sábado, 6 de junio de 2020

Ignacio Mª de Álava. Capitán General de la Armada. Dio la 2ª vuelta al Mundo

Héroe de Trafalgar. Teniente General de la Armada y Jefe de la Escuadra del Mar del Sur, que contribuyó a la defensa de nuestro Imperio contra los ingleses a finales del siglo XVIII.


Ignacio María de Álava  y Saenz de Navarrete nació en Vitoria (Álava) en 1750, siendo sus padres don Gaspar de Álava y Aranguren, Diputado General de Álava y Procurador General de Vitoria, y doña Joaquina Saenz de Navarrete Ladrón de Guevara. De familia noble riojana, tras finalizar sus estudios en la Escuela Patriótica (La Bascongada), proyecto educativo germen del futuro Seminario de Nobles de Vergara, sentó plaza de guardiamarina el 23 de junio de 1766, y dos años después se hizo a la mar, al mando del jabeque San Luis, destinado al corso contra los moros y berberiscos.

En 1779 pasó a prestar sus servicios en el navío Santísima Trinidad, participando en la exitosa victoria del 9 de agosto de 1780 a la altura del cabo de Santa María que supuso la captura de 55 navíos y cuatro fragatas que fueron incorporadas a la armada española, además de una gran cantidad de armamento, munición y efectos y provisiones navales.

En 1781 al mando de la fragata Rosa y bajo las órdenes de Luis de Córdova y su segundo José de Mazarredo participó en el apresamiento del buque Ardent en el Canal de la Mancha. Poco más tare, en 1782, al mando de la fragata Rosa asistió al sitio de Gibraltar con las baterías flotantes y al combate contra la escuadra inglesa del 20 de octubre de 1782. Herido en esa ocasión, Carlos IV, en reconocimiento por este valeroso comportamiento, le ascendió el mes siguiente a capitán de navío, con solo treinta y dos años y expresó su deseo de conocerle personalmente, por lo que Ignacio María de Álava se trasladó a la Corte. Tras un periodo de licencia y de permanencia en la Corte, que aprovechó para contraer matrimonio, se incorporó en 1787, como Mayor General, a la escuadra de evoluciones de Juan de Lángara en el Mediterráneo.

En 1791 acude en socorro de la plaza de Orán, al mando del navío San Francisco de Paula y fue nombrado brigadier el 1 de marzo de 1792, y luego mayor general de la escuadra mandada por Juan de Lángara, asistiendo a toda la campaña que en las costas francesas hicieron contra los convencionales las escuadras combinadas de España e Inglaterra a principios de 1793, y ascendió a jefe de escuadra el 25 de enero de 1794.

La confianza de Godoy en Álava le llevó a designarle Jefe de la Escuadra de Asia, o del Mar del Sur, en septiembre de 1795. Así, el 7 de septiembre de 1795 se le confirió el mando de una escuadra compuesta de tres navíos y dos fragatasdestinada a dar la vuelta al mundo, con la que salió de Cádiz el 30 de noviembre, tocó en Lima y en Manila, y tras la firma de la Paz de Amiens (1802), de regreso a España llegó a Cádiz el 1 junio de 1803. Entretanto había sido ascendido a teniente general (5 de noviembre de 1802). Dio la segunda vuelta al Mundo.

Este viaje de regreso, que realizó a través del Cabo de Buena Esperanza, hace que podamos hablar de una Vuelta al Mundo de una escuadra española, mandada por Ignacio María de Álava, la segunda después de la hazaña de la expedición promovida por Fernando de Magallanes y finalizada por Juan Sebastián Elcano.

El 15 de febrero de 1805 fue nombrado segundo jefe de la escuadra, a las órdenes de Federico Gravina. Luchó en Trafalgar, en la que combate en el Santa Ana y dirige la vanguardia de la escuadra combinada de los dos países aliados. Sostiene la batalla durante 6 horas, al cabo de las cuales cae gravemente herido. El navío se rinde, pero merced a un temporal, consigue liberarse.

Batalla Naval de Trsafalgar
 Se le concedió la gran cruz de Carlos III el 21 de octubre de 1805 y, a la muerte de Gravina, recibió el mando de la escuadra (9 de abril de 1806). Así, una vez repuesto de sus heridas pasó a Madrid y se le confió el mando de lo que quedaba de la escuadra española, sucediendo al difunto Gravina y arbolando también su insignia en el navío Príncipe de Asturias.

Luchó en la Guerra de la Independencia; fue nombrado gobernador de Cádiz el 6 de diciembre de 1808 y organizó la defensa naval de esa ciudad por encargo de la Junta Central. El 18 de febrero de 1810, en la bahía de Cádiz y a bordo del Santa Ana, firmó su respuesta a los comisionados de Bonaparte que le habían instado a que cambiase de bando: su posición fue de lealtad a Fernando VII y al Consejo de Regencia como autoridad legítima, y de confianza en la Nación Británica.

Vocal del Almirantazgo, fue comandante general del Apostadero de La Habana (26 febrero/1810. Asistió en La Habana a la procesión cívica de la jura de la Constitución el 21 de julio de 1812, aunque ya había cesado en el Apostadero, pues el 5 de febrero de 1812 había sido nombrado capitán general del departamento de Cádiz.

Tras un periodo de dos años como Comandante del Apostadero de La Habana (26 de febrero de 1810), donde dejó un feliz e imborrable recuerdo, regresó de nuevo a Cádiz por disposición de la Regencia como Director del Departamento para la organización de la defensa de la ciudad. En 1814 fue nombrado de nuevo Miembro del Consejo supremo del Almirantazgo. En estos años fue también galardonado con las órdenes, recién creadas, Laureada de San Fernando y de San Hermenegildo, que se añadían a su condición de Caballero profeso de la Militar Orden de Santiago (1793) y de Caballero de la Orden de Calatrava.

Panteón de Marinos Ilustres (San Fernando / Cádiz)
En 1815, siguiendo la tradición de un destacado número de ilustrados de origen norteño, Ignacio recibió el honor de ser nombrado académico, y posteriormente consiliario, de la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Antes de morir, todavía ascendió a capitán general de la Armada* (24 de febrero de 1817) y fue decano del mismo Consejo. Falleció en Chiclana (Cádiz) el 26 de mayo de 1817 y fue sepultado en el Panteón de ;arinos Ilustres de San Carlos en San Fernando de Cádiz.

* Tras la muerte, el día 20 de febrero de 1817, del Almirante don Félix de Tejada, la Real Armada Española se había quedado huérfana de Capitanes Generales, por lo que el día 3 de abril de ese mismo año, el Rey Fernando VII decide recompensar con la máxima dignidad a don Ignacio María de Álava.

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