Gobernador de Veragua, una de las dos
primeras gobernaciones que se erigieron en Tierra Firme. Nicuesa fracasó en su
intento colonizador y desapareció en 1511, cuando viajaba en una nave desde
Santa María la Antigua a Santo Domingo.
Nació en Úbeda o en Baeza / Jaén (en el último tercio del sigo XV, hacia 1477) en el seno de una rica familia de hidalgos y ocupó un empleo de
confianza en la casa de Enrique Enriquez tío del rey Fernando el Católico. Pequeño
de estatura, activo, ágil, maestro insigne en el manejo de las armas, elegante,
caballeroso y en la flor de la edad, en mala hora para él se le ocurrió entrar
en la lid para conquistar glorias y riquezas en el Nuevo Mundo.
Pasó a Indias con Nicolás de Ovando en
1502. Fue encomendero en la isla
Española y logró una apreciable fortuna y prestigio, motivos por los cuales fue
enviado a España en 1507 como procurador de Santo Domingo. Poco después el rey
Fernando el Católico asumió la Regencia de Castilla por haber fallecido su
yerno el rey Felipe “el Hermoso” y por la incapacidad de su hija Juana “la
Loca). El Rey Católico convocó una junta en Burgos el año 1508 con objeto de
solucionar los problemas indianos más urgentes, asistiendo a la misma, junto
con Fonseca, personalidades de la talla de Vicente Yánez Pinzón, Américo
Vespucio, Juan de la Cosa y Juan Díaz de Solís.
La
Junta tomó varias decisiones importantes, entre las cuales figuró la de fundar dos gobernaciones en Tierra Firme,
descubierta tres años antes por Colón, (hasta entonces solo existían las
insulares) y se confió Nueva Andalucía
(actual Colombia) a Ojeda, también hidalgo, y Veragua y
Darién y que llamaban Castilla de
Oro (parte de Costa Rica, Nicaragua y Panamá) a Nicuesa, puesto que ambos
habían solicitado un cargo de gobernador en América, petición que les fue
concedida. Ello ocasionó enemistades
entre los dos a propósito del lugar donde establecer la frontera que separase
sus respectivas jurisdicciones, la cual se fijó finalmente en el río Grande
del golfo de Urabá (actual río
Atrato, en Colombia). Así, el 9 de junio de 1508 se firmaron las capitulaciones
correspondientes y los dos gobernadores marcharon a la Española de inmediato.
Gobernaciones de Nicuesa y de Ojeda |
Ojeda
zarpó muy pronto hacia su destino, pero Nicuesa tardó unos días más en aprestar
su expedición y ocuparse de vender a buen precio una partida de indígenas que
había capturado en la isla de Santa Cruz, que salió de Santo Domingo el 20 de
noviembre de 1509 con siete embarcaciones y 580 hombres, habiendo gastado toda
su fortuna en fletar una armada sin reparar en gastos, con el boato propio de
un hidalgo. Cuando se encontraron en La Española con la de Ojeda, el lujo y
ostentación de la de Nicuesa provocó las primeras desavenencias.
Naves de la época |
Dejó
en la Española a su lugarteniente Rodrigo de Colmenares, con orden de reclutar
más hombres y reforzarle luego en la gobernación. Se dirigió hacia Turbaco
(próxima a Cartagena de Indias) donde encontró a Alonso
de Ojeda, en apuros, tras el ataque de los indios que había
motivado la muerte a flechazos del cartógrafo vizcaino Juan de la Cosa; le auxilió con generosidad, y prosiguió
viaje hacia su gobernación.
La
expedición sufrió una serie de infortunios a partir de entonces; su segundo de
a bordo el capitán Lope de Olano (hombre
de mal carácter y pérfido, conocido en La Española por sus malos procedimientos
con Colón), dejado al mando de los barcos de mas calado que no podían acercase a la costa, le "abandonó" (en realidad la flotilla se desperdigó por el mal timepo), supuestamente, para quedarse con el mando, y Nicuesa
naufragó con el pequeño buque que le quedaba, por lo que se vio obligado a ir a pie por
la costa panameña hacia Veragua. Se refugió al fin en un islote donde habría
fallecido de no haberle llegado los refuerzos que Olano mandó en su busca y que
le trasladaron hasta el río Belén. Una vez allí enjuició a Olano por su
deserción y le condenó a muerte, pero luego decidió le mantuvieran cautivo,
hasta que hubiera ocasión de enviarle a España para que lo juzgaran allí.
Representación imaginaria del naufragio de la nave de Diego de Nicuesa |
Nicuesa
se dirigió entonces a Nombre de Dios,
cerca de Portobelo (donde, en una entrada que hizo, perdió veinte hombres que
le mataron los Indios con flechas emponzoñadas), en el istmo de Panamá, donde intentó
fundar una población, en 1510, con los supervivientes. La desgracia tampoco lo
abandonó en este lugar. Los naturales eran inhospitalarios, para buscar
alimentos debían librar un combate diario. Reunida toda su gente, Nicuesa
resolvió enviar los menos débiles en la carabela a La Española, a traer
recursos a cualquier precio. De los setecientos hombres que habían salido de
Santo Domingo, quedaba un centenar, muchos de ellos moribundos. El esfuerzo resultó
inútil, Diego Colón embargó la embarcación y no permitió que volviera a Veragua.
Costa de Nombre de Dios (Panamá) |
Allí
le encontró su lugarteniente Rodrigo Enriquez
de Colmenares, quien había recorrido toda la costa desde el Golfo de Urabá
en busca suya, con un navío repleto de provisiones. Le comunicó que había
encontrado a la gente de Ojeda establecida en una ciudad llamada Santa María la Antigua del Darién, recién
fundada en su jurisdicción por Martín
Fernández de Enciso y Vasco Núñez de
Balboa, que estaba situada al oeste del golfo de Urabá, en tierras de la
gobernación de Veragua*.
*Tras varias semanas de trabajos en el
nuevo poblado llegó Rodrigo de
Colmenares, viejo amigo de Nicuesa, con numerosas provisiones y pertrechos y
también noticias frescas de las desgracias de Ojeda y la fundación por Enciso y
Balboa de Santa María de la Antigua del Darién. En dicha población algunos
colonos no estaban contentos con el gobernador Enciso y buscaron algún
resquicio legal para derrocarlo. Investigaron y encontraron la fórmula, pero
ésta les obligaba a entregar la gobernación a Nicuesa. En su estratagema
argumentaron que la Antigua del Darién estaba en territorio perteneciente a la
gobernación de Nicuesa y por ello las decisiones de Ojeda no tenían validez,
incluido el cargo de Alcalde Mayor de Enciso y sus órdenes.
Por ello fueron enviados dos colonos,
Diego de Albitres y Diego del Corral, a negociar con Nicuesa la entrega de la
población. Se entrevistaron con el gobernador y le comentaron las injusticias y
desórdenes que Enciso estaba provocando a lo que Nicuesa reaccionó prometiendo
un reordenamiento total y una nueva reorganización de los repartimientos y
encomiendas que se habían realizado ya. Evidentemente estas manifestaciones
alarmaron a los colonos que viendo que se habían equivocado volvieron
rápidamente al poblado para alarmar a sus vecinos y evitar que Nicuesa pudiese
desembarcar e imponer sus ideas.
Medalla conmemorativa al Conquistador de Veragua: Diego de Nicuesa |
Nicuesa
marcho de inmediato a dicha ciudad, en un bergantín, en compañía de los 60
hombres que aún le quedaban, y exigió que le reconocieran como Gobernador, pero
los colonos provocaron un gran tumulto y el Cabildo de Santa María, mandado por
el Alcalde Vasco Núñez de Balboa, se
negó a reconocer su título. Protestó Nicuesa y expresó su deseo de ir a
reclamar a las autoridades de la Isla Española. Los vecinos de Santa María le
dijeron que podía hacerlo, pues estaba en su derecho y el 1 de marzo de 1511 le
dieron un barco para que fuera a Santo Domingo, pero la embarcación estaba en
mal estado y naufragó en el trayecto y con ella se perdió el rastro de este
conquistador para siempre.
Para saber más: Diego de Nicuesa
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