Militar, conde de Hust, señor del Sacro Romano Imperio, General de los Reales Ejércitos del rey don Felipe III. Caballero de Santiago.
Francisco
de Medina Carranza nació en Lucena (Córdoba), hidalgo de sangre, hijo de Antonio
de Medina Carranza y de doña Leonor Guerrero.
Su
linaje parece que es montañés, procediendo los Carranza del lugar de Villamezán, a media legua de la villa de Medina
de Pomar, ambos en la actual provincia de Burgos. En aquella localidad existía
desde antiguo la Casa Solar de Carranza, de la que fue señor a comienzos del
siglo XVI García Sánchez de Carranza. Como era costumbre en la época, los hijos
segundones quedaban desposeídos del grueso de la herencia, transmitiéndose el
solar y los bienes vinculados al primogénito, lo que explica el desplazamiento
de los menos favorecidos hacia otras tierras (el Sur, o emigrar a América),
creando nuevas líneas del linaje, que fue el caso de Francisco Sánchez de
Carranza, hermano menor del citado señor, quien se avecindó primero en Medina
de Pomar, y por esta procedencia fue conocido también con el apellido de Medina,
naciendo así el compuesto Medina-Carranza.
Éste casó en Lucena con Juana Ruiz Hurtado, miembro de una familia local de
pecheros que tenía como mayor gloria el descender del regidor Martín Hurtado,
que pasó a las crónicas por ser quien capturase en 1483 al sultán granadino
Boabdil –el rey Chico– en la batalla de Lucena. Su hijo, Antonio de Medina
Carranza, casó con doña Leonor Guerrero, acaso su parienta, como hija de
Gonzalo Pérez Hurtado y de Isabel de Mesa, todos lucentinos. De ellos nació nuestro
personaje, don Francisco de Medina Carranza, que casaría con Magdalena Basta, natural de Bruselas y de
noble linaje flamenco (II condesa de Hust). El hijo de este matrimonio, Ambrosio
Jorge de Medina y Basta, casó con su parienta doña Ana Francisca de Robles y
Guzmán, hija de doña Francisca Mancisidor y de don Alejandro de Robles y Liedekerque,
conde de Annapes.
Francisco luchó cuarenta años seguidos,
tanto en Italia como en Flandes, en el Palatinado y en Francia, pasando desde la categoría de soldado a la
elevadísima de maestre de campo general,
alcanzando sucesivamente todas las intermedias. Sus méritos le convirtieron
también en gobernador de varias plazas
fuertes de la región del Rhin, entre ellas la de Rimberque. También, participó en el Sitio de Breda.
Hombre
de confianza de la Corte, fue enviado como embajador extraordinario a Dinamarca
en 1617, visitando de forma parecida la Corte Imperial en 1619. Gracias a sus
proezas consiguió no sólo los cargos militares y los gobiernos de plazas ya
comentados, sino que, al menos de forma
honorífica, formó parte del Consejo de Guerra, así como fue nombrado caballero
de la orden de Santiago.
En
1630 el militar flamenco conseguía convertirse en señor de la villa de La
Zubia, una importante población de la Vega de Granada, muy cercana a la
capital, de la que hasta ese momento había dependido. Ya anciano se aprestó a combatir
en Portugal contra la posible acción enemiga en la costa. Marchando a obedecer
la orden regia, y habiendo llegado ya a Lisboa, murió el 8 de octubre de 1630.
Texto extraido de: Nobleza y milicia en la España moderna. El general lucentino don Francisco de Medina Carranza y su parentela. Por Enrique Soria
Mesa (UCO).
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