miércoles, 7 de abril de 2021

DB-e. El diccionario biográfico de la RAH. Libre y gratuito

 

Una magnífica noticia. El DB-e, a partir de ahora, ofrece la búsqueda avanzada, no solo la sencilla, de manera gratuita a todos los usuarios.

El buscador avanzado permite combinar variados criterios en los ejes cronológico, geográfico y disciplinar. Se podrá localizar, por tanto, a personajes mediante diferentes acotaciones en el tiempo, en el espacio y en el campo o actividad que se escoja. Además de combinarlas con otros criterios como el ámbito religioso-cultural o el sexo.


La suma de estos criterios de búsqueda permite la máxima explotación de los contenidos y la localización de personajes desconocidos facilitando, tanto a los investigadores como al público en general, el acceso a datos históricos especializados.

El buscador avanzado también permite no sólo la localización de personajes, sino también búsquedas textuales en el cuerpo de las biografías para localizar una palabra o una combinación de palabras en todos los contenidos del DB~e.

Ningún diccionario biográfico nacional de nuestro entorno cuenta con un desarrollo informático que permita las amplias posibilidades del DB-e. A la flexibilidad del buscador avanzado, se suma todo un novedoso sistema de enlaces entre los personajes que permite acceder a toda la red de relaciones que éstos tejieron en su tiempo y a todos aquellos otros vínculos que la Historia ha ido generando con el paso del tiempo.

La Real Academia de la Historia

La Real Academia de la Historia comenzó como reunión literaria de amigos, en el año 1735. Los contertulios se dirigieron a Felipe V para que autorizara sus reuniones y el monarca les concedió su protección. Con ello, la tertulia ya especializada en la investigación del pasado quedó convertida en Real Academia de la Historia. La autorización la dio Felipe V por Real Cédula de 17 de junio de 1738. Desde entonces, la Academia gozó de la real protección como las demás corporaciones análogas, vínculo institucional que perdura, al corresponder a Su Majestad el Rey –según recoge el artículo 62 de la Constitución– el Alto Patronazgo de las Reales Academias.

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