sábado, 2 de noviembre de 2019

Gómez de Cáceres y Solís. XXXV maestre de la Orden de Alcántara




Durante su mandato como Maestre de la Orden de Alcántara fue muy cuestionado por faltar en innumerables ocasiones a su palabra, acumular poder y fortuna, y por favorecer a sus familiares más allegados. Todo esto le ocasionó numerosos enemigos, entre ellos el Clavero de la Orden Alonso de Monroy, lo que desembocó en una guerra civil en la Orden.



Nació en la villa extremeña de Cáceres, a finales del siglo XV, en el seno una familia de la baja nobleza, de escasos recursos económicos. Su padre, Diego de Cáceres, era de ascendencia asturiana y murió en la entrada que hizo el maestre alcantarino Gutierre de Sotomayor en tierras musulmanas. Su madre: Leonor de Noroña, a quien se la relaciona familiarmente con los Enríquez y los Guzmán.

Gómez de Cáceres tuvo varios hermanos, entre ellos Hernán Gómez de Solís y Gutierre de Solís, que se beneficiaron personalmente de su importante ascenso social, que le llevó, primero, a ser nombrado mayordomo real del rey Enrique IV, y después, en 1458, maestre de la Orden de Alcántara, por voluntad también del mismo monarca: “escribió al Prior del convento de Alcántara, comendador mayor y demás comendadores, haciéndoles saber este su deseo”.

De igual favor gozaba en aquellos días con el Rey, Gómez de Cáceres, joven pobre en su origen, y aunque de familia de hidalgos, se había visto obligado por su pobreza a entrar humildemente al servicio de los señores de la Corte; pero una vez en Palacio, su arrogante estatura, su belleza y lo afable de su trato, le valieron el cargo de Mayordomo.

Tan agradable llegó a ser a los ojos del rey que en el segundo año de la citada guerra de Granada le hizo cesión del repartimiento de Sevilla y no satisfecho con arreglo al pedido para la continuación de la campaña, suma  considerable  que  no  bajó  de  cuatro  mil  doblas. Concedióle asimismo el Maestrazgo de Alcántara.


La mayor parte de su maestrazgo estuvo marcada por el enfrentamiento con el clavero de la Orden, Alonso de Monroy, siendo su última causa la frustración del clavero por no haber alcanzado el maestrazgo, cuando contaba con el apoyo de la mayor parte de la Orden.

En el conflicto civil que enfrentaba a Enrique IV con cierta parte de la nobleza, el maestre tomó postura por la nobleza rebelde, llegando a participar en la “farsa de Ávila”, mientras que el clavero lo hacía por el rey castellano. En 1465, Enrique IV ordenó a Alonso de Monroy que se hiciese con el control de las fortalezas y rentas para la causa monárquica después de que el maestre hubiera tomado las ciudades de Cáceres, Badajoz y Coria. Estas dos últimas las entregó a sus hermanos Hernán Gómez de Solís y Gutierre de Solís, respectivamente.

En febrero de 1470 se produjo un acontecimiento que sería determinante en el devenir del conflicto, ya que tuvo como consecuencia el inicio del declive de la figura del maestre. Se trata de la derrota de sus partidarios ante las milicias de Alonso de Monroy en la famosa batalla del Cerro de las Vigas, frente al puente de Alcántara. Solamente unos meses después, el clavero reunió a sus seguidores, quienes le nombraron gobernador de la Orden, después de deponer al maestre y privarle de sus honores y rentas, con el pretexto de haber traicionado al Rey.


Gómez de Cáceres y Solís falleció a comienzos de 1473, en la villa y castillo de Magacela:. Fue enterrado en la iglesia parroquial de Santa María de Cáceres en un sepulcro que compró su sobrino, Gómez de Solís, obispo de Plasencia.

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