viernes, 24 de abril de 2020

Miguel Topete y Venegas. Marqués de Pilares (I). Militar y emprendedor



Militar, comerciante de grano, arrendador de propiedades y otras actividades industriales. Fue el promotor de la Real Fábrica de Hoja de Lata de San Miguel de Júzcar en la serranía de Ronda, que llegó a tener hasta 200 asalariados.



Miguel (Luís) Topete y Venegas Nació el 2 de diciembre de 1680, en el seno de una familia hidalga de Morón de la Frontera (Sevilla). Sus padres fueron García Marcelino  Topete Benjumea y Beatriz Jerónima Venegas Carrasco, casados el 4 de febrero de 1680; en Villamartín (Cádiz); sus abuelos paternos Miguel Topete Terrona y Catalina Carvajal Benjumea, y sus abuelos maternos Luis Venegas Osorio y Elvira Jerónima Carrasco. Pertenecía al linaje Topete, que daría varios ilustres marinos. Fallecería en 1756.


Miguel Topete Terrona 1602- Beatriz Catalina Benjumea Carvajal y Calle 1605- Luis Bernardo Venegas Osorio 1628- Elvira Jerónima Carrasco Topete 1623-
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Marcelino Garcia Topete y Benjumea 1640-

Beatriz Gerónima Venegas y Carrasco 1657

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Miguel Luis Bernardo Topete y Venegas, Marqués de Pilares 1680-1756

En el año 1696 le fue concedido el hábito de la Orden Militar de Calatrava (Exp. 2771). Como miembro del Cabildo Municipal de Morón de la Frontera, fue jurado en 1701, regidor en 1704 y alcalde de la Santa Hermandad en 1705 y 1728.

Siendo joven, inició una breve carrera militar en favor del nuevo monarca, Felipe V, durante la Guerra de Sucesión. En el año de 1702, cuando se produjo el ataque de la armada inglesa y holandesa a Rota y El Puerto de Santa María, sirvió agregado a varias compañías de Caballería que acudieron ante la urgencia de la invasión; tropas que estuvieron bajo el mando del marqués de Villadarias, capitán general del Ejército y costas de Andalucía. Volvería a Morón, hasta que en el año 1705 ingresó como voluntario en el Regimiento de Infantería de las Reales Guardias, estando presente en el asedio de la plaza de Gibraltar, tomada por los ingleses el año antes.

Se casó, el 3 de mayo de 1705, con María Teresa Angulo Topete (1691-1716), en Morón de la Frontera, de cuyo matrimonio tuvo cuatro hijas, Beatriz, que heredaría el título nobiliario, Inés, María y Catalina, y un hijo: Luís Bernardo. Se casó en segundas nupcias con María Jacoba Suelling y Reding, señora de Pelcapelle, Flandes.

Terminada su carrera militar comenzó a gestionar su patrimonio económico. Fue un importante arrendatario del duque de Osuna, del cual llegó a tener arrendados hasta ocho cortijos.Hacia 1719 edificó una casa-palacio en la calle Morenas, con una portada blasonada con dos escudos de armas: Topete y Venegas.


La descripción del escudo de Topete: De plata, una gavia con ocho saetas de azur, cortado de azur con tres fajas de plata

Sus servicios militares fueron determinantes, junto a su posterior actividad emprendedora, para que el Monarca le concediera el título de marqués de Pilares, nombre que tomaría de la principal de sus propiedades, la dehesa de Pilares (adquirida en 1710). La concesión efectiva se produjo mediante Real Despacho, fechado el 15 de marzo de 1739, quedando exento del pago del impuesto de lanzas. El título tenía asociado el del vizcondado de Topete de San Miguel, que quedó cancelado de forma inmediata, sin uso.
 

El marquesado de Pilares, título concedido en el año 1739 a uno de los miembros de la familia Topete, pasaría, al extinguirse el apellido por línea masculina, primero al linaje Villalón a fines del siglo XVIII y, posteriormente, por la misma causa a los Auñón a inicios del XX, para volver de nuevo a los Villalón. En 1976 se expidió carta de sucesión a favor de Diego Villalón Bravo.


En la carta de creación del Título (1739) se recogen sus servicios militares:  “(...) en el año 1702 estando invadiendo las armas enemigas los puertos y costas de Andalucía, llevado de vuestro celo y lealtad a mis servicios os agregasteis a distintas compañías de Caballeros, teniendo ocasiones de cumplir vuestro deber, lo efectuasteis con el valor correspondiente a vuestra sangre, no omitiendo cuantas se habían ofrecido hasta que se retiraron, como me lo representó en 12 de Octubre del citado año el Marqués de Villadarias Capitán General de dichas Costas y así mismo en el sitio de Gibraltar desde su principio, agregado al Regimiento de Infantería de mis Reales Guardias, hallándoos en todos los trabajos y ocasiones que ocurrieron, cumpliendo en todos enteramente con vuestra obligación correspondiente a las que os asisten, como también me lo hizo presente en 20 de Abril de 1705 el Capitán General Conde de Aguilar, Coronel de dicho Regimiento (...)”.       
Recorrió varios países europeos y americanos, con objeto de estudiar los avances y adelantos tecnológicos e industriales del momento. Al volver de ellos, llevó a la práctica la idea de implantar una nueva industria en la serranía de Ronda, para lo cual solicitó al Rey la introducción de la fabricación de hoja de lata, totalmente novedosa en la Península, para lo cual vinieron dos jefes suizos y una treintena de técnicos bohemios.

El Monarca le otorgó merced y privilegio, el 18 de octubre de 1726, para contar con una Real Fábrica de Hojalata, la cual se construyó en el período 1726-1735, con una inversión de 300.000 pesos. Felipe V concedió a la fábrica el monopolio de la fabricación de hojalata en España durante 15 años.


Conocida también como la Fábrica de hojalata de San Miguel se puede considerar, antes que los altos hornos de Marbella (1828), el verdadero comienzo de la siderurgia en la provincia de Málaga. De acuerdo con Alcalá Zamora y Queipo de Llano (1974), se trató del primer alto horno de los doce que se levantaron en España durante el siglo XVIII y la quinta fábrica española de fundición.



La fábrica comenzó a producir a mediados del año 1731 bajo el llamativo nombre de "La nunca vista en España REAL FÁBRICA DE HOJALATA Y SUS ADHERENTES, reinando los siempre invictos monarcas y Católicos Reyes don Felipe V y doña Isabel Farnesio", según figuraba en la lápida del frontón de entrada.

Restos y entorno de la antigua fábrica de hojalata
En el lugar elegido para su ubicación se hallaba una rica mina de hierro. En dicho complejo se realizaba fundición de proyectiles para la artillería, rejas de arado, herraduras, barras, aros para tonelería, etc., y sus buenas perspectivas dieron lugar a que en su entorno se creara una pequeña aldea, conocida como de San Miguel, ya despoblada en el último tercio del siglo XVIII. Tras varias quiebras y cambios de titular, la fábrica fue intervenida por el Estado en 1747...y se construyó una nueva en Fontamena (Asturias) en 1804..

Promotor de la Real Fábrica de Hoja de Lata

“El famoso secreto de la Fabrica de la Hoja de Lata, ignorado por tantos siglos en el Mundo a la reserva del Estado de Saxonia, en donde por tiempo inmemorial se tenia con las mayores precauciones, para que no trascendiese a otros Dominios, estando ya en España establecido se ha tenido por conveniente no defraudar al Publico de noticia tan importante, curiosa y extraordinaria, cuyo hecho pasa de esta suerte:

Don Pedro Meuron y Emerico Dupasquier, de Nacion Suizos, hallandose en Alemania con bastante conocimiento con Mr. Ployer, Maestro Mayor de la Fábrica de la Hoja de Lata y que sabia el secreto, lo persuadieron a venir a España, libertandose de la estrechez en que se hallaba ofreciendole para ello muchas ventajas, por las que ya determinado, tuvieron forma de sacarlo de Saxonia dentro de una cuba, y conducidos a España, y puestos en Madrid el año de 1726, dio Pliego al Rey dicho Meuron ..... Era necesario el hallar un parage en que concurriesen cuatro circunstancias, precisas las tres para la Fabrica, y la otra para su resultado; y todas se encontraron en la Sierra de Ronda en Andalucia, donde se halla aguas para el movimiento de las Maquinas, Minas de hierro para las hojas negras que se debían blanquear, y Monte para el mucho Carbón que necesitaban las Fraguas junto con la cuarta circunstancia de estar solas 4 leguas del Puerto de Estepona.... Se encontraban a primera vista con la dificultad de los muchos caudales que era necesario emplear para la rotura de aquellas cumbres, la union de aquellos rios, y en fin facilitar el establecimiento, y los referidos Meuron y Dupasquier no los tenian, brindaron para aquella empresa a Don Miguel Topete Venegas, Cavallero del Orden de Calatrava, vecino y natural de la Villa de Moron de la Frontera, hombre de caudales muy crecidos y a Don Benito Verbrugghen, de Nacion Flamenco, vecino de Sevilla, bastantemente rico, aunque no con los fondos de Don Miguel, los cuales resueltos de establecer la nueva Fabrica, formaron su Compañía y, prontos los caudales necesarios, por Abril del año de 1727.....informado de la calidad de Don Miguel Topete Venegas, teniendo este su Casa tan ilustre como notoria en la Ciudad de Alcantara en Extremadura donde han obtenido sus antepasados los principales Empleos de aquella tierra, y que actualmente los poseen, ha venido en concederle el titulo de Castilla de Marques de Pilares... y dos mercedes de Avito de las Ordenes Militares para que las aplique a sus nietos o parientes que nombrare." Mercurio histórico y político. 12/1738, páginas 116 a 123


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