martes, 12 de enero de 2021

"Desde las aguas del olvido". Libro de Manuel-Pedro Bernáldez

 

“Desde las aguas del olvido” es el título de esta novela de Manuel-Pedro Bernáldez Bernáldez, publicada en la editorial Círculo Rojo. Una cita de Francisco de Aldana, el gran poeta del tardío renacimiento español, que es uno de sus protagonistas.


Editor: Círculo Rojo https://editorialcirculorojo.com/desde-las-aguas-del-olvido/

ISBN: 978-84-1374-918-1

Tamaño: 15x21: Páginas: 342

Precio: 18€

La portada trata de simbolizar su contenido: el puente de Alcántara, lugar de donde procedía la familia Aldana y las aguas turbulentas del río Tajo bajo sus arcos y emergiendo de su fondo el blasón de este linaje, con los lobos y las flores de lis.Los hechos históricos que se cuentan son reales y la trama es la imaginada. Aspira a seguir el mensaje de Cervantes, de verdad e historia, lances humanos en un marco histórico. Pretende entretener y al mismo tiempo reflexionar.

El desencadenante de la novela es un suceso documentado: la pérdida física de gran parte de los manuscritos del poeta Francisco Aldana. Y lo inventado es su hallazgo.

Hay tres planos: el siglo XVI, el de la vida y andanzas del que sus contemporáneos llamaron el divino capitán, y escenario del esplendor de la monarquía hispana de fondo. Luego está el siglo XIX, el trienio liberal, donde se inicia la novela con la exclaustración de una monja de un convento. Finalmente, nuestra época, años a caballo entre el siglo XX grandemente y el XXI, que empieza de hecho con la maldita pandemia, y donde el autor encuentra el pecio literario perdido. El descubrimiento de ese legado, rescatado de las aguas del olvido, sirve para sortear la frágil memoria del mundo.

Entre los personajes históricos de la novela, aparte de su protagonista y otros muchos, está el hidalgo Benito Arias Montano que intima con Aldana en Flandes, donde cuidaba de la impresión de la Biblia poliglota de Amberes, la gran empresa de Felipe II heredera de la de Alcalá de Henares. Otro personaje es un poeta lusitano contemporáneo de Aldana, Diogo Bernardes, famoso en la literatura portuguesa, rival nada menos del gran Camoens, y casi desconocido entre nosotros.

En la novela hay unos guiños ramireños, ya que se introduce en su parte final a tres personalidades del instituto Ramiro de Maeztu como personajes literarios, por una parte, Medardo Fraile, el maestro del cuento, que muestra al autor unas huellas de Aldana en Londres. Luego Jaime Oliver Asin, señalado arabista, que se trae a colación a propósito del curioso personaje cristianizado Felipe de África, el hijo del jeque bereber destronado, sobre el que escribió páginas definitivas. Finalmente, pero no por ello menos importante, el vanguardista poeta y brillante editor José María de Montells y Galán, que aparece en la ficción con motivo de la publicación definitiva de las obras halladas.

Francisco de Aldana. Un poeta muy importante del siglo XVI

Pasó gran parte de su juventud muy entregado al estudio de las lenguas clásicas y aprendió de los autores más renombrados del clasicismo. Durante ese período, empezó a escribir poesía y logró una gran repercusión por su calidad poética; es considerado como un indiscutible impulsor del neoplatonismo en la lírica española.


Como poeta es uno de los representantes del neoplatonismo en la poesía española y fue tan alabado en su época que el mismo Miguel de Cervantes lo llamó «el Divino» en su obra La Galatea. Los académicos creadores del Diccionario de autoridades lo incluyeron entre las autoridades de la lengua y lo consideraron «símbolo del Renacimiento».

Gran parte del conocimiento de la vida de Francisco de Aldana proviene del memorial que él mismo dirigió al rey Felipe II poco antes de su muerte. Su hermano Cosme, también poeta, es el encargado de la publicación de sus obras, en dos volúmenes, el primero en Milán, en 1589, y el segundo en Madrid en el año 1591.

La mayoría de los estudiosos consideran que nació en Nápoles, probablemente en 1537. Era hijo del hidalgo Antonio Villela de Aldana, capitán de la guarnición militar destacada allí, y de la hija del coronel Gonzalo de Aldana, quien era primo hermano de su madre. Su juventud la pasó en Florencia, entregado al estudio de las lenguas clásicas y de los autores de la antigüedad, de los que llegó a ser un buen conocedor; además llegó a dominar incluso una docena de lenguas y sintió cierto apego por la filosofía neoplatónica, como se comprueba en su soneto "Al cielo".

Como su padre y su hermano, se consagró a la carrera militar, que no tardó en detestar ansiando la vida contemplativa. Combatió como capitán en San Quintín, donde tuvo una actuación destacada, tanto que el emperador Carlos I lo mencionaría por su valor; y, ya general de artillería, fue enviado a Flandes en 1572 bajo el mando de Fadrique Álvarez de Toledo y Enríquez de Guzmán, hijo del duque de Alba; durante el asedio de Haarlem.

Residió en la corte de los Médici en Florencia, donde concluyó su formación. De vuelta en España, en 1571 fue alcaide del castillo de San Sebastián y un gran consejero y amigo del rey, Felipe II. Puesto por el rey español al servicio del rey de Portugal don Sebastián, sobrino de Felipe II, el rey lo apreció tanto que le regaló un collar de oro por valor de mil ducados. Francisco de Aldana, junto a Diego de Torres, fue el encargado de llevar a cabo la exploración del territorio marroquí disfrazado de judío, labor que hizo en dos meses. Francisco, conocedor de casi una docena de lenguas, no tuvo problemas para desempeñar esta difícil misión.

Murió el 4 de agosto de 1578 luchando contra los musulmanes en la batalla de Alcazarquivir (provincia de Tánger / Marruecos), como general de la infantería de la expedición de don Sebastián, aunque había desaconsejado esa empresa y estaba a disgusto con la idea.

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