Militar y político, miembro del Real
Consejo del Supremo de la Guerra de Felipe V. A él se debe el diseño del
proyecto de la Nueva Superintendencia General de las Rentas, germen del sistema
de Intendencias. Es conocido por impulsar la construcción de la Alameda de Valencia, y de la Plaza Mayor de
Salamanca al tiempo que fue intendente general de Castilla en dicha ciudad.
Rodrigo
Caballero Illanes (y Llanes) nació en el seno de una familia
hidalga por ambas líneas en Valverde del Camino (Huelva), el 5 de agosto de1663, siendo sus
padres Juan Caballero Hidalgo, nacido en Valverde del Camino, y María Illanes
González, del mismo origen. Fue nombrado Caballero de la Orden de Santiago en 1709,
Medallón con la efigie de Rodrigo Caballero |
El
24 de noviembre de 1687 casó en Chiclana de la Frontera (Cádiz) con Agustina
Josefa Enríquez de Guzmán y Pinto, hija del capitán Sebastián Enríquez de
Guzmán y de Guiomar Pinto-Suárez y Blandón, y nieta del capitán Vicente
Enríquez del Castillo y de Mayor de Guzmán y Perea, con quien tuvo numerosa
descendencia.
Tras
realizar estudios de Derecho, en 1684 fue recibido como abogado de los Reales Consejos, punto de arranque de toda una vida
dedicada a la Administración pública. Desde 1686 ejerció como corregidor y
capitán de guerra de las villas de Chiclana y Conil de la Frontera y, al mismo
tiempo, de superintendente de Millones y demás rentas reales de la
circunscripción del obispado de Cádiz. Allí adquirió sus primeras experiencias
administrativas en los ámbitos financiero y judicial, que le fueron reconocidas
al ser designado alcalde mayor de Úbeda por nombramiento del Consejo (1689). De
nuevo su eficaz labor en la administración de rentas reales fue apreciada por
el Consejo de Castilla al cumplir un año después el tiempo para el que había
sido nombrado. Parece que todos estos servicios y su indudable competencia le
permitieron obtener el corregimiento de Guadalajara.
Escudo de Armas de Caballero Illanes |
Fundador y primer Hermano Mayor de la
Maestranza de Caballeria de Lora del Rio (1691). Tras la muerte de Carlos II y el advenimiento al trono de
Felipe V, Caballero se adhirió a la causa de la nueva dinastía borbónica que
luchaba por afirmarse en España, logrando obtener en la nueva Administración
puestos importantes, como el de alcalde
de la Audiencia de grados de Sevilla y luego de gobernador de la sala del crimen de la Chancillería de Valencia (1708).
A
Caballero le fue encomendada la intendencia del ejército y reino de Valencia
(diciembre de 1711), de gran importancia en la guerra de Sucesión, cuando aún
no había sido conquistada Cataluña y la implantación del régimen administrativo
y económico de Castilla en aquel territorio foral atravesaba grandes
dificultades. El problema de la seguridad de los pagos y la intendencia militar
fueron cuestiones prioritarias para él en aquellos momentos, junto con el
robustecimiento de la autoridad real en un territorio que hasta hacía poco
había sido hostil a las armas de Felipe V.
Su labor a favor de las obras públicas
y su defensa a ultranza de las prerrogativas de la Real Hacienda fueron otros
aspectos destacados de su gestión. Un nuevo reconocimiento a su labor lo obtuvo
al ser nombrado miembro del Consejo de Guerra en 1714. Como Intendente de la
ciudad de Valencia promovió la que se ha
considerado primera obra pública de los Borbones, la renovación del
Paseo de la Alameda, convertida en paseo público. En 1715, el Intendente mandó
construir y costeó la construcción, junto al paseo de la Alameda, de una ermita
en honor de Nuestra Sra. De la Soledad.
La Alameda de Valencia |
Es
poco conocido el conflicto surgido en el año 1717 entre la Cartuja de Ara Christi y Don Rodrigo
Caballero, por el decomiso de un carro cargado de sal de
contrabando, que llevó a la excomunión de aquel noble, hombre de confianza en los
gobiernos de Felipe V, conflicto resuelto dos años más tarde.
Reformado por Patiño el cuerpo de intendentes en 1718, Caballero fue confirmado como tal, recibió su despacho y fue nombrado intendente del ejército y principado de Cataluña (agosto de 1718). Allí su mandato no puede ser calificado de popular, dada la necesidad en que se halló de tomar medidas drásticas para colaborar con Patiño en la preparación de las expediciones militares a Cerdeña y Sicilia, como consecuencia de la política reivindicativa de la Corona española en tierras italianas. También, la aplicación del nuevo régimen fiscal creó las consiguientes tensiones.
Tras
dos años en Cataluña, fue nombrado intendente
del ejército y reino de Galicia, además de corregidor de las ciudades de La
Coruña y Betanzos (junio de 1720). La necesidad de fortificar las costas
gallegas ante posibles ataques ingleses, y su reconocido impulso de las obras
públicas, parece que justificaron aquel cambio de destino. La consolidación del
castillo de San Antón, la construcción de caminos, reforma de calles, la
construcción del acueducto de San Pedro de Visma y la propuesta de
establecimiento en Galicia de una compañía de comercio con las Indias son
pruebas de su actividad en aquella región.
Una
vez más hubo de cambiar de destino al ser nombrado intendente del ejército y
reino de Castilla y corregidor de la ciudad de Salamanca (1726 a 1732). Allí dejó huella importante como
patrocinador y artífice de la Plaza
Mayor de esta ciudad, supervisando directamente la ejecución del proyecto
de Churriguera.
La construcción de una de las obras
señeras del barroco español: la Plaza Mayor de Salamanca. Considerado un
ilustrado, no solo decidió la
construcción de la plaza en 1729, sino que redactó el reglamento por el que se
había de construir y dictó su programa iconográfico, concibiendo un conjunto
donde se ensalzara la historia de España y las glorias de la ciencia española.
Placa conmemorativa. Plaza Mayor de Salamanca |
A
punto de cumplir los sesenta y nueve años, aún fue nombrado intendente del ejército y reino de
Andalucía y asistente de Sevilla (junio de 1732). Tres años después es
apartado de este cargo y se le encomiendan en Cádiz gestiones menores en el
ámbito militar es llamado a Madrid, donde es nombrado consejero de capa y espada del Consejo de Guerra (1737), honroso
retiro en el que le llegó la muerte el 11 de agosto de 1740.
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