Miembro de la segunda generación de
ilustrados hispanoamericanos. Científico, ingeniero militar, geógrafo,
botánico, astrónomo, naturalista y periodista, prócer de la independencia de
Colombia. Por su erudición y vastos conocimientos
sobre tantas disciplinas fue conocido entre sus contemporáneos como “El Sabio”,
epíteto con el cual pasó a la historia de Colombia.
El militar Pablo Morillo,
conocido como “El “Pacificador” de Colombia, pronunció una frase: «España no necesita de sabios», tras
firmar la orden de fusilar a un gran científico, de orígenes gallegos, y héroe
de la independencia colombiana: Francisco José de Caldas. Morillo, apodado en España,
durante la monarquía de Fernando VII, como El Pacificador, en América tienen
otra opinión de Morillo y a su estancia en Colombia se le llama el Régimen del
Terror.
Francisco José de Caldas y
Tenorio nació en Popayán (Colombia) en octubre de 1768, aunque este notable
investigador, que destacó por sus trabajos de geografía, cartografía,
matemáticas, física, ingeniería y agronomía, tenía sus raíces paternas en
Galicia, en concreto en el Concello de Caldas de Reis (Pontevedra).
Aunque la familia Caldas de Popayán,
era de noble e hidalgo linaje, debe entenderse este término bajo el derecho
nobiliario como el primer estamento de la nobleza que otorgaba ciertos derechos
y privilegios aunque lo fueran verdaderamente en España y en Indias tan solo de
carácter honorífico. Esta destacada familia nunca tuvo un título de nobleza ni
distinción nobiliaria diferente a la calidad de Hijosdalgo. El más
sobresaliente de sus miembros, fue Francisco José de Caldas, por el que el
Virrey del Perú y algunos nobles pidieron clemencia para evitar su
fusilamiento, todo imposible por la crueldad de Morillo.
Caldas pertenecía a la clase
privilegiada de criollos ilustrados que no veían con buenos ojos la presencia
del virrey Amar y Borbón, representante de la corona española, debilitada por
la invasión de los ejércitos napoleónicos a la península ibérica. Dispuestos a
aprovechar la oportunidad de establecer un nuevo gobierno, los criollos
comenzaron a entablar una serie de reuniones para organizarse en la casa de
José Acevedo y Gómez; y más tarde en el Observatorio Astronómico de Bogotá, cuyo
director era Caldas, quién formó parte del movimiento independentista Neogranadino como capitán del Cuerpo Militar de Ingenieros.
Tras su captura, Caldas fue
sentenciado a muerte –La acusación:
desobediencia y traición al rey Fernando VII, de España– por los tribunales de justicia y fusilado en Santafé,
junto a Francisco Antonio de Ulloa, José Miguel Montalvo, y Miguel Buch, en
octubre de 1816 por las tropas realistas españolas, a pesar de sus solicitudesde clemencia para poder acabar sus trabajos científicos. Pablo
Morillo es quien, según la leyenda popular, negó el indulto, pronunciando una
frase para la historia: «España no necesita de sabios».
Francisco,
hijo de José de Caldas y Vicenta Tenorio, realizó sus estudios de Latinidad y
Filosofía en el Colegio Seminario de Popayán, bajo la dirección de José Félix
de Restrepo. En 1788 se trasladó a Santafé de Bogotá y terminó, en 1793, sus
estudios de Derecho en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Al
concluir su ciclo de estudios superiores, Caldas se radicó en Popayán, donde se
dedicó a manejar los negocios de su familia y a la labor de comerciante,
actividades en las que no tuvo mayor fortuna. Desde que estudiaba en Popayán,
Francisco José de Caldas se inclinó por el estudio de las matemáticas y la
astronomía.
En
1795 se ocupó en el comercio de ropas en Quito, La Plata y Timaná, oportunidad
que aprovechó para determinar la posición geográfica de los lugares que
visitaba y para realizar observaciones de la naturaleza y de los usos y
costumbres de los distintos pueblos. Su equipo de trabajo básico se componía de
un barómetro, una brújula y un termómetro, construyendo él mismo los instrumentos
que necesitaba: fabricó un gnomon, un cuadrante solar y otros instrumentos de
medición.
Catedral de Popayán (Colombia) |
Tras
diversos experimentos observó que "la temperatura del agua destilada, en
ebullición, es proporcional a la presión atmosférica", nueva ley física
que le permitió medir las alturas, procedimiento que sería utilizado después
por Humboldt, quien sorprendentemente se olvidó en este caso del inventor. El
denominado hipsómetro, instrumento por él inventado, sirve para medir la
altitud de un lugar, observando la temperatura que alcanza en ese sitio el agua
cuando empieza a hervir.
En
1801 publicó el artículo "La verdadera altura del Cerro de Guadalupe"
en el Correo Curioso y Mercantil. Interesado en la botánica, Caldas se había
relacionado con el sabio José Celestino
Mutis y, a través de éste, con el alemán Alexander von Humboldt, quien
preparaba un viaje a Quito. El alemán quedó sorprendido de la precisión de los
instrumentos del caucano, pero rechazó su propuesta de acompañarlo en el viaje
que proyectaba por América. Tras permanecer tres años y medio de estudio e
investigación en Ecuador, en 1804 Caldas publicó Viaje de Quito a las costas
del océano Pacífico por Malbucho y Viaje al corazón de Barnuevo.
En
1805 se vinculó como astrónomo a la Real
Expedición Botánica y fue nombrado director
del Observatorio Astronómico de Santafé, aportando 16 cargas de diversos
materiales y dos volúmenes descriptivos de usos, costumbres, industrias,
agricultura, tintes, población, enfermedades endémicas, vicios y literatura de
la zona que había recorrido entre marzo y diciembre de ese año.
El
año 1808 fue el más importante de su vida: comenzó la publicación del Semanario
del Nuevo Reino de Granada, que posteriormente completaría con las Memorias,
donde apareció el grueso de su obra científica. En 1810 se casó con María
Manuela Barona. Con el advenimiento de la Independencia, Caldas se dedicó al
estudio de la ciencia militar, ya que el presidente Nariño lo nombró capitán del Cuerpo de Ingenieros
Cosmógrafos. Después se le encargó la publicación del Almanaque de las
Provincias Unidas del Nuevo Reino de Granada y otras misiones.
Pero
la guerra contra los españoles lo contó entre sus víctimas. Cuando la capital
cayó en manos de los realistas, huyó al sur y se refugió en la hacienda
familiar de Paispamba, donde fue apresado y remitido, junto con otros
patriotas, a Santafé, donde fue fusilado por la espalda el 29 de octubre de
1816. El presidente del tribunal que lo juzgó dijo aquello de que "España no necesita de sabios";
pero España se sintió más tarde avergonzada de la incultura y crueldad de su
representante y dedicó al ilustre Caldas una placa de mármol en la Biblioteca
Nacional de Madrid.
No hay comentarios :
Publicar un comentario