Gran matemático e ilustre militar, presidió
la comisión española que colaboró en París, en 1798, para el establecimiento
del sistema métrico decimal y fue director de la Academia de Guardiamarinas.
Admirado por intelectuales de otros
países europeos, y por sus enemigos en la batalla, chocó con un rey, Fernando
VII, que tras utilizarlo, lo mandó ejecutar. Fueron estos enemigos ingleses los
que lo libraron de esa muerte prematura, ordenada por el monarca al que Ciscar
había servido en múltiples ocasiones.
Gabriel José Ciscar y Ciscar, Fernández de Mesa y Pascual, nacido en Oliva (Valencia) en
marzo de 1760, era hijo de Pedro Miguel Ciscar y Fernández de Mesa, nacido en
Oliva, en julio de 1707, Doctor en ambos derechos, Exento de alojamiento por
noble en el año 1740, registrado como hidalgo en los reemplazos de milicia en
los años de 1773 y 76, casó con su prima Rosa Císcar y Pascual, nacida en Oliva
en el 1727 (hija de Carlos Císcar y Ramírez de Arellano y de Josefa Pascual y
Císcar, naturales de Oliva); nieto de Gaspar Císcar y Pasqual, nacido en Oliva
en el año 1673, y de Eulalia Fernández de Mesa y Salelles, nacida en Oliva en
el 1691 (hija de Pedro Fernández de Mesa y García y de Eleuteria Salelles y
Roses). Gabriel casó con Ana Agustina Berenguer de Marquina y Ansoátegui, hija del virrey de Nueva España, don
Félix Berenguer de Marquina.
Era sobrino de Gregorio Mayáns y
Císcar.(1699 - 1781) erudito, jurista, historiador y
lingüista; el mayor representante, junto a Benito Feijoo, de la primera
Ilustración española, y hermano mayor del también erudito Juan Antonio Mayans
(1718 - 1801).
Estudió
en las Escuelas Pías de su ciudad natal. A los catorce años se matriculó en la
Universidad de Valencia para seguir la carrera de leyes, estudios que
interrumpió en 1777 para sentar plaza de
guardiamarina en la Compañía del Departamento de Cartagena (exp. Nº 3.299); hizo
entonces algunas campañas en los mares de Europa y América (tomo parte junto a
Solano en la toma de Pensacola). En 1783, de nuevo en Cartagena, continuó sus
estudios en la Academia de Guardiamarinas. Al poco tiempo fue nombrado profesor
de navegación y matemáticas. En 1788, ascendido a teniente de navío; alcanzó el
puesto de director de la citada academia. Algún tiempo después fue llamado a la
Corte para ocuparse de la reimpresión del Examen marítimo, de Jorge Juan.
Císcar enriqueció considerablemente la obra, añadiendo una amplia exposición de
los principios del cálculo, notas al texto, nuevas proposiciones y crítica de
otras, con demostración de su falsedad.
En
1796 realizó un viaje a Trípoli, en el cual determinó con precisión la longitud
geográfica de varios puntos de la costa meridional de Cerdeña y otros lugares.
En 1798 fue nombrado comandante del cuerpo de artillería de marina del
departamento de Cartagena y este mismo año fue elegido por el gobierno español,
junto con Agustín de Pedrayes, como representante de España en la reunión
convocada por el Instituto de Francia para comprobar los patrones definitivos
del sistema métrico decimal y fijar los principios de éste.
Busto de Ciscar en la fachada de la Universidad de Zaragoza |
Al
producirse la invasión francesa en mayo
de 1808, Císcar entró a formar parte de la Junta de Observación y Defensa;
en septiembre siguiente fue nombrado secretario vocal de la Junta General
Militar y, a fines de diciembre, secretario del Consejo Supremo de Guerra y
Marina instalado en Sevilla. Promovido a jefe de escuadra, se le nombró gobernador
militar y político de Cartagena, cargo que desempeñó desde 1809 hasta 1810. En
este último año desempeñó el cargo de secretario
de Estado y del Despacho Universal de Marina.
Durante la ausencia de Fernando VII,
las Cortes le designaron miembro de la regencia en dos ocasiones: de 1810 a
1812, junto con Pedro Agar y Joaquín
Blake; y de 1813 a 1814, con el
mismo Agar y el cardenal Luis de Borbón. Al regresar Fernando VII, fue
encarcelado y posteriormente condenado a confinamiento en Murcia, Cartagena y
Oliva hasta que fue reivindicado en el trienio liberal. Así, en 1820 y tras el
pronunciamiento de Riego, regresó a Madrid a su antiguo cargo de secretario de
Estado y, en 1823, formó parte de la regencia provisional junto con Cayetano
Valdés y Gaspar Vigodet.
Restablecido
el poder absoluto del rey, apoyado por las monarquías europeas que mandaron a
los Cien Mil Hijos de San Luís, éste decretó la confiscación de los bienes de
Císcar y su condena a muerte, pena de la que se salvó refugiándose en Gibraltar
con la ayuda del general francés Burmont, conde de Bordesul, donde disfrutó de
la ayuda económica de Arturo Wellesley, duque de Wellington, que le concedió
una pensión vitalicia de 20.000 reales/año para que pudiese subsistir.
Permaneció allí hasta su muerte, sucedida en agosto de 1820.
Císcar publicó varias obras de carácter
didáctico, con destino a la enseñanza.
Entre estas obras la más famosa es el Curso
de estudios elementales de marina, compuesta de cuatro partes: aritmética,
geometría, cosmografía y pilotaje, que sirvió de libro de texto para los
estudios náuticos hasta bien entrado el siglo. Entre sus trabajos científicos
deben citarse los métodos gráficos ideados para corregir las distancias lunares
y determinar las longitudes en el mar (Explicación de varios métodos, 1803) y
los cálculos realizados sobre la figura de la Tierra a partir de las
determinaciones de la longitud del péndulo, descritas en la Memoria sobre las observaciones
astronómicas hechas por los navegantes españoles en distintos lugares del globo,
ordenadas por José Espinosa y Tello (1809).
En
la última etapa de su vida en Gibraltar (donde falleció en 1829), Císcar
publicó un Poema físico-astronómico -dedicado a su protector Wellington- en el
que mostró su amplia erudición científica. En esta obra rindió homenaje a
varios de los mejores científicos españoles del siglo XVIII, como Jorge Juan,
Antonio Ulloa, José Mendoza y Ríos, José Espinosa y Tello, Agustín de
Betancourt, José de Mazarredo y Martín Fernández de Navarrete.
Para
saber más: GABRIEL CISCAR y el sistema métrico decimal
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