de hidalguía de Juan Díez Montero, vecino de Madrid
Una de las primeras noticias conocidas de su actividad independiente es el contrato, firmado el 3 de enero de 1552 junto al imaginero Juan de la Plaza, por el que se adjudicaba la realización de los retablos mayor y colaterales de la iglesia de San Gil, junto al viejo Alcázar de Madrid, costeados por Carlos V.
En febrero de 1593 se comprometió junto con el pintor vallisoletano Gregorio Martínez a pintar y dorar el retablo mayor de la catedral de Burgos, aunque su traslado a la ciudad no debió de ser inmediato pues todavía en julio de ese año se encontraba en El Escorial, donde se le documenta tasando unos cuadros de Pellegrino Tibaldi. Al año siguiente se vio envuelto en un pleito a cuenta de dicho retablo, del que proceden las últimas noticias que han llegado del pintor.
En abril de 1595, en un documento relativo a ese pleito, se informaba que para entonces el pintor ya había fallecido en la calle de Sombrerería de Burgos, sin que conste la fecha exacta, que debió ser a mediados de 1594.
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